IV
                Hijos del roce que arrasa
                  hijos del toque de queda
                  pobres pagando peajes
                bajo la luz intermitente
                  de manos sudadas
                  caricias desplazadas
                  mortificadas de vez en cuando
                ciudad sesgada bajo el eclipse
                  rostros derretidos en la fábrica
                  ruidos acompañan nuestro espíritu 
                hijos del hambre, hijos del desastre
                  bandera empapada de aguas servidas
                  cuarenta y tantos esperando el sol 
                disparos en la muralla de la inconsciencia
                  silbido nocturno orillado en la calle
                  maquinaria bestial
                  recorriendo el tiempo que apremia
                tu garganta que sangra
                  en el regocijo de los nombres 
                hijos de la espera, de la historia inconclusa
                  nada de roces, nada de manos sudadas.
                 
                 
                XI
                Mal Agestá te dicen
                  desgarbada
                  rodillas peladas
                  sobre el piso de tierra                   
                Mal Agestá, espalda crujiente
                  bajo el azote del nacimiento
                  borracho de la noche
                turbia en el patio
                  de las princesas pulidas
                  azorochada por la mirada
                  del cristo en la muralla 
                Mal hablá predicadora
                  dueña de las esquinas humeantes
                  mujer danzante en las canchas de tierra 
                Mal Agestá, pies descalzos
                  sobre la lluvia 
                Penitencia continua
                  de los deseos malintencionados
                  de tu raza maldita
                mal encajá de la divina comedia
                  en tus redundantes lamentos 
                ¡Ja! saltaora de puentes y cornisas
                  encarnación de la mama santa
                  dibujante de niños 
                Mal Agestá
                  los grados se empinan sobre ti
                  y tú debajo del árbol... pordiosera.
                 
                XII
                Las lágrimas de mi vecina
                viven
                  en el cerrojo de su puerta
                  puedo verlas bailando. 
                su cabeza estalla
                  en la ventana de su casa
                  puedo verla sangrando. 
                los ojos de mi vecina, buscan
                  en sus húmedas cuencas
                  puedo verlos escapando.
                 
                 
                
                Mal agestá / Mala gesta / Mal gestá
 
                  Ingrid Escobar. Editorial Piedra
                  Santiago de Chile, 2015