Cómo sacar la basura escondida de un solo PAF
Presentación del libro PAF de Tamym Maulén
(Ediciones Pornos, Buenos Aires 2011)
Leída el 4 de noviembre en casa museo La Chascona
Por Christian Molina Alfaro
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“El silencio fue la casa enorme
Donde vivimos muchos años limpios
Demasiado muertos, demasiado felices
Hoy ensucio mi casa para siempre
Grito toda mi vida para siempre
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAA!” (p.28)
Esto es PAF, una imprudencia. Es la copa derramada en el blanco y reluciente mantel familiar. PAF es la mano que muestra a las visitas cuánta basura pusimos bajo la alfombra antes de su llegada, PAF es un engaño,
“…pero un engaño señores
Un engaño distinguidas damas
Un engaño que me he inventado yo.” (p.85)
PAF es el primer libro publicado por Tamym Maulén, es el tardío primer libro publicado por Maulén tras aproximadamente seis años de proceso, pero se agradece la demora que hoy deja entre nosotros un poemario maduro y que tiene la particularidad de haberle otorgado al autor más de un primer premio de poesía antes de ser un libro terminado. Del mismo me gustaría destacar sólo dos de los aspectos que me parecen relevantes:
1.- PAF, desde mi deficiente lectura, remite, en mayor o menor medida, a la poesía lárica, pero desde una perspectiva distinta en tanto no es el resultado de la memoria de una grata fugacidad anterior ni tampoco es un preservar un instante mítico sino el ejercicio de manifestar, a través de la experiencia vital del hablante lírico, un lugar originario o sagrado que tenemos escondido en lo más hondo de nosotros, un lugar sucio, golpeado y que no quisiéramos nunca mostrar.
2.- PAF es el resultado de una escritura que acude, ya desde el título, a una de las fuentes originarias de nuestro lenguaje, como es la onomatopeya, para decirnos con estas imágenes acústicas lo que la palabra no podría o no se atrevería por no atentar contra las buenas maneras:
“…la única música que recuerdo
Era mi padre haciendo pum, paf, pum, paf,
Pum, pum, paf, paf… Shhhhh, y luego el silencio.
Nos tocó ser niños viejos, nos tocó crecer
En una enorme y bella casa musical.”
PAF es, finalmente, un gesto de honestidad, honestidad del autor para consigo mismo, del autor para con el oficio de poeta, honestidad para con el lector y es esta honestidad la que nos permite un encuentro con una de las versiones más simples y contundentes del ejercicio poético.
Ahora, sea cada lector quien juzgue mayormente estas primeras puntadas de Maulén con la hebra de la palabra, pero téngase presente lo siguiente:
- Quizás PAF ofrezca menos de lo que comúnmente esperamos de un joven poeta, pues en el libro no hay ningún tipo de ostentación, sólo un abierto diálogo con la realidad más próxima y cotidiana de la experiencia humana para transfigurarla y hacer que esta diga lo que usualmente no acostumbra, a través de imágenes comunes que terminan siendo mucho más críticas y agudas que toda la palabrería posmoderna.
- Es probable que tras la lectura se desilusione del autor porque los poemas de Tamym no presentan, en ningún caso, retorcidas figuras lingüísticas ni abusos retóricos. Sólo nos muestra en PAF un sincero afán por articular las palabras del modo más simple posible para construir las imágenes que den cuenta de sus complejos motivos poéticos.
- Sépalo de antemano, en este libro no habitan las putas, ni los perros, ni la sangre, ni el semen que abundan en un porcentaje preocupante de la poesía joven actual, para que no se sienta engañado al final de la lectura.
- Por último, PAF es un poemario que tras su lectura probablemente nos desestabilice al punto de que, para bien o para mal, nos hará sentir huérfanos, o huachos, por más que hayamos tenido cariños y mimos de nuestra madre o padre en cualquiera de sus formatos.
Buen provecho.
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