Una ventana iluminada en verano
cortinas sutiles que se mueven con el viento
manos que dan y reciben dinero
¿cuándo fuimos distintos?
En el cuarto de mi hermano aún se ve una calcomanía de los 80
¿Sirve ello para decir algo?
Ni idea
En poesía, el que sabe, habla
y el que no sabe, habla más
¿cómo llegué hasta ti?
Debo haber estado ebrio
(pero hace dos días que no bebo)
El error es creer que hay una sola Lima
o un solo Perú
El error es el error
Pero el acierto no siempre es el acierto
requiere un consenso, una mentira
(¿y me hablas de injusticia en esta vida?)
Todo lo que salude con mi nueva sonrisa será agradable
(En la lavandería estiman dejar mi ropa para mañana)
El error es una forma de la posibilidad, una forma horrible
pero no todo tiene que ser bello en este mundo encadenado
¿a qué?
a la sucesión de causas y efectos
al dolor
que te lleva a consumir, transar, medrar, mentir
la pena de ti mismo que no asumes
Porque más fácil es comprar en wong un best-seller
y pensar que nada hay como una sonrisa wong
Poesía:
estuve buscando un camino y me encontré contigo
No me ayudaste en nada
es más
me diste siempre problemas
Me dirás: ¿y el reconocimiento?
Y yo te diré:
(con miedo a que me dejes)
te detesto, y cuando no lo hago, vivo
Nuestro pequeño paraíso
no tiene quién lo defienda
de sí mismo
de su metamorfosis para peor
y de la intrincada estupidez que le nace
(en la Bajada de los Baños
se arremolinan los papeles amarillos
y puedo ver
a la altura de mis ojos
como hace 30 años
una envoltura de sorrento, de tico-tico)
En la tarde ventolera
cierro bien mi casaca
y me siento a pensar
en los trabajos y los días
el tiempo recobrado en intis
lo que el viento no se llevó
porque pesaba horrores
y seguirá pesándonos
hasta el fin del verano que vuelve
El eterno retorno del verano
¿Siquiera de eso estamos seguros?
Yo conocí cuatro estaciones
y no hablo del puto de Vivaldi
Conocí el tiempo de las moras
de las cometas, de los higos blancos
del pelo amarillento por el yodo
por correr día y noche olas a pechito
Hoy
¿de qué podemos hablar?
Noches enrarecidas y días nublados
Invierno: húmedo desfile de neblinas
resolanas
El paraíso del precoz y absorto víctor
ha muerto
Lo mataron las fábricas y maquiladoras
lo remataron los aserraderos y los pozos negros
lo siguen golpeando sin que él les haga nada:
todo paraíso es indefenso
y todo pasado es inmóvil
En la trapacería actual
solo lo que no permanece sirve
por eso todo cambia para mal
y una bolsa de Tía
o una envoltura de Cua Cua
son cosa de risa y de escarnio
(ayer soñé que desfallecía
sobre un colchón de viejas envolturas
papel celofán cartulinas recortadas
y olor a plastilina y engrudo)
Se lo conté
pero su madre le dijo:
‘Hija: un hombre que recuerda demasiado no es confiable’
* * *
Víctor Coral nació en Lima en 1968. Tiene cinco poemarios publicados, dos novelas y mantiene inéditos una novela más y un libro de cuentos. Como crítico literario colabora en revistas del extranjero como “Literal”, “Periódico de poesía” (UNAM) y “Luvina”, además de revistas locales como “Hueso Húmero” y “Cosas Hombre”.