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Víctor Hugo Díaz
Al otro lado de la puerta.

Antología mínima

Selección de Hiram Barrios
Publicado en https://www.revistacosmopista.com/ 27 de julio de 2020



.. .. .. .. ..

De: La Comarca de senos caídos, 1987


Paradero de micros

A esa hora /desde el paradero de micros
las tablas orinadas exhibían una realidad
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . /en blanco y negro o color.
Algunos /sumidos en nuestra propia camisa pagana
nos internábamos en las pisaderas
. . . . . . . . . . . . . . . . . . ./con sus grabados rupestres
O mirábamos por los vidrios
un ritual de pájaros anónimos
sobre el Calle-calle con sus óvulos
Limpiando la fisonomía de desagües
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ./muros
pincoyas silbando en cuatro patas
desde la orilla de la calzada.

 


*
Sobre la comarca de senos caídos
el clavo en el tatuaje.
La muñeca habitante de carcajadas flacas
encomendadas al aceite vertido.
A chuletas con puta vieja /la llaga
el hastío que hincha botellas rotas
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ./hasta el próximo sol.
Sentados a esperar como si nada
en el paradero de micros.
A chutes con la llaga /el disfraz
La quemadura del padre en la bocacalle
Colmillo de perros que rasgan bolsas
y nalgas carnudas tras los vidrios
Un lunes o viernes
A palos con el aire
cuando escondo la cara /la guarida
Con lentitud de bestia en regreso
sobre la comarca de senos caídos.

 

 

De: Doble vida, 1989

De esto surge un poema: de estar en un lugar
que no es el nuestro, y peor aún,
no nosotros mismos.
Wallace Stevens

Pagan Rome o el afiche a entrada de un cine II

Pagan Rome poseía colinas
Desde arriba la ciudad le parecía un gran juego de videos
que la noche hace emerger.
Allí fuimos exhibidos ellos
todos como una redada ante sus ojos
Bebíamos de los pequeños pechos
manados de los muros que por estos sitios
Una breve postal un destello
Altivas crestas de edificios
que los últimos celajes lamen.
Pagan Rome Chile Night Club
El cuadrilátero y la llanura donde descansamos la cabeza
El sueño de Calígula la noche anterior a su asesinato
Cuando creyó ser uno de nosotros
y bailó desnudo . sin decir . palabra.

 

 

Árbol de navidad

En un rincón de la escena
el árbol navideño se desgaja
Ya nadie lo mira y sonríe
El árbol de navidad se yergue la primera palabra
en medio del paisaje
Todos pasan cual ruidos nocturnos
asolando el territorio
Afuera crece la calle
una cañería entrecortada en cuyas esquinas
se puede imaginar el viento que nos arrastra
Aquí la gente camina con algún rumbo
Una vieja loca recorre las veredas
no provoca risa ni viste de negro
pero es la misma de Yonge Street
Pasa largas horas bajo el árbol de navidad
hasta ser los únicos en aquella vasta desnudez.
* La risa abunda en la boca de los jóvenes. E. Lihn.

 

 

De: Lugares de uso, 2000

El mañana es fácil, pero el hoy está inexplorado
John Ashbery

LA INVENCIÓN DE LOS AMIGOS

Los extraños que conocemos
son cada vez más jóvenes

Es igual para todos, una calle lateral
batiendo los brazos a distintas velocidades
pero siempre cuesta abajo
Afluentes de una misma inundación.

El mendigo se sienta al lado y hace picar el cuerpo
Interrumpe el viaje con sólo tocar sus cabellos

La ciudad se muestra teñida al forastero
pero oculta su negra vellosidad
Siempre es mejor una vida larga llena de suturas
de espacios en blanco –cuando todo lo hecho es un error
pero un error bien hecho–
Porque nunca dejas esa casa... la casa te deja.

Durante la noche ensancharon la calle
En el paradero reseco bajo el sol
la sombra del camión se detiene, se orina
y deja su huella
Las antenas de televisión son una especie
casi extinta sobre los techos
Escucha el esfínter dentado de su boca, escúchalo
una fiesta sin música y mucho ritmo.

Al otro lado de la puerta una procesión de evangélicos
corta la luz de la tarde; hace rato que partieron
Un fuerte viento baja seco y desconocido
resistiendo a cuantos caminan
Nadie sabe cuándo vendrá la próxima ráfaga
Igual al condenado protegido y cómodo
conectado a una maquinaria que no maneja
ignorante del momento de su ejecución.
Se sienta al lado y hace picar el cuerpo

El tañir de la botella desechable en la pisadera nos distrae

A su edad solo pensaba en cama y sábanas limpias:
cosas que suceden en el momento justo.

Se movía en la cabeza como un balazo
siguiendo el rastro de la noche anterior

la ruta de desperdicios sobre la alfombra.

 

 

LO QUE CONTIENE LA RISA

Los muchachos de la otra mesa sí saben cómo divertirse;
actúan como si no se conocieran.

Cuando al fin quedan solas hablan otro idioma
mucho más cruel

Ahora que se piensa dos veces
no hay nada tan importante. Dos desconocidos
que se sientan juntos casualmente
hasta ser los únicos pasajeros

Por fuera las gotas de lluvia se pegan a la ventanilla
Parecen una plaga de insectos transparentes
que han hecho un largo viaje para venir a morir aquí

eran tantos, tantos en número
que podrían llenar un gran silencio

Despierta temprano, se duerme y se hace tarde
Dejar así de estar a punto de que algo suceda
Dar pie atrás
o girar sobre los talones con violencia
para ser parte de eso efímero que contiene la risa

Estos años se podrían reducir a una frase
A una luz que atemoriza sin dejar quemaduras

al estar cerca se aleja igual que un espejismo
y se vuelve a formar unos metros adelante
Es como avanzar por un campo de batalla
lleno de los peligros que el enemigo deja en su retirada

De haber estado en otro lugar
podría haber visto cómo aquellos que rodean la casa
se van haciendo cada vez menos

Lejos, los que quedaron al otro lado de la calle
cuando cambió la luz del semáforo
y nos perdimos de vista

Una habitación que permanece tanto tiempo cerrada
toma el olor de sus ocupantes
Adentro el televisor está encendido y sin volumen
olvidaron apagarlo en el apuro de la despedida

Esta ciudad se podría reducir a una sola frase
A decir –paso– por un buen rato. Lo que no es otra cosa
sino una dirección que se hace más concurrida
el cuerpo que cambia de posición mientras duerme

–Quería ir bien puesto a su primera cita con la oscuridad–

 

 

FRÁGIL

Las flores artificiales
también florecen, pero en invierno:
su polen es el musgo

No requieren de luz sino de tiempo para volverse necesarias.

Toma la vía más rápida desde Santiago sur
Aquí la cara va por dentro. Acaricio mis papeles
y sé que está mirando
–ese vestir con mal gusto que tanto excita–

La cresta negra del gallo sobre la cordillera
es mi mano abierta contra el sol
Ahora sé cómo no se hacen las cosas
Y dele con la misma, no como en casa
en la que se podían rayar las paredes.

Nos quedamos detenidos
en un trayecto que no tiene paraderos
Luego el encuentro casual y rápido
pero en direcciones opuestas
(trenes subterráneos que se cruzan a mitad del túnel)

Se quedó esperando todo el día de cada año
tendida sobre los rieles como en la piedra de sacrificios
Al verla el llanto se instala sin dolor:
un recién llegado al baño de restorán
el suelo trapeado con cloro
y los ojos llenos de lágrimas.

El cargamento más reciente termina de vaciar el andén
y deja su turno al que viene
Su cuerpo es frágil, pero cuando está caído
paraliza la ciudad
(ella eligió el Metro porque ya estaba trazado:
no era un motivo de viaje
sino el camino más corto hasta el fin del recorrido)

–No importa, no quiero saber dónde llamar
ni dónde vives, por si me pongo tonta.
–Aunque los vagones traen ruido
puedo escuchar tu música.

Dos niños caminan junto al ciego
que sale de la estación,
guardan silencio, se miran
y creen pasar inadvertidos

lo ven subir la escalera

imaginan cómo es la oscuridad.

 

 

De: No tocar, 2003

Escribo caminando y me siento a corregir.

LA CASA DONDE NO VIVIMOS

La culpa siempre es del empedrado
Hoy tocaron la canción que más me gusta
y hay un amigo que no se deja ver

Por fin un deseo se cumple en desmedro del tiempo:
en la playa, acompañado, después de muchos días bajo nubes
el cielo se despeja y sale el sol

El odio se hace coágulo bajo la mala memoria
Jugar a las escondidas con restos que no se ven
que pasan inadvertidos
como sirena contra robos
activada al más mínimo roce del automóvil.

El padre no está en casa y nunca llama por teléfono
Se fue a vivir a una fosa o al fondo del mar

No se puede imaginar en qué estación sucede
nublado el verano, la aridez de un invierno seco
mientras el día se destiñe a pesar de la luz:
dibujo saturado de negro y un niño de siete años.

La verdad es otro seudónimo de la mentira
Salió a la calle a cumplir su itinerario
en el que simplemente desaparece

Su silencio no coincide con los ojos
con la camisa en la foto blanco y negro
que ella se cuelga al pecho
ni el sobrenombre hace mérito al fémur
ni al hueso húmero con que se identifica
cuando se acuesta a su lado
y oye la palabra hijo
–Nunca lo vemos en casa pero aquí vivimos
jugamos a las escondidas y él siempre gana.

Al mío lo conozco desde que murió
lo puedo visitar, hay un nombre en su lápida
(cambiaron la señalética, cuando niño me perdía)

Ahora es otra la forma de hablar
y el calor derrota a la brisa.

 

 

NO TOCAR

Dime algo, empieza a hablar
qué esconde el ciclista
que desata la jauría y hace que lo persigan

Mira sus pieles de reojo
mientras corren son un solo animal
iguales en ladrido y velocidad
cazador solitario tras su presa.

Háblame, di algo
por qué no jugamos a adivinar cuántos pisos
tienen los edificios

entre uno y otro sonríe el horizonte
la boca abierta donde faltan dientes.

No importa el silencio sino el vacío de la frase
el color de la fachada se ve antiguo
y el verde azulejo nunca más será
Lo que parece piedra no envejece
pero se marchita con la respiración.

Ella expande la ternura de sus mandíbulas
siempre por accidente
Adentro es húmedo y se mueve
ahí donde los huesos del pie plano hacen nudo
y el zapato gasta su deformidad.

Hace tiempo no amanece al final de las noches
Antes hay motores
que llegan en oleadas hasta la cama
desde lejos
por la calle principal.

 

 

LAS VIUDAS

Murió el primero de los hermanos
Penetró en el muro a pausas
entró negro y erecto
negra madera, vestido blanco

quejido y exhalación.

Las viudas contraen nupcias en la cama vacía
en ropa interior de luto

no lloran de felicidad
el ramillete no es obsequio y promesa para las solteras

Más tarde en privado las flores se marchitan
flores rojas, blancas, hojas de papel
se marchitan en círculo
coronas secas
final.

 

 

LAS PAREDES NO TIENEN OÍDOS

Cómo se habla a una pared –la estoy viendo
es más fácil describirla:
está hecha de ladrillos, uno al lado del otro,
arriba y abajo, nunca solos

Los ladrillos se disponen como las letras en el teclado
una junto a la otra, nunca solas, arriba y abajo

Al digitar las teclas
la pared se construye.

 

 

De: falta, 2007

 

Lo único terrible sucede a plena luz
a ojos de todos

LOS ALLEGADOS

Tú eres culpable del contagio
Deja que muera tranquila la víctima
cojo del pecho, cuando la ex prótesis
descansa en las vitrinas de la multitud
a pesar de las advertencias

El día cae encima cuando se piensa rápido
como las estaciones sin saber de dónde vino
sin moverse, dónde la viste

dentro del infectado nada se mueve.

¿Conoces el olor de una huelga de hambre;
golpes de martillo dos pisos más arriba
o el latir de un corazón apoyado en la mesa
hacen vibrar el único recipiente con líquido

Vejez y juventud se clasifican por olor
no por frescura. Se reconoce en las náuseas:
abuela torturada saliendo del baño
olor que deja el cáncer o la electricidad
entre las piernas

Los síntomas dejaron marcas
en el barro afuera del edificio en construcción
Huellas de neumáticos que se entrecruzan
borrándose unas a otras
dando cuenta de lo que fue el trabajo
y un día de ganancias

Sólo recibe llamadas y espera la sentencia
Guarda fotos de perros, no de hombres ni lugares
Llena la garganta de palpitaciones
casi invisibles como el rastro
que dejan los pájaros en su paso por el aire
sin humedad, frutos secos, piel que cubre los nudillos
a la velocidad del sudor cayendo por la frente
durante el miedo

Sí, tú eres el culpable del contagio
Ave de caza esquizo que propaga la enfermedad
Víctima y verdugo que abrió la puerta a los roedores
permitiendo que se reproduzcan
El que mató a su familia
o la abandonó en el desierto de la pobreza

un mensaje cifrado en goteras de tormenta
lágrimas irregulares y tartamudas.

Reparte los naipes
-Tecnología de baja obsesión
Coronas o plantas de invernadero
que evitan marchitarse bebiendo por la herida
y envidiando longevidad a las flores de plástico

Sólo recibe llamadas o se gasta las monedas
igual no hay nadie; amor anal, labios heridos
de fábrica o las suelas gastadas
de una canción antigua italiana
al otro lado de la pista de baile.

La bolsa de basura les habla. Ella les cuenta su historia
por el tajo donde los jirones de papel
agitan sus lenguas al viento

Un paso sigue al otro
brota el pasto
champas de pendejos verdes entre las grietas

Sólo querían inaugurar su nueva casa.

 

 

De: Hechiza, 2015

SILLA DE RUEDAS

“sin fuerza para unos pasos
viajaba sentado en la cama.”
Domingo Díaz

En la esquina que forma la muralla
del edificio recién construido
y la fachada de la vieja botillería

hay una Silla de Ruedas.

Cada noche se queda
hasta cuando las piernas dejan de pasar

Como arma Hechiza descargada apuntando.

Se queda hasta que su recorrido
deja de transportar: vehículos públicos
donde van de pie, los que pueden elegir.

Desde ese ángulo de 90 Grados
celebra sus cumpleaños con horas
semáforos que cambian de luz
y bocinazos
a plena vista.

Disfrutando la caída de las hojas
del sol
y la orina
practicando a diario
el único paso de baile que conoce.
En la esquina que forma la pared
del nuevo edificio y la fachada
de la última botillería del barrio

hay una Silla de Ruedas.

 

 

LA VEJEZ CHILENA

Todo lo que falta es parte de la felicidad,
en un país de oportunidades

Su primera hembra fue una dálmata
que no nació en Europa
Es cierto, tenía tez blanca
pero con manchas negras y lengua.

Siempre pensó que llevar una bitácora
no valía la pena, un privilegio entre las manos sucias
el gran tumor benigno.

Mejor conservar las cosas en las manchas del mantel
y en sus quemaduras
Las quemaduras conservan mejor los días.

Todo sucede a la vuelta de la esquina
Primero pasa a la vuelta de la esquina
y a su tiempo, hay que contar casi hasta cien
y salir a buscar

Como esa carga de escombros
afuera de la casa en remodelación
Donde no basta con expulsarlos
Hay que pagar para que se los lleven.

El armisticio es siempre rotundo y desechable
Es ver a todo un ejército joven rendirse
entre las ruinas escarchadas de una ciudad enemiga
Un intercambio de banderines y regalos
que se devuelven con violencia
a su verdadero dueño
buscando un puesto más favorable
desde dónde negociar

un lugar cómodo entre los colores del arco iris
que se forma
en la última lágrima, justo antes de caer
mirando este sol de invierno
bailando en medio de un desierto lleno de amigos.

Él siempre decidió con los órganos

Sentado en el living de esa casa no ve pasar a nadie.

Es sólo un amnésico crónico con pasado
que no lleva nada en los bolsillos que valga
Sólo la condena a olvidarlo todo
y ser olvidado.

Afuera el viento mueve las nubes

Parece cambio de estación

Su primera hembra fue una perra dálmata, tenía lengua
Alguien lo dijo, quién lo dijo
De qué hablábamos.

 

 

MUERTE DE JUGUETE

A veces te imagino
bajo un frío sol de invierno
mientras recuerdas todo esto que pasó
hace tantos años.

Sabes, al crecer la ropa se ajusta
a la deformación de nuestros cuerpos

Como el conteiner de basura
afuera del asilo de ancianos
que cada cinco días
espera su viaje al vertedero

que se acostumbró a secretos olvidados
a desperdicios en bolsas negras valiosas
[que no pasan de moda
cuando dormir es tiempo útil
y estar despierto perderlo.

De haberla visto pensarías que es un juguete
un juguete que los aleja
que no invita a jugar a sus enemigos
El arma Hechiza de un superhéroe
con el poder del rayo y el trueno.

¿Pero y si soy yo el que recuerda
esto que pasó hace tantos años

imaginado por ti?

Yo el tesoro, el cofre con riqueza
y el cráneo infantil destrozado
que se encuentra al final del arcoíris
Lacrimógeno
humeante entre hogueras de Protesta

al final del arcoíris donde vino a impactar
esta bala anónima

El disparo al aire que me eligió

bajo este frío sol de invierno.

 

 

De: Lo puro puesto, 2018

A todo eso que es visible,
a lo que sucede entre dos espejos, frente a frente,
mirándose.

En este negocio nada se fía –Te juro, nada tengo
lo puro puesto, mi odio.

Hablar con extraños, No tocar

 

 

MATERIALES LIGEROS

Las pisadas de los que huyen
se pueden escuchar durante la sequía

son el crepitar de flores
y pastos muertos del año anterior
donde cada paso dice algo

historias inconclusas que suceden
entre Estaciones del Metro
o construcciones de material ligero
que los puertos y el aburrimiento
de no sentir miedo
se llevarán

odios amados que se cocinan por horas, un día a la vez
a fuego lento durante años
en este vertedero de puertas abiertas;
pero clausurado a los que piensan en escapar.

Islas que nunca han visto el agua
apenas calles pavimentadas
y explosiones extranjeras fabricadas
para reunir a los amigos
pero sólo a los que puedan recopilar extremidades
armar el rompecabezas
y después sepultarlo.

Cuando al lado sólo hay dinero falso
y la respuesta es: no me acuerdo
no sé lo que hice ayer
era el último Teléfono Público de monedas
solo
en el Centro Comercial
mientras nadie llegaba
por el camino bloqueado
huérfano de pies.

Los barrenderos saben rastrear el peso y tiempo
que dejan los desperdicios sobre tierras depiladas
también leen el silencio que cometen las hojas secas
junto a árboles desnudos exhibiéndose en público
una tarde sin viento.

Pero no importa, todos han vuelto, nadie huía
ya crecieron los pastos
levantaron nuevos techos
regresó la lluvia.

 

 

SE INICIA EL CIERRE DE PUERTAS

a los desconectados

El cuerpo no tenía ganas
y nada que hacer
como el gato kiltro* que no es de nadie

Esta vez llegaría temprano
pero igual atrasado
después que la sesión y las puertas del Metro cerraron.

Quería conectarla
y tocarse a través de “nuestra” pantalla
“juntos para siempre” después de su turno
frente a frente al teclado
y la cámara que los une

al menos escucharla mientras trabaja
y seguir sus instrucciones por el altavoz
de alguna Estación
o agregar amigos de sus amigos
para visitar lo que hace
y respirar una pequeña dosis de su aire

apretando con fuerza la tapa de cerveza
entre pulgar e índice hasta doblarla

como si al querer reiniciarlo todo
la imagen alcanzara la edad en que se tienen todas las edades
y ganar otro enemigo
fuera el más bello obsequio
iniciando el cierre de todas las puertas.

Pero ya actuaba raro
parecía imitar los gestos sospechosos
del policía viejo y enfermo dado de baja
que todavía en su cabeza
cada mañana
persigue al verdadero culpable
del terrible delito de olvidar.

*Perro de raza mestiza

 

 

LIBRERIA QUEMADA

Los recuerdos como los libros
se pueden ordenar en estantes y repisas
clasificarlos por tema, por edad, por dolor.

Primeras ediciones que quedaron impresas
con lágrimas
mentiras, colores y sonrisas.

Con el paso de los capítulos
las voces y los personajes han ido cambiando
sucedió en tan poco tiempo
como un silencio hablado a señas
o las últimas palabras del muerto
dirigidas a un vivo que acaba de nacer.

El acuario estaba lleno de agua esa noche
pero seco de peces
donde solo se escuchaba el ruido áspero
que hacen los billetes al ser contados.

No pudo escapar del incendio

Así lo encontraron, nada en las manos
ningún recuerdo
sólo cenizas y dinero quemado.



 

 

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Víctor Hugo Díaz
Al otro lado de la puerta.
Antología mínima
Selección de Hiram Barrios
Publicado en https://www.revistacosmopista.com/ 27 de julio de 2020