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TIZIANO ROSSI
Milán, 1935


Traducción al español de Emilio Coco





.. .. .. .. .. .

Tiziano Rossi (Milán, 1935), está considerado como uno de los poetas mayores de la actual poesía italiana. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Il cominciamondo (1963), La talpa imperfetta (1968), Dallo sdrucciolare al rialzarsi (1976), Quasi costellazione (1982), Miele e no (1988), Il movimento dell’adagio (1993), Pare che il paradiso (1998), Gente di corsa (2000), Tutte le poesie 1963-2000 (2003), Cronaca perduta (2006) y Faccende laterali (2009). Ha publicado una antología con comentario crítico de poemas de Ugo Foscolo y ha colaborato durante muchos años en el periódico «l’Unità», con unos artículos sobre el lenguaje contemporáneo. Ha preparado con Ermanno Krumm la antología Poesia italiana del Novecento (1995) y figura en la antología Poeti italiani del secondo Novecento de Maurizio Cucchi y Stefano Giovanardi (1996).

En los poemas de Tiziano Rossi, la mirada se dirige a menudo hacia abajo, acaricia las pequeñas cosas, se concentra en los detalles, para conseguir una percepción más directa, más atenta, más verdadera de la realidad, en todos sus elementos más mínimos y contradictorios. El poeta, con rigor, con ironía y discreción, nos guía hacia el descubrimiento de un existir, dotado de una verdad y dignidad propias, que, sin embargo, debe ser investigado y profundizado: en este sentido, la poesía se revela como un  instrumento fundamental de conocimiento.

 

TRASFERIMENTO

Devo parlare del mio
bambino cavalleresco
che molti feriscono, come passero!

Che ammette anche di perdere, che
non approfitta del proprio vantaggio
che è senza paura, e un po’ spennato
nell’aria già torna, con la sua
carenza di cattiveria.

Possibile che con la miseria
di queste mie ossa
anche il mio intendimento si sia piano piano
così in lui trasferito?

Volando in avanti di anni, seme
in lui sono sparito e forse lì
(mia debolezza resistente) ancora
e sempre a me voglio bene.

 

 

TRANSFERENCIA

He de hablar de mi
niño caballeresco
que muchos hieren, ¡como a un gorrión!

Que admite también que va a perder, que
no aprovecha su ventaja
que no tiene miedo, y algo desplumado
por el aire ya vuelve, con su
carencia de maldad.

¿Posible que con la miseria
de estos huesos míos
incluso mi entendimiento se haya poco a poco
así a él transferido?

Volando por delante con los años, semilla
en él he desaparecido y quizá allí
(mi debilidad resistente) aún
y siempre a mí me amo.

***

DIROCCATI

Perciò sulle troppe
nostre scombinate differenze
(dense fontane che più buttano dolori)
scendeva la mia rabbia ‒ con l’indice incolpando ‒
a desolarla.

E allora risalendo le cause della
sua pallidezza
cercavo cigolante verso un’altra direzione
incontro ‒ a tentoni ‒ a quelle sue
palpebre spalancate
di lei innocente imperlata di sudore,
col dirle perfino «più della mia vita».
Oh inquinato amore e tremore!

In ultimo, nel nocciolo più scuro
bisognosi di cura
(ancora bambinate a pesare sullo sterno),
noi diroccati un po’ ci ninnavamo.

 

DESMORONADOS

Por eso en nuestras
demasiadas desordenadas diferencias
(densas fuentes que arrojan más dolores)
descendía mi rabia ‒el índice acusando‒
a desolarla.

Y remontándome entonces a las causas
de su palidez
buscaba chirriante hacia otra dirección
al encuentro ‒a tientas‒ de sus
párpados de par en par abiertos
de ella inocente perlada de sudor,
diciéndole incluso «más que a mi vida».
¡Oh contaminado amor y temblor!

Al final, en el hueso más oscuro
necesitados de cuidado
(niñerías que aún pesan sobre el esternón),
nosotros desmoronados nos arrullábamos un poco.

 

***

 

CORNICE

Venienti da soli per l’andito semioscuro
col loro bisbiglio «siam qui!» da ogni canto
ecco i nostri cari pettoruti pulcini
cioè insomma i bambini, cioè ancora noi,
che sempre ricredono nella magnifica
moltiplicazione dei giocattoli
non dimenticando l’astuccio coi pennini.

La cuccia della mente così densa e questa
cornice della casa così adatta
con le sue tenere scempiaggini, la notte
e lo scomparire adagino di ciascuno
(ah, la consumante febbre di risalire
quel corridoio di muffa e chiarori!)

Io dirò i loro nomi e Sandrina sopra tutti.

MARCO

Vienen solos por el corredor semioscuro
con su murmullo «estamos aquí» desde cada rincón
nuestros queridos engreídos polluelos
es decir nuestros niños, es decir todavía nosotros,
que siempre vuelven a creer en la magnífica
multiplicación de los juguetes
sin olvidar el estuche con plumillas.

La caseta de la mente tan densa y este
marco de la casa tan adecuado
con sus tiernas boberías, la noche
y el lento desaparecer de cada uno
(¡ah, la agotadora fiebre de volver a subir
el corredor aquel de moho y claridades!)

Yo diré sus nombres y Sandrina entre todos.

 

***

 

PERIGLIO

L’orto universo che su di noi sta ripiegato
e dunque le dalie, la menta, un pomodoro,
con tutte le mosche della terra e i maggiolini
e il matto invisibile che grida.
Ma noi briciole ancora e paura
più avanti sfonderemo quel muro di pannocchie
per andare vicino ‒ da dietro i cavolfiori ‒
allo scalino consunto, semiombra della cucina
nella terra del periglio e infine sopravvivere
(che cosa ci ha ferito, quale spada? Che
qui vengano tutti gli amici in un punto, potenti).

Poi le sue parole «apostolorum del bue ladro
tamburello secondo, dio dolore...»
e il matto che è uscito, e noi nella tempesta
dei troppi semi dei fiori tumultuanti.

Sua dannazione e il nostro venir grandi.

 

PELIGRO

El huerto universo que se dobla encima de nosotros
y entonces las dalias, la menta, un tomate,
con todas las moscas de la tierra y los abejorros
y el loco invisible que grita.
Pero nosotros migajas aún y miedo
más adelante derribaremos el muro de mazorcas
para llegar ‒por detrás de las coliflores‒
cerca del peldaño gastado, semisombra de la cocina
en la tierra del peligro y al fin sobrevivir
(¿qué nos hirió, qué espada? Que
aquí vengan todos los amigos a un tiempo, poderosos).

Luego sus palabras «apostolorum del buey ladrón
pandero segundo, dios dolor...»
y el loco que ha salido, y nosotros en la tormenta
de las muchas semillas de las flores bulliciosas.

Su condenación y nuestro llegar mayores.

 

***

 

BRUGHIERA

O graffiato angolino della terra
dentro la tramontana e i suoi lamenti
dove il lago più cercato era perduto!

Ma lei, felice che la strada si smarriva,
la tua amica intelligente riferiva
di una storia reclusa nel petto

(E finalmente, ad ascoltarla, traluceva)

Poi con cento domande sommesse
via tra il polline incerto di brughiera
lei ‒ regina dell’erba, vivente maestà ‒
e tu ‒ buffo folletto ‒ svanivate
ridiventando un benedetto niente

(Solo questo biglietto ridice quell’affetto).

 

BREZAL

¡Oh arañado rinconcillo de la tierra
en la tramontana y sus lamentos
donde estaba perdido el lago más buscado!

Pero ella, feliz porque el camino se perdía,
tu amiga inteligente relataba
una historia recluida en el pecho

(Y hondamente, al escucharla, traslucía)

Luego con cien preguntas dóciles
entre el polen incierto del brezal
ella ‒reina de la hierba, viviente majestad‒
y tú ‒gracioso duende‒ desaparecíais
volviendo a ser una dichosa nada

(Sólo esta tarjeta repite aquel afecto).

 

***

 

LITANIE

Glorificare, glorificare, terragne litanie!
per esempio la singolare consistenza dei denti
o le patate tanto utili per il sostentamento!
o la moltiplicazione di cucce e di tane
e certi pensieri volanti e anche camminanti,
con in primis l’amore bellissimo, consenziente!
Quando ‒ spostandosi e gesticolando nelle bassitudini
attorniati da acque e da analoghi ornamenti
come il muschio modesto oppure l’erba matta
sotto il chiasso del temporale che confusamente parla ‒
instancabili si va verso le mete non evidenti!

Poi l’abbracciarsi, la confidenza degli sbagli!
e quel suo muso che mai più non si cancella
dalla tua passione vita natural durante!
E così sia questo bruscolin di luce!

 

LETANÍAS

¡Glorificar, glorificar, terrenas letanías!
por ejemplo la singular consistencia de los dientes
o las patatas tan útiles para el sustento!
o la multiplicación de casetas y cubiles
y ciertos pensamientos voladores y también caminantes,
¡e in primis el amor bellísimo, complaciente!
Cuando ‒desplazándose y gesticulando en las bajuras
rodeados de aguas y de análogos ornamentos
como el musgo modesto o quizás la hierba loca
bajo el estruendo de la tormenta que confusamente habla‒
¡incansables vamos hacia metas no evidentes!

¡Luego el abrazarse, la confianza en los errores!
y aquella cara suya que ya nunca se borra
de tu pasión perdurablemente!
¡Y así sea esta brizna de luz!

 

***

 

TIVÙ

Scende aspettata la polvere di stelle, ma
altrove oscilla un bambino su un mattone
rivoltando pattume. E già quella signora

con sillabe di panna lontano ci conduce
verso i mondi favolosi caraibici. Più in là
s’innalzano ignoti vessilli, e non è aria. Eppure

qualcuno infaticabilmente s’incammina
per le strade lunghissime d’America. E così
sconnessa l’epica si affaccia dappertutto:

anche nel passo stremato di quel bràdipo, perfino
nelle micidiali aggregazioni giovanili;
e almeno si apprende che il vero
mai non è intero.

Quante bocche dipinte lì ridono insieme
e in che gran fuoco un altro bosco si dispera,
mentre la tua
scardinata mandibola
più niente pronuncia.

 

TELE

Desciende esperado el polvo de estrellas, pero
en otra parte oscila un niño sobre un ladrillo
revolviendo basura. Y ya aquella señora

con sílabas de nata nos conduce lejos
hacia los fabulosos mundos caribeños. Más allá
se levantan ignotos estandartes, y no es aire. Sin embargo

alguien incansablemente se encamina
hacia las rutas larguísimas de América. Y así,
inconexa, la épica se asoma por doquier:

también en el paso extenuado de aquel perezoso, hasta
en las terribles agregaciones juveniles;
y por lo menos se aprende que la verdad
nunca es entera.

Cuántas bocas pintadas ríen juntas
y en qué gran fuego otro bosque se desespera
mientras tu
desquiciada mandíbula
ya nada pronuncia.

 

***

 

PARE CHE IL PARADISO

Pare che il paradiso sia il presente
con i suoi comunque e i pressappoco; e infatti
anche questo tuo malandare
manda chiarore.

Ora ascolti la palla che rimbomba contro un muro
e mentre il naso ti cola ‒ roba da bambini ‒
vai gorgogliando anche qualche suono oscuro.
Però numerosi
sono gli strati del pensare
e sai riconoscere almeno la grandezza
di quel trapassato polverone,
quell’allungare il ritmo, il mantenere
l’andatura degli anni; e adesso

come soldato di ossa sull’attenti
saluti tanti volti che furono rispettabili,
custodi di notizie seppellite (quante
te ne racconteranno con un soffio!). Certo
la questione rimane irrisolta, ma fantastica
ti si prospetta la schiera dei defunti.

Si spera in una nuova storia, nuove doglie.

 

PARECE QUE EL PARAÍSO

Parece que el Paraíso es el presente
con sus de todas formas y sus más o menos; y de hecho
también esos achaques tuyos
despiden claridad.

Ahora escuchas la pelota que retumba en la pared
y mientras la nariz te gotea –cosas de niños–
borboteas algún sonido oscuro.
Pero numerosos son los estratos del pensamiento
y sabes reconocer al menos la grandeza
de aquella pretérita polvareda,
ese alargar el ritmo, ese mantener
la andadura de los años; y ahora

como soldado de hueso en posición de firmes
saludas a tantas caras que fueron respetables,
guardianes de noticias sepultadas (¡cuántas
te contarán en un soplo!) Claro,
la cuestión queda irresoluta, mas fantástica
se te anuncia la tropa de los difuntos.

Se confía en una nueva historia, nuevos dolores.

 

***

 

SPICCHI

Adagio il neonato si levò nella sua culla
e con voce sapiente mi trafisse: «Anch’io, però,
farò i capricci che fanno i bambini». Allora,
da commozione sfinito, sopra i ginocchi cascavo:
io padre putativo di un Gesù che ritornava,
io provvisto di poco intendimento.

Poi ‒ vinto il sogno ‒ la mattina sventolante
con le sue cose profilate, il rigoroso rasoio,
la camicia ben piegata, il tram sulle rotaie
e gli spigoli in esatta prospettiva: il netto
tempo risorto della sensatezza.

Ma di qui, dubitanti, piano ci siam mossi
noi fatti tutti come di spicchi
(dell’altro sé si sa poco o niente)
e sulla porta aperta ancora pendoliamo,
curiosi frutti.

 

GAJOS

Despacio el recién nacido se levantó en su cuna
y con voz sabia me traspasó: «Yo también, sin embargo,
tendré berrinches como todos los niños». Entonces,
agotado por la conmoción, me caía de rodillas:
yo padre putativo de un Jesús que volvía,
yo dotado de escaso entendimiento.

Luego –después de vencer el sueño– la mañana flameante
con sus cosas perfiladas, la rigurosa navaja,
la camisa bien doblada, el tranvía en sus raíles
y las esquinas en exacta perspectiva: el resurgido
tiempo limpio de la sensatez.

Pero de aquí, dudosos, nos hemos movido despacio
nosotros como gajos
(del otro yo se sabe poco o nada)
y de la puerta abierta aún colgamos

como curiosos frutos.



 



 

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Poesía de TIZIANO ROSSI.
(Milán, 1935)
Traducción al español de Emilio Coco