Proyecto Patrimonio - 2016 | index | Víctor Hugo Díaz | Autores |
         
        
        
        
          
        
        
        
        NUNCA LEJOS DE LA BELLEZA
            
            Hechiza, poemas anticipados, Víctor Hugo Díaz,
            
            Editorial VersodestierrO, México, DF, 2015
          
          Por Juan Pablo del Río
          http://www.piranhamx.club/index.php/component/k2/item/73          
        
        
        
          
        
         .. .. .. .. ..           
                   EL DESPLIEGUE DE LA REALIDAD OCULTA EN UN PAISAJE  POETICO O LA PERMANENCIA
 
          INALTERABLE DE UNA EMOCIÓN EN UN LUGAR SIN TIEMPO
        
        Era  mi reflexión contrariamente a lo que representa, la poesía del poeta Chileno  Víctor Hugo Díaz; con ese enorme poder de significación de las imágenes.  Economía de recursos estéticos, para lograr aquel destello de trascendencia; es  decir, la virtud de permanecer en el tiempo. De capturar una emoción vívida en  un puñado de versos: LA POESIA EN SU  ESENCIA.
                  Cada imagen, cada composición de  este grupo de poemas, nos remite a una especie de fotografía o carta postal. A  un documental de la realidad y sus contextos. Sus circunstancias. A nuestra  propia historia latinoamericana, mestiza y hechiza; como claramente expone el  título de este libro. Un cuadro construido a partir de retazos y objetos de un espacio  periférico. En la periferia del espíritu. Una esquina de hermosa tristeza a  veces. Lo que curiosamente,  y sin querer queriendo, hermana la poesía de Víctor  Hugo Díaz a la de Jorge Teillier. No como sus émulos, sino, por la capacidad de  crear un lugar, un lugar poético habitado y reconocible por todos nosotros.
y sin querer queriendo, hermana la poesía de Víctor  Hugo Díaz a la de Jorge Teillier. No como sus émulos, sino, por la capacidad de  crear un lugar, un lugar poético habitado y reconocible por todos nosotros.
         Con elementos simples, figuras  aparentemente estáticas y un lenguaje articulado sobre un discurso a veces  mínimo (por no usar el relamido minimalismo japonesoide tan en boga) nuestro  poeta logra condensar una emoción, quieta y difuminada, en blanco y negro, si  se quiere. Como quién sopla un poco sobre las plumas del tordo*, y logra ver la  herida o la cicatriz; el recuerdo, la nostalgia del amor como una sombra. Pero sin  con ello, quedar en la pura contemplación estética y olvidar la tarea crítica  sobre nuestra historia política y tercermundista.
         Poesía de sombras, de semitonos, de  claroscuro donde la ciudad es la escena principal y la habitación vacía la  reflexión sobre la ausencia. Víctor Hugo Díaz es poeta trashumante, caminante del  espacio público. La fabela o la pobla, el barrio antiguo en extramuros. Un  poeta de la calle, un observador preciso y lúcido, inscrito en la vieja  tradición de la poesía chilena. Atrás el gran Enrique Lihn y detrás de Lihn los  demás. Delante de Díaz, los epígonos; los que tomarán la posta para seguir escribiendo  el poema interminable:
         “Esta luz de baliza recuerda otras  murallas / a otra hora del día”  Nos dice  con meridiana claridad en el poema Murallas de Troya, que resume bellamente,  nuestra tragedia de pueblos “hechizos”. Porque extrañamente, la gran poesía,  jamás se aleja de la belleza.
         Hay una enorme capacidad en nuestro  poeta en crear una épica urbana, original y mínima, como decía antes. Creo sin  miedo a equivocarme que Víctor Hugo Díaz, es una de las más importantes voces  de su generación, si no la más importante. Alejado de un vanguardismo histérico  y ávido de excentricidad. De un “parrianismo” fácil o fome*, o simplemente de  ser la fotocopia de un poeta mayor. O como los ahijados del súper- poeta que  agradecidos por sus consideraciones, vapulean a los demás, menos al promotor de  su causa. Víctor Hugo Díaz camina solo, sin pedirle permiso a nadie. Sólo con  su talento y su capacidad poética.
         Un ejemplo de su “maestría” en  “Hechiza”, es el poema “Silla de Ruedas”, contenido en una imagen de fuerza  extática, donde los objetos, aparentemente inservibles y patéticos, cobran  inusitado significado, tras el paisaje del barrio desértico o abandonado. En la  metáfora perfecta de nuestra decrepitud como sociedad. Pero paradójicamente  dándonos sentido de vida, en medio de un paisaje urbano y agreste. Como esa  silla vacía y sola en la escena vacía iluminada por un foco de luz. Un ethos  que de alguna manera, reclama la presencia del amor humano, de nosotros, de los  otros. 
        Curiosa condición de una  poética que se rebalsa, más allá incluso, de su propio autor. Más allá  expandiéndose con propiedad y exactitud. 
        
        *tordo:  ave chilena de plumaje negro
          *fome:  aburrido, sin encanto
         
        Santiago, Chile, julio 2016
         
         
        * * * 
         
        Víctor Hugo Díaz nació en Santiago de Chile, en 1965. Ha  publicado “La comarca de senos caídos”  en 1987, “Doble vida” en 1989, “Lugares de  uso” en 2000, “No tocar” en 2003,  “Segundas intensiones” en 2007, “falta” en  2007 y Antología de baja pureza en 2013 y 2014. En 1988 obtuvo la primera Beca  de Creación Taller Pablo Neruda; en 2002 la Beca de Creación del Consejo  Nacional de la Cultura y las Artes. En 2011, 2012, 2013 y 2014 ejecuta el  Proyecto Escritos de Sur a Norte, Poesía de Chile en México; y Fronteras sin  Límite 2015, Poesía de Chile en Perú y Bolivia, apoyados por el Fondo del Libro  y la Lectura. El año 2004 ganó el Premio Pablo Neruda en su centenario,  otorgado por la fundación del mismo nombre. Sus poemas han sido publicados en  diversas revistas y antologías, además cuenta con numerosos textos críticos  acerca de su obra. Es reconocido como una de las voces poéticas vivas más  importantes de Chile.