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Tocar con los ojos
Material peligroso de Gabriela Cantú, Editorial Hiperión, España, 2015
Por Víctor Hugo Díaz
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Recuerdo haber oído una vez al gran poeta chileno Gonzalo Millán, decir “el don en poesía es lograr que no se te vea la tinta al leer el poema”. Es decir, sobrepasar ese filtro encarnado en la letra, cuando lo que importa es la intensidad, el misterio de lo cotidiano, la experiencia vital y la lupa subjetiva.
Otra posibilidad o mirada, es abordar el “género” poético, como un nicho o profesionalismo de las teclas, como una decisión racional, decisión de escritura, un plan productivo centrado en lo “textual” y en una búsqueda experimental de originalidad.
Quisiera comenzar dejando claro que a mi parecer; tocando con los ojos, profundizando en lo superficial, yendo al hueso y a la piel e intuyendo a través del microscopio; la poesía escrita por mujeres en México y en toda América, es una fuerza creativa importante y presente desde siempre en la literatura, pero silenciada por épocas, mediante estrategias de ocultamiento. De forma autónoma, hoy la poesía femenina se ha consolidado y adquirido visibilidad cultural desde sus propios espacios creados.
Como ejemplo sólido desde la primera mirada o lupa subjetiva, intentaré visualizar eso inasible de las cosas sucediendo en Material peligroso de Gabriela Cantú, un discurso que habla claro desde lo femenino, en su diversidad, pero de modo universal, privado y público, no desde una plataforma sistémica, desde la cual generalmente, los resultados no guardan relación o cercanía a lo experiencial y lo estético; como si se tratara de cualquier otro discurso de poder, “ismo” o militancia. En otras palabras, basando su escritura en discursos o definiciones acotadas, previas a la poesía (G. Deleuze: La poesía no tiene anterioridad).
Al abrir el libro Material peligroso de Gabriela Cantú, se oprime el ON de una corriente viva o flujo que se mueve por todo el texto, deslizándose a distintas velocidades, en continuidad, pero siguiendo los pasos de un baile, que ya no requiere necesariamente del verso; poesía intensa y transparente, que tiene como uno de sus ejes de gravedad la "geografía del cuerpo".Recordemos que una buena biografía, se escribe con el cuerpo.
A lo largo del desplazamiento de este libro, la mirada adquiere protagonismo, al mixturar la belleza de su lenguaje con situaciones vivibles-visibles, descubriendo con lupa o microscopio: No es lo mismo mirar que mirar. o Te pensé en una pequeña imagen como/ esos negativos que vendían hace mucho/ tiempo en los circos; asomé mi ojo por esa/ pequeña cámara contra la luz para verte.
Aquí, además sucede otra fricción, lo que parece narrativa, a veces disfrazada de linealidad, contiene densidad atmosférica autónoma, hace intuir eso otro que pasa, que pesa, que sucede y acompaña a los objetos, que es casi de cristal pero al rojo en la fundición de lo aparente; tensa, intrigante, siempre a punto de la ebullición: Te he visto reflejado en la taza de café de la/ mañana, también en el parabrisas del auto/ cuando estoy detenida// …ciertas cosas deben cumplirse …como detenerse a pensar en/ una imagen que nos da placer…
En Cantú el tiempo es otro de los pilares o ejes que lubrican y permiten el funcionamiento de este libro: Se había establecido una fecha pero los/ acontecimientos del día siguieron su propia/ forma de hacerte sentir como una nave encallada/ y ves el agua que sigue corriendo… sin tomarte en cuenta. o … los cubos que salen del congelador… El agua detenida ahí… Se trata de una suspensión de/ movimiento, de una especie de muerte/ limpia y transparente.
Para Gabriela las acciones, las extremidades (…olvidarse de que/ tienes piernas y dolor de pantorrillas y de que/ tienes vejiga acumulando orina, olvidarse/ también de que existe un mundo allá fuera/ abriendo y cerrando su hocico) o las posturas corporales, son Materiales peligrosos: Algunos materiales pueden ser/ peligrosos, el exceso de luz –por ejemplo-// … puede provocar ceguera temporal o… clarividencia, que si fuera el caso, también/ es temporal.
Frente a esta peligrosidad, la única y la peor, la de no sentir la vida, la de la no oscilación ni el viento; este hablante desarrolla ojos y oídos atentos, es austero, pero depredador y recolector de lo que está pasando. Así nos habla desde este sólido libro, de frente, sin truculencias discursivas. A veces incluso hablando sola o dormida. Tal vez cuando todo lo observable a plena luz ya no es suficiente. Como buscando: Como si no hablara lo suficiente durante el día, / dicen/ que hablo mientras duermo y creo que dicen verdad/ Anoche me despertó mi propia voz…
De Material peligroso (Poesía Hiperión, 2015)
I
Dos personas se dicen adiós como si intuyeran
que no volverán a verse pronto. Prolongan el
momento para no enfrentar el vacío. Podrán
encontrarse en algún sueño, en el rostro de un
extraño en la calle, o en el libro que están por
comenzar a leer. Esto no es un cuento, es más
que una imagen que se trabaja para un texto; es
un hecho de la vida real como dirían en los
programas de televisión.
Desde entonces, hace apenas unas veinticuatro
horas, te estoy buscando y, en “la vida real”, no
te he visto.
Cuando uno piensa que está escribiendo de
alguien más resulta que la verdad es otra y
que uno sólo puede escribir de sí mismo.
Presumo que se debe a lo altamente egoístas que
somos. Supe de un hombre que estaba muy
triste porque tenía una mujer que había perdido la
cabeza por algún vicio. El hombre difícilmente
veía la luz del día, no probaba bocado, dejó de
ver a sus amistades, perdió su trabajo, se enfermó
de pulmonía y casi pierde la vida. Todavía no sé
la causa que une mi vida a la de este hombre del
que estoy escribiendo, pero estoy segura que en
algún momento encontraré un hilo que nos
una. Quizá, pero no estoy segura, yo también
tenga un vicio y mi vida corra peligro.
El asunto de la medición es una constante entre los
científicos. Esto no se refiere, o no nada más, a la
organización de datos de acuerdo a una escala, sino
a la observación. La concentración, la paciencia,
la intensidad en la mirada es lo único que puede
conducir a algún tipo de revelación. Esto lo dijo un
investigador en un documental sobre los átomos y los
quarts. Hablaba también de la materia, de la antimateria,
de lo creado y lo no creado. Eran datos científicos, lo sé,
pero todo el tiempo sentí que hablaban de poesía.
Estamos sentados en un restorán comiendo
pescado frito. Aquí nadie nos conoce y así
está mejor —así podemos vernos mucho tiempo
sin decir nada hasta que uno de los dos no se resista
y asalte al otro de manera un tanto intensa y alguien
llame a la autoridad del puerto y nos detengan por
escándalo en la vía pública, y entonces vayamos a un
lugar más privado (digamos una cueva o una gruta) y
ahí, mitad vestidos, mitad desnudos, nos amemos por
largas horas—. Por lo pronto estamos comiendo pescado
frito en un restorán del puerto pero creo que tarde o
temprano llegarán las autoridades.
Algunos materiales pueden ser
peligrosos, el exceso de luz —por ejemplo—
puede provocar una ceguera temporal o, por
el contrario, puede inducir a un estado de
clarividencia, que si fuera el caso, también
es temporal. El efecto depende del objeto
que irradia el brillo y de la capacidad de respuesta
del otro. El otro eres tú. Tú cuando te alejas y
te observas extraño, tú cuando no reconoces tu
propio cuerpo y sus reacciones, tú cuando
pronuncias frases que te parecen ajenas, tú cuando
estás justo en el momento de caer al sueño y
te resistes, tú cuando eres golpeado por la luz
y por unos momentos te sientes la presa de un
animal salvaje, sensación que parece eterna,
pero que en realidad —como dije— es temporal
y si tienes suerte te abrirá una puerta.
Como si no hablara lo suficiente durante el día dicen
que hablo mientras duermo, y creo que dicen verdad.
Anoche me despertó mi propia voz como si fuera la de
alguien más. Parece que algunas de mis frases nocturnas
tienen que ver con fechas y nombres, pero en ocasiones
también maldigo, es decir, digo palabras altisonantes, palabras
que dichas a plena luz del día y en plena consciencia no me
preocuparían. Aseguran que solo el 5% de los adultos padecemos
de somniloquía —palabra científica que hace referencia al hablar
mientras se duerme—. Aseguran también que en esas recitaciones
están mezclados elementos reales y fantásticos. Es cierto que padezco
ciertos trastornos del sueño y que a veces me gustaría poder dormir
tres o cuatro días seguidos sin interrupción alguna; y aunque estoy
cierta que eso está lejos de ocurrir no pierdo la esperanza.
* * *
Gabriela Cantú Westendarp (Mty, N.L. 1972) Poeta y promotora cultural. Tiene una licenciatura en Estudios Internacionales por la UDEM y una Maestría en Ciencias con Especialidad en Lengua y Literatura por la UANL. Es Directora de Difusión Cultural de la UMM. Imparte talleres de lectura y creación poética en diversas instituciones. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2012 y Mención Honorífica en el Premio Regional Carmen Alardín 2011. Recibió la beca, en el área de poesía, del Centro de Escritores de Nuevo León en 2006. Ha sido miembro del Consejo Editorial de la sección cultural del periódico EL NORTE del Grupo Reforma. Tiene cinco libros publicados, Material peligroso (Hiperión, UANL, 2015) Naturaleza muerta (UANL, 2011) El filo de la playa (Mantis editores 2007) El efecto (CONARTE, 2006) y Poemas del árbol (UANL, 2009). Fue co-fundadora de la revista de arte y literatura Otra orilla. Su obra se ha publicado en antologías, periódicos y revistas deMéxico, España, Estados Unidos, Inglaterra, China, Colombia, Argentina, Ecuador y Cuba.