Proyecto Patrimonio - 2014 | index | Víctor Hugo Díaz   | 
        Autores 
        |
         
         
         
         
        
        
        
         
         
        
        
         
        ENTRE  LA VIDA Y EL TEXTO
          Presentación  de "Desarmado", José Morán, Ed. Cuarto Propio. Stgo 2013
        Por  Víctor Hugo Díaz
        
         
        
        
        
        
         .. .. .. .. .. . 
        “y  así sepa la costra que la herida no es error.”
         Si quisiéramos buscar dicotomías en la poesía, veríamos  enfrentadas dos miradas: escritura o experiencia poética, es decir, texto,  lenguaje, tradición v/s hablante, observación, cuerpo. Ambas contrapartes  tienden de modo casi ideológico a representar las dos caras de una misma moneda  expresiva, esa que jugando, arrojada al azar, también se permite la posibilidad  de caer de canto, difícil de lograr pero si real.
         En Desarmado de José Morán, Editorial  Cuarto Propio, Santiago, 2013, se nos propone un libro que se equilibra, o por  qué no  decir mejor: se hace bisagra o pliegue. Ese estar entre esos dos  extremos del mismo nudo ciego que es la poesía “te mordieron pero no estás armado” o frente a “eres demasiado caballero. Agitas tu realidad para toserle a la luna”
decir mejor: se hace bisagra o pliegue. Ese estar entre esos dos  extremos del mismo nudo ciego que es la poesía “te mordieron pero no estás armado” o frente a “eres demasiado caballero. Agitas tu realidad para toserle a la luna”
         Otro vector que se hace presente en esta ecuación, en esto  tan inútil y complicado como el algebra, citando a Lihn, es el desplazamiento y  su relación con la ciudad, un tránsito o tráfico por donde este hablante “desarmado” se  mueve y desliza, carente de armas, con sólo  una mirada atenta que esgrimir en su defensa: “Atravieso el circulo de la noche más ardiente/ como un alacrán  translúcido caído en la ciudad” o “No  es necesario vagar rápido en el fango de esta ciudad para saber que te puedes  bautizar con mierda” o “recorrer la  ciudad en busca de una sombra que te haga compañía”
                  Y de pronto sucede un giro, una acelerada a fondo, no en  reversa sino hacia adentro, donde suma y dice: “y bajo amordazado por la soledad” o “Te miras en el vidrio de tu pieza/ tratas de acordarte de algo” y  por supuesto  se hace presente el tiempo  y el extrañamiento “Es lunes, no hay casi  nadie en la calle y estoy abandonado por mí, por los demás”.
         Insisto, en este nuevo libro de José Morán, su hablante,  actúa como un funámbulo que se balancea entre la vida y el texto, habitando la  ciudad, su noche, visibilizando imágenes y a una voz que adquiere espesor, las  que se aúnan y encuentran en lo escrito su espacio vital. Allí donde el ritmo,  la palabra y la pausa, hacen posible corporizar y hacer táctil las densidades  significativas del lenguaje, dándoles el poder y la magia de entrar o visitar  mediante los poemas, la cabeza del otro. 
         Entonces si la buena poesía es capaz de estar en la cabeza y  vida del otro como en sí mismo, significa que el lector también es el escritor  y viceversa en este lugar extraño que es la poesía, donde el decir debe ser siempre  mucho más que lo escrito. Desarmado de José Morán nos habla  desde adentro, desde nosotros mismos, ese es el logro y el sentido, encontrando  en la poesía su hábitat natural.