Después del hambre
                        Mientras miraba sombras de la muerte
                me procuró sus últimos consejos,
                –baila, baila mucho antes de casarte
                nunca dejes tu casa
                luego andas dando molestias a hijos,
                nietos, bisnietos, 
                sé reguilete, preserva tu casa.
              A mi hermana se la robo su novio, 
                se fue con él al campo de batalla,
                salió con mis hermanos, ya no supimos nada,
                Lupita tuvo suerte, tendrá más de 100 años,
                anduvo en la bola, de soldadera,
                mi madre la condenó, no volvió a casa.
              –La estoy viendo, ahí está la muerte mija,
                ten, toma mi virgencita y recuerda
                baila, forja tu danza
                haz con tu cuerpo el ritual, la belleza.
              –Baile por última vez en mi boda,
                en la revolución fuimos a la ciudad
                toque de queda raciones de maíz,
                ten siempre en tu alacena arroz, sal y frijoles, 
                mija, ya se acerca mi muerte, toma mi virgencita
                nunca dejes tu casa.
              Mija, me cortaron el pelo
                me lo cortaron no puedo peinarme
                ten mija, toma mi Guadalupe, mi monedero,
                y baila mucho, baila antes de casarte.
              –Acércate mi niña, para tocar tu frente,
                te doy la bendición, 
                y recuerda nunca dejes tu casa,
                la mía se la dejé a tu tío,
                su mujer me corrió, lo corrió a él,
                desde entonces me cobijo con hijos,
                nietos y bisnietos, 
                nunca dejes tu casa, 
                toma niña mi virgencita, mi monedero,
                nunca olvides tu danza, luego hay guerras y hambre.
              –Mija, mi niña ya viene la muerte, 
                está en la puerta, esperando.
              
                               
              Adelita, le tengo rabia al silencio
                        I
                Cada hilo de agua es una mujer
                la vemos con su vientre habitado,
                con sus ojos nostalgia mirándose al espejo,
                sus canas de sabiduría, dolor,
                la vemos en la tarde de la lluvia que le muestra de cara el desempleo 
                en la mañana de la muerte
                . . . . . . . . . . . . . . . . la guerra
                . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . o las lágrimas de un niño.
              Fluye su voz a la hora de ser madre
                         
                en la caricia que derrama sobre su árbol
                                 
                y cuando amasa las tortillas
                                         
                fluye como luz hasta quedar exhausta.
                Sus brazos descansan en la tierra, borbotean
                         
                se consumen al sol 
                                 
                en el intento de nombrar
                                 
                busca en la aureola de sus senos 
                                         
                en su vientre poblado de caricias
                                         
                en la lengua del hombre
                                 
                busca en las letras la palabra
                la voz que no diluya su cantar entre la bruma.
              
                II
                La mujer agua danza por la tierra
                de gota en gota desvanece sombras
                destruye el cerco que la viste
                los pliegues de su falda
                tocan la extremidad del viento
                luego
                        
                los hilos cantan
                siempre     de gota en gota.
              
                III
                Así de letra en letra
                aparece danzando el huapango de la noche
                gira en medio de la guerra
                con el aroma en la punta de la voz 
                con el rezo que nace de la pólvora
                con el vestido negro 
                aparece cantando la violencia
                la mano en puño con las cuentas
                de barro, aroma a rosas con sus cruces
                lapislázuli en cuello, 
                                
                lazo de suicidio en la escalera
                                
                de tortura, abuso, violación,
                los estudios son tizón bajo el comal 
                tizna la olla de frijoles
                marca del sabor a hogar que encendió la abuela.
              En su murmullo cocina la clase de mañana
                teje el arroz       lo  e  s  t  i  r  a  para el hambre
                se cubre con el tizne de la olla
                vende sus letras su sonrisa
                su tiempo al tiempo de los otros
                a veces vende su cuerpo o lo regala.
              
                IV
                El agua no está sola
                         
                se cubre de sombras, se protege
                porque la luna le grita por las noches
                palabras de luz que deletrea:
                es muro que viste al otro muro
                ella fluye en los brazos de otras aguas
                ella es él
                         somos río
                                 con aguas agitadas
                                                          que buscan la concordia.
                De sus ecos nace un manantial, 
                río en combate
                se derrama en transparencia.
              
                V
                La turbulencia nace con preguntas primigenias 
                en la pendiente de los cerros
                                          
                cuando los peces se mueren en la red
                en la frontera ante el disparo de la migra
                en el asalto a la mitad de la calle de su casa
                en la jornada triple     en el ensamble
                en la mentira del periódico
                en la huella de un dedo democrático
                en el sueño perdido entre fantasmas
                en la espuma usurpada de caricias
                                                 
                por las orillas de las sombras.
              La turbulencia es huella
                chubasco de poro en poro.
              
                VI
                El agua es piel    tiene memoria
                         
                de poro en poro 
                                         
                resbalan por su vientre 
                                                                   
                los paisajes
                parpadean el grito de un lamento
                        
                se desdoblan
                                       
                se funden
                                              
                son recuerdo
                crecen en el aroma de la tarde.
              Su piel vértigo
                        
                es una flecha 
                                
                atraviesa su garganta.
              
                VII
                Fluye
                        
                danza de letra en voz
                        
                a través de los siglos
                canta
                        
                el rosario alegre del comal
                        
                el de las cuentas negras del combate
                        
                busca a sus peces atrapados
                grita
                        
                el grafiti de Colombia,
                        
                la Plaza de Mayo,
                        
                el charco de sangre en la Huasteca,
                        
                las calles de Oaxaca
                        
                grita una mujer desde la tierra
                        
                se escucha su eco
                        
                en el desierto de Chihuahua.
              El agua danza sola
                                 
                ellos desaparecen.
                Manchas de sangre en las ventanas
                se tiñe de rojo el cielo
                                       reflejo de sus muertes.
               
               
              * * *