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OJOS Y OIDOS BIEN PUESTOS EN LA CALLE
Poesía joven boliviana, leída a nivel del mar

Por Víctor Hugo Díaz

 

Siempre ha habido poetas de corta edad, pero pienso que el concepto de poesía joven debe estar por definición relacionada al hoy, es decir a una mirada joven, no a la temporalidad física de los autores, sino a un sujeto que habla y mira desde el presente. Esto varía en cada sociedad y en cada país de acuerdo a sus cánones, tradiciones y desarrollos poéticos específicos.

Las condiciones  históricas que en el pasado han distanciado a Chile de sus países vecinos, hace tiempo han comenzado a diluirse, generando y sacando a la luz  lazos, semejanzas y relaciones culturales compartidas.  Todo nuestro continente es víctima de los mismos estragos impositivos del neoliberalismo global  que considera a las personas como bienes desechables y a la experiencia estética (poética) como algo sin lugar ni importancia en las sociedades ¡Gran error! Las artes en general y la poesía en especial, esa no literariosa, no imaginista, sino entrecruzada con lo colectivo, con lo actual, lo social y ácido, es un arma y  un instrumento de gran valor y resistencia, un espacio otro no mercantilizable, donde se articula de algún modo, al menos en Sudamérica, un discurso vital e integrador, un diálogo crítico transversal (1) que habla desde el presente cotidiano, una especie de medidor del estado enigmático de las cosas, claro está, escrito desde  sus propios momentos, signos y particularidades.

Para tomar un ejemplo, en esta oportunidad quiero referirme a un conjunto de obras poéticas emergentes, es decir llamar la atención sobre tres libros escritos en las alturas de Bolivia por tres poetas jóvenes, con miradas y voces diversas y distintivas. Me refiero a Cantar, Reír y Olvidar –No importa el orden-  de Pablo César Espinoza (inédito)  Moscardón Bistrot de Juan Pablo Salinas (inédito) y Preview de Milenka Torrico (Yerba Mala Cartonera, Bolivia, 2009).

Estos libros se desarrollan y toman forma en el taller literario dirigido por el poeta chileno Juan Malebrán, realizado en el Centro Cultural mARTadero en la ciudad de Cochabamba, punto de integración que aglutina potentes  producciones y propuestas generadas en América Latina.

Esta poesía se inscribe en lo ideológicamente actual “más ideológicamente contemporáneo que cronológico, utiliza el contexto para interpretar el presente; está en su naturaleza acercarse de ese modo a la realidad, en efecto, su contemporaneidad le viene de asumir el presente del aquí y el ahora, sobre la base del contexto en tanto requisito interpretativo de una realidad condicionada por los intereses plurales de sus culturas de origen y recepción”(2)

Con esta cita, quiero proponer que se trata de un relevo en la poesía de Bolivia, poesía más cercana a la calle y a la ciudad, a mixturas significativas vivas en la sociedad boliviana urbana, insisto más mirada que palabra, poesía que no se queda en los libros o en el arte de la palabra. Aquí estamos hablando de imágenes visibles, concretas, ligadas a lo real cotidiano en apariencia, pero que contienen y convocan  los cambios sociales que se están produciendo. Aquí dejan de aparecer los elementos étnicos, pero conservando la identidad cultural y ancestral a través de modismos propios, recontextualizados en una suerte de orfandad histórica asumida, digamos una orfandad responsable.

Frente a esto, existe un referente, hay que relacionarlos a una figura sólida en este fenómeno propio, Jessica Freudenthal, quien antes abre este enfoque, es la bisagra que señala y facilita el movimiento de esta puerta. Siento también la proximidad a la poesía chilena de los últimos años y más atrás, quizá debido al trabajo realizado en el taller de mARTadero, siento aires a Lihn, Millán, Zurita, así como coincidencias con los post 87 y sólo en los casos de visibilidad  a los  del 2000. Es aquí donde toma sentido claro la idea de transversalidad, no se trata de generaciones sino de actitudes poéticas y temáticas: actos fallidos, faltas, experiencia crítica y discurso corrosivo, detalles insignificantes, signos de la moda, mitologías cosméticas, insectos de espejo, cocineras interrumpidas en su ocio, pedazos de inglés, boca boliviana, etc.

Quiero dejar claro que estas no son las palabras de un crítico literario, sino las percepciones y el resultado de la lectura de un poeta, del modo más subjetivo posible. Sin duda se trata de poesía, poesía con los ojos y oídos bien puestos en la calle. Hoy.

 

* * *

  1. Pablo Paredes: “No hay que pensar en generaciones, sino en pandillas tranversales”
  2. Rodrigo Rada, Introducción a Contextos, exposición colectiva de plástica boliviana, Fundación Patiño, Cochabamba, 2009.

 

* * *

Cantar, Reir y Olvidar –No importa el orden- de Pablo Cesar Espinoza

Politics Break- Dance

Espera
aún hay una luz;
durmiendo en los bloqueos ISO-9001
donde baja el precio del  chicharrón “influenza” en promoción;
cuando lloras la muerte de un “nene” que va a cagadas
Comunitarias, cívicas, sindicales, ciudadanas, a elecciones, referéndums,
estados de sitio, revocatorios,  parasitorios y sonseras así.

Y así pues “Bolivia y su nostalgia”…
 Y es desde que nací que no le vi la magia.
Dos o tres pasos, me topo sangre agraria, (reviso un perímetro similar)
camino un poco más y es entre mi sangre que ahora caigo.
Cuando la Democracia se silencia mordiendo su cola,
luego de vender sus jadeos al por mayor.

Ahora la Pachamama se revuelca en caos,
es jocoso, y yo río con ella.

Pero espera… ¡Aun hay una luz!
por eso voy a apagarla,
para dejar a los niños dormir.

 

                                                                                                                                           

Mocon` Cola

Un auto Trans se detiene al cruce de dos vías.
Un personaje de pollera levanta la palma de lija,
a la altura de su pecho caído, a la altura del volante prensado.
Un personaje obeso baja el vidrio Rayban,
por debajo del sudor grasoso, por debajo del mentón de pavo.

Él dice: “Manankanchu”;

Ella responde: “¡Okéy!”

 

 

BOLIVIAN WAY OF LIFE/ GRINGUIT´S
                                        a Pedro Shimose

 Te quieren hacer ver jailón,
sortear tu vida en una dedocracia,
te filmarán de lejos, te medirán el atuendo,
te vestirás con aguallo y chulos de colores,
codificarán tu nombre para llamarte “Gringuit` ”
bailarás la cueca sin encontrar el ritmo.
Pasanaku/ Lamento Boliviano Song, 
cantarás “Run like hell” en boliches culturales
y contarán tu muerte en el Extra-solterazo.

Fabricarás tus sueños “sobre la marcha”
te darán comida de “conserva”,
Cristina´s show, Cholitas Cachiscanistas ¡Sip´s oy!
Aumento de basura, cheapest in the Tantakatu,
Gente publicará un reportaje con matanzas paradisiacas,
Te instalarán senderos cerrados para un Wild Trip
                    (También mal asfaltados)
Enviciarán tus gafas, tus ojos hazel serán
chaskañawis
y dirán GRINGUIT´S TÍPICOS K´ARAS  HAY  K´
            MAMARLOS
cavarán fosas comunes, abrirás jaulas
enseñarás cómo mendigar con clase
                         asaltarán tus sueños
y al irte querrás una tantawawa al morir,
                                                                    morir,
                                                                    Morir.


Todo Blue

¡Pitufitos!
¡Los atraparé aunque sea lo último que haga!
…Lo último que haga.
Gárgamel

Cholivia en lo alto me llora un mar que no existió
y quiere que lo vuelva a perder.
Ante tal atrevimiento “patriótico”,
me decido lanzando una moneda
y no me sale escudo,
así que de cara le respondo:

¡Que se rinda mi abuela carajo!

 

 

Moscardón Bistrot de Juan Pablo Salinas

AFUERA
 
Las luces corren en la ciudad
como si se persiguieran unas a otras

Deslizan por sus esquinas
el artificial destello de sus ojos de reflector
la penetran por sus arcos y corren por las calles
alumbran los pasos
perdidos en el ajetreo del montón

En la calle de siempre todos los dientes se quieren morder

Ellos
con ojos de bestia
y el propósito atrapado en el puño oculto dentro del pantalón
las manos siempre en los bolsillos
cargando la verdad remojada en marchas sobre charcos bajo la lluvia
entre burbujas resueltas en múltiples explosiones
y en cada estallido
en cada detonación
un nuevo sistema de pulsaciones bajo los pies
hasta donde lleguen
de vuelta a casa, de salida o en busca de ella

 

Miembros del club
clientes del bar
pasajeros del colectivo
oficinistas de periódico y café
aficionados a si mismos

 

Corbata en nudo doble, traje notable y el reloj
la vulgaridad disfrazada de sofisticación
y todo es un desatino
producidodistinguidoconsumidoabsorbido

 

Entran
cuelgan el rostro en el perchero, se sueltan el cuello y se escurren hacia una mesa.

 


MESA 3

El espaldar de la silla saborea sus vértebras
acaricia sus costillas en cada movimiento

Bate las manos confundido
atrapado en las telarañas que los gritos tejen por los costados
Mientras arquea los hombros
seguro de vivir entre estos ruidos.

Un insecto cae en espiral
un insecto expulsado de su conciencia flota
posa en las paredes
copula sobre las mesas
y solo son moscas las que frecuentan sus días
coinciden a cada instante con su mirada
en cada banca
a toda hora
y es el tedio día a día

Se desplaza al baño y pronto a la mesa
todo se hace inaprensible
sus ojos se vuelcan y se mira en medio de un anfiteatro
sentado
automatizado sobre un sillón
con un control pegado a la mano y su dedo cambiando y cambiando
y pronto el zapping diario
y es Tele-Vida todos los días
efímeras escenas de felicidad
indigestiones de hambruna inmortalizada en spots de Herbalife
noticias rebosantes de fatalidad
y muertos, vidas, historias
una mancha
una suma de píxeles en la pantalla.

 

 

VICKY EN LA BARRA

“Nada más terrible para una especie
que recibir el miedo como herencia”
Una mosca

El último sorbo
la botella vacía

Se imagina durmiendo colgada de un árbol
en medio de la selva
bajo una roca que brilla

Tú eres así, tan frágil y salvaje

las imágenes se filtran en tu cabeza
y la médula espinada perfora tu encéfalo
te estresa
y tus rodillas se estrellan como platillos
tus manos enlazadas entre muslos que se abren
se cierran y se quiebran

 Estallas
y la noche te talla un rostro a bofetadas.


COCINERA

Abanica las manos (No las puede atrapar)
pero la dejan resolver el crucigrama
acariciar la inmensidad
encerrar el instinto con los dientes
apagar la luz con los párpados
y volver a sentir la humead del suelo

Por su cabeza mil imágenes en transito tejen historias
Ficción que mueve sus labios
Articulación de palabras inexistentes que redefinen “desolación”

Sobre la hornilla una caldera rompe el silencio y en su estomago se desata la ebullición
Un silbido cruza la cocina
Y el vapor asemeja esos buenos años                                     
Las moscas esos molestos personajes que quisiera tenerlos enfrente para aplastarlos
entre las manos
y los ojos
los ojos exorbitantes discurren obstinados la manija de la puerta.

Nadie llega
está sola
en la frívola estación de la realidad
donde solo puedes pescarse a si misma.

 


Preview de Milenka Torrico.(Yerba Mala Cartonera, Bolivia, 2009)

PAUSA

Has abandonado a tu novio
a tus pop stars
a tu perfil en facebook.

No contestas llamadas
no respondes mensajes
no atiendes la puerta.

Húmeda de náuseas, con el camisón de hace semanas
bebes ron sobre la alfombra
mientras oyes un cassette de rancheras.

 

Precauciones

Quien de ti ha gozado
no gozará más

cambiarás la cerradura

te instalarás en la tina pasadísima en coca
para que no haya sangre en la escena

desmaquillada por completo

con el cabello recogido en una trenza

y totalmente vestida
para que el equipo forense no te encuentre desnuda
                                          ni fotografíe las cicatrices de tu lipoaspiración.

 

COMPULSIÓN

las lagrimitas de asco que te provocan
quinientos bocados de sándwich de queso
y un terrible tazón de chocolate
no bastan.

Vomitar no te funciona
y desmayarte tampoco

así que tu último sms dice:
“ya no puedo más  ”

 

Regresión 

Era la puta sólo para ejecutivos
o la señorita que atendía un call center de ocho a doce.

Ahora es la enfermera geriatra
adicta al tabaco
           y a las aspirinas.

La que se desabrocha la bata para sus pacientes
esperando le pidan un baño de esponja
                                             y le den propina.

 

 

 

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Poesía joven boliviana, leída a nivel del mar.
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