Pobladores sobre
estimulados
MICHEL ULLOA
Editorial Canita Cartonera
Centro
Penitenciario Alto Hospicio, Tarapacá, Chile, 2010
Bajo los efectos de la poesía.
En Pobladores sobre
estimulados, el primer libro de Michel Ulloa (Valparaíso,
1987), se nos viene a la cara un texto y un hablante activo, estimulado
con la capacidad de ver y decir, bajo los efectos de la poesía. Aquí se
materializa un imaginario marginal, real y ácido, es decir social, por
lo tanto y por sobre todo crítico, pero mucho más allá de lo político,
ahí donde mandan la duda y el tiempo “un desfile de huellas obreras
ocultas tras los jefes” .
En este libro se registra el hoy,
desde donde el que mira es capaz de situarse en otras voces, como en
Para padre y madre “Recuerdo que no se hablaban hace mucho,
estaban separados”… “Mi padre y madre están juntos y me aprietan hoy…
porque una “bala loca”, atravesó mi cráneo”. Ulloa entra y sale a
través y por encima de la muralla que cree tenerlo recluido,
además asume su rebeldía con estética y sonríe cuando su escritura es
“comprar mi proyecto barato”.
Lo importante en este
libro, además de su potencia poética, es que el hablante nos dice en
forma rotunda “lo importante que tengo soy yo”, eso es lo real, lo que
queda, insisto bajo los efectos de la poesía.
Víctor Hugo Díaz,
Santiago, noviembre, 2010.
LOS 60 SEGUNDOS
Ojos escondidos,
tiras, caras interrogadas,
advirtiendo un espacio y tiempo de
sosiego.
Los segundos corren, al igual que las lágrimas
que
taladran la musculatura de la cara amoratada
en el silencio ocre
del atardecer.
Todos enterrados vivos
el coraje borracho
aferrado a las fotografías
que descansan apretadas en la
emoción.
Alineados frente a los muros, el colectivo absorto,
el
cerebro grita paciencia
acuchillando la carne de la cárcel, todo
está bien, es la naturaleza.
Acaricio lo mortal, los creyentes se
amontonan al cielo con rezos,
Las manos chocan penosas, efervescentes en estornudos
epilépticos
en dinamita con la espuma seca de la saliva
con un
puñetazo de tristeza.
El rostro busca el otro hemisferio, la otra
mejilla
Luego de hallarla el minuto de silencio termina.
PARA PADRE Y MADRE
Queridos
(as):
I
Recuerdo que mi padre me apretaba la cabeza contra la
cadera de mi madre, yo sólo pensaba en esa piedra en el suelo para
romper algo en una rebeldía infantil que sólo quería correr con perros
vagabundos, mucho más amistosos que niños y personas.
II
Mi padre y madre abrazados llorando con mis oídos
tapados por el brazo de mi padre y sólo quería cantar canciones y no
podía porque me picaba la cara con la falda de mi
madre.
III
Recuerdo que al sentir sus cuerpos tiritando hasta
los dedos de mis pies los sentía estremecer y sólo quería algún dulce
para juntar saliva y escupir maletines de sueños
aventureros.
IV
Mi padre y madre ahogados en gritos, en gritos
que traspasaban telas y carnes del brazo que me apretaba y cadera que
me acogía y la falda que me picaba ahora me rascaba la
cara.
V
Recuerdo que no se hablaban hace mucho, estaban
separados, hoy sin su contienda de insultos, derrocamientos. Yo no sé
si soy el motivo de esta unión y amor.
VI
Mi padre y madre están
juntos y me aprietan hoy… porque una “bala loca”, atravesó mi cráneo,
su brazo sostiene la permanencia vertical de mi cabeza y la cadera
trata de retener la sangre machacada de sesos analfabetos sólo para
que no salgan inocentemente.
VII
Vi la bala en mi memoria, es un
uniformado, no sé los motivos… eh, eh… ah, ah… tenía siete años y tan
sólo el recuerdo de un final infantil.
CONOCIÓ LA MUERTE POR
GENERACIONES
Sonaba Nino Bravo, el llanto salió de una voz
era
mi abuela arrinconada aferrándose a la nada
su madre intentando
detener recuerdos..
Mi madre escuchó un recado escondido
halló
la voz que anunció la muerte.
La radio también lloró por el
fallecimiento de Nino Bravo
su admiración susurró un cuerpo
desconocido.
Voz reconocida pero extraña, sin micrófonos
la
otra, la voz desgarradora
que anunció la muerte de mi
bisabuelo.
POBLADORES SOBRE ESTIMULADOS
Dos hombres conversan y gritan
el eco disparado y
disperso de frente y directo
rodeados, enmurados con las rejas
inmóviles
llenas de apariencias.
Marginados, sentados en el
esqueleto amargo
inadaptado al cemento clavado a su
alrededor.
Su carne incógnita, escarbada al escalofrío,
al
incendio mortal, quebrando la rutina impuesta.
Las cosas llenas de
polvo, entre paso a caminadas
vuelven al mismo lugar donde el mundo
se pierde
y esos hombres lo introducen al inframundo.
Los
embudos mentales, el bagaje emergente
la visión de estos hombres
manotean y apuñalan su voz.
Humean todos los bordes
se
desbordan los puentes
estrangulan la gramática, sentidos,
sentimientos, cuerpos, voces
mundos, el todo invisible a corriente
alterna.
Dos hombres prófugos
hablan y recitan poesía en la
cárcel
y muchos más se están fugando
.