Palabras previas: rescatemos a la poesía, pero con buena poesía
La poesía peruana de las últimas décadas no ha sido ajena a su tradición (una de las más sólidas del siglo XX, vale decir), pero lo que ha ocurrido, en especial desde los noventa hasta la fecha, es que el orden de sus elementos no ha estado bien dispuesto para su evaluación. Quizá por ahí habría que especular sobre las polémicas que despierta en cuanto a su calidad.
En la repartición del reconocimiento poético ha imperado el criterio personal antes que el de la lectura de los textos. Aún así, en estas coordenadas encontramos voces de valía, hay que reconocerlo. No obstante, resulta evidente que este arco temporal requiere de una lectura más atenta para valorar en su justa medida la producción poética de las últimas décadas. Eso lo hará el tiempo, reza el dicho.
Y el tiempo ya empieza a manifestarse, a poner las cosas en su lugar, aunque no con el ritmo que quisiéramos.
En el circuito cultural peruano tenemos algunos concursos de poesía importantes, pero el que organiza la Asociación Peruana Japonesa desde 1990 en las categorías de cuento y de poesía, bajo el nombre de Premio José Watanabe Varas, es hoy en día el más sólido por la actualidad de sus premiados (esto lo depara también el tiempo, una breve mirada a sus ganadores nos revela que son voces que no se quedaron en el camino y perdidas en los laureles) en sendos géneros.
Víctor Coral apareció en los terrenos de la poesía a mediados de los años noventa y al momento de escribir esta nota, ya ostenta un lugar en el circuito literario peruano, títulos de poesía y narrativa como Luz de Limbo (2000) y Migraciones (2009), respectivamente, avalan la impresión. Su tema, si hacemos un repaso rápido de su obra poética, es el lenguaje y el diálogo de este con la naturaleza de la escritura poética.
El último poemario de Coral, Aparejos para exhumar la poesía, es el libro ganador del Premio José Watanabe Varas, edición 2023, en la categoría de poesía. Así como el tiempo reconoce la labor de Coral, el tiempo igualmente ha macerado su mirada sobre el ejercicio de la escritura poética: estamos ante una colección de poemas signados por la madurez. Escribir poéticamente sobre la poesía supone algunos riesgos. Más que talento, lo que se necesita es dominio emocional, como estar atento a los peligros del sentimentalismo discursivo. En este punto, Coral forja una tensión discursiva: el poeta que piensa contra el poeta que siente.
Del poema “Escribir”: “Escribir sin tema ni diégesis/ solo para sentir el roce del grafito/ con la hoja nunca en blanco/ Escribir sin tiempo sin ideas/ como sumergido en el mar/ de la eternidad inocua/ como si de ello dependiera la vida”.
Aparejos para exhumar la poesía, que también podría ser: rescatemos a la poesía. No vamos a negarlo: el poemario es también una crítica a la frivolidad en la que ha caído la escritura poética, atarantamiento que no solo corresponde a ambientes inmediatos; es, pues, una plaga global. Coral pide ir al rescate de la poesía, pero con buena poesía, que se ve esté en este poemario consagratorio. Enhorabuena.
Pasando el túnel de Kahuish: ¡nieve!
coronando todas las piedras las rocas
y el ichu venciendo al tiempo con verdor.
Más allá
la ciudad de Chavín al pie del cerro Shállapa
[belleza en lo profuso de la fricativa sh
en la lengua de estas tierras...]
y la nieve gris del olvido
corona los recuerdos de papá:
si te Adrián perdoné hace años
¿por qué hasta no regresas ahora?
Toda piedra esconde un grito
licuado
vívido
Si la tiramos al fondo marino
ese grito se hace sólido
negro
Si la arrojamos contra la bóveda
un sentimiento acerbo
brota en nosotros.
Toda piedra esconde
también
una palabra innombrada.
La traducimos así: poesía.
Escribir
Escribir sin tema ni diégesis
sólo para sentir el roce del grafito
con la hoja nunca en blanco.
Escribir sin tiempo sin ideas
como sumergido en el mar
de la eternidad inocua como
si de ello dependiera la vida.
Escribir no versos sino palabras:
zurrón
fuelle
aljaba
dador
Escribir para recobrar
el tiempo perdido
hacerlo sin pena sin gloria
sin plenitud sin vacío…
Escribir palabra volada de la sien
escribir martín juarroz / roberto
adán/ olga varela.
Hacerlo aunque sólo sea
para no sentir la muerte
para cubrir el vacío
con un abrazo enorme efímero
de carbón y pulpa de madera.
Escribir: vivir en la extensión
sentir el pensamiento derrocar
la imaginaria dictadura del tiempo.
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com TRES POEMAS DE APAREJOS PARA EXHUMAR LA POESÍA, de Víctor Coral.
Premio Nacional de Poesía José Watanabe Varas 2023
Por Gabriel Ruiz Ortega