El trabajo poético que se está desarrollando a lo largo de Latinoamérica ha contado, y aún cuenta, con peculiar importancia e influencia en la escritura mexicana. Una parte representativa es el caso del poeta Víctor Hugo Díaz Riquelme, originario de Santiago de Chile, quien recientemente editó Antología de Baja Pureza, dentro de la colección de Sur a Norte, bajo el sello Verso Destierro, con lo más destacado de su obra. Víctor Hugo Díaz (1965). Ha publicado “La comarca de senos caídos” en 1987, “Doble vida” en 1989, “Lugares de uso” en 2000, “No tocar” en 2003, “Segundas intensiones” en 2007, “falta” en 2007, “Antología de baja pureza” en 2013. En 1988 obtuvo la primera Beca de Creación Taller Pablo Neruda; en 2002 la Beca de Creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura y en 2011, 2012 y 2013 el Proyecto Escritos de Sur a Norte, Poesía de Chile en México, apoyado por el Fondo del Libro y la Lectura. El año 2004 ganó el Premio Pablo Neruda en su centenario, otorgado por la fundación del mismo nombre. Es reconocido como una de las voces poéticas vivas más importantes de Chile,y para tener un aproximación a este trabajo, en esta ocasión ofrecemos un texto  de Carlos Henrickson, acompañado de algunos poemas para tener un acercamiento a la obra. 
        
        La ecuación vida-poesía tiene varias  maneras de (no)resolverse. Una de ellas, en las que coincidimos alguna vez con  Víctor Hugo Díaz (Santiago, 1965) es que el objeto de la poesía es la vida en  su intensidad. Y esto no es poca cosa, si se piensa desde dónde Díaz  empieza su camino escritural: el Chile de fines de los 80. 
          
          En nuestro país, esos años no sólo  fueron el escenario de una crisis mayor en la cultura y la forma de entenderla.  El chileno, atomizado y pasmado, aparecía en las poéticas emergentes del  período como un sujeto herido,  cercenado de una comunidad inexistente e  imposible, que busca consumar su existencia  -lo que implica de algún modo su fin en ese  consumo- en los fugaces espectros de la cultura de masas (personajes de cine,  mundos fantásticos, los paraísos artificiales convertidos en efectiva  seña identitaria): la existencia se revelaba como inexistencia, cumpliendo a  nivel personal lo que la sociedad espectacular lleva en el seno de sí como su  justificación más profunda.
cercenado de una comunidad inexistente e  imposible, que busca consumar su existencia  -lo que implica de algún modo su fin en ese  consumo- en los fugaces espectros de la cultura de masas (personajes de cine,  mundos fantásticos, los paraísos artificiales convertidos en efectiva  seña identitaria): la existencia se revelaba como inexistencia, cumpliendo a  nivel personal lo que la sociedad espectacular lleva en el seno de sí como su  justificación más profunda. 
          
          Si la poética de Víctor Hugo Díaz  -como la podemos leer desplegada en Antología  de Baja Pureza (1987-2013) (Ciudad de México: VersodestierrO, 2013)- ha logrado mantenerse en  actualidad hasta ahora es, probablemente, por su obcecación en asumir lo  irreductible de la experiencia límite de ese ser abandonado, situación  despojada que no desea entrar al digno hospicio de la normalización literaria.  El espacio de juego de esta poética es, obstinadamente, la calle y los  no-lugares que acompañan al que no desea volver a una casa que -casi- se define  por el mismo despojo. La literatura no es un amoroso intercambio de signos, se  define más bien por ese mercado de “Venta de mediodía”, del libro No Tocar (Santiago:  Cuarto Propio, 2003):
        Es decir, la poesía aspira a estar más  acá de la Literatura con mayúsculas, postulándose como una actividad vital y  despojada, relacionada más al caminar que al trabajo de escritorio. Cuando es  irremediablemente trabajo de escritorio, su materialidad se impone oscuramente  (cfr. “Las paredes no tienen oídos”) como una construcción inerte.
          
          Es lo inasible de las cosas sucediendo lo que salta a los ojos, más bien, en la poética de Díaz. Es por esto que, como  necesario contrapunto, un tema recurrente que podemos leer en Antología de Baja Pureza es el  de la enfermedad (humana) y la ruina (urbana), que sabe no permitir que la  vitalidad de la experiencia entregue una visión deslumbrada -cumplida,  emancipada- del sujeto. El tratamiento de este “contrapunto negativo”, desde su  contexto dictatorial y postdictatorial hasta una conformación actual no  vinculada a éste, conforma una escena nihilista desde la cual Díaz logra dar  una visión de mundo coherente y profundamente reactiva ante un sistema cultural  que gusta de la inercia blanqueante del neoliberalismo. Difícilmente se podría  encontrar, en este sentido, un final más adecuado para esta antología que el  poema “Antes de la autopsia”, del libro inédito Hechiza, en que se presenta a los descubridores del cadáver  de Marilyn Monroe:
        Cabe  felicitar a la editorial VersodestierrO por el gesto de publicar esta selección.  Era quizá esperable que esta antología no apareciese en Chile, donde la puesta  en perspectiva de las poéticas vive ensombrecida por afanes personalistas y  lecturas externas a la creación misma, y hacía falta ya poder leer con calma  una visión panorámica de la obra de Víctor Hugo Díaz, un poeta con una obra  consistente y una decidida conciencia de que la escritura debe estar a la  altura de los tiempos.
        
          PARADERO DE MICROS 
          A esa hora/ desde el paradero de micros
            las tablas orinadas exhibían una realidad
            /en blanco y negro o color.
            Algunos sumidos en nuestra propia camisa pagana
            nos internábamos en las pisaderas
            /con sus grabados rupestres
            mirábamos por los vidrios
            un ritual de pájaros anónimos
            sobre el Calle-calle con sus óvulos
            Limpiando la fisonomía de desagües
            /muros
            pincoyas silbando en cuatro patas
            desde la orilla de la calzada.
          *
          Sobre la comarca de senos caídos
            el clavo en el tatuaje
            La muñeca habitante de carcajadas flacas
            encomendadas al aceite vertido
            A chuletas con puta vieja/ la llaga
            el hastío que hincha botellas rotas
            /hasta el próximo sol.
            Sentados a esperar como si nada
            en el paradero de micros.
            A chutes con la llaga/ el disfraz
            La quemadura del padre en la bocacalle
            Colmillo de perros que rasgan la bolsa
            y nalgas carnudas tras los vidrios
            Un lunes o viernes
            A palos con el aire
            cuando escondo la cara/ la guarida
            Con lentitud de bestia en regreso
            sobre la comarca de senos caídos.
           
           
          De Doble vida, Ed. Venus Negra, Santiago, Chile, 1989
            
          PAGAN ROME o el afiche a salida de un cine II
            
            Pagan Rome poseía colinas
            Desde arriba la ciudad le parecía un gran juego de videos
            que la noche hace emerger.
            Allí fuimos exhibidos … ellos
            todos … como una redada ante sus ojos
            Bebíamos de los pequeños pechos
            manados de los muros que por estos sitios
            Una breve postal …un destello
            Altivas crestas de edificios
            que los últimos celajes lamen.
            Pagan Rome Chile Night Club
            El cuadrilátero y la llanura donde descansamos la cabeza
            El sueño de Calígula la noche anterior a su asesinato
            Cuando creyó ser uno de nosotros
            y bailó desnudo ..sin decir palabra 
           
           
          ÁRBOL DE NAVIDAD
            
            En un rincón de la escena
            el árbol navideño se desgaja
            Ya nadie lo mira y sonríe
            El árbol de navidad se yergue la primera palabra
            en medio del paisaje
            Todos pasan cual ruidos nocturnos
            asolando el territorio
            Afuera crece la calle
            una cañería entrecortada en cuyas esquinas
            se puede imaginar el viento que nos arrastra
            Aquí la gente camina con algún rumbo
            Una vieja loca recorre las veredas
            no provoca risa ni viste de negro
            pero es la misma de Yonge Street
            Pasa largas horas bajo el árbol de navidad
            hasta ser los únicos en aquella vasta desnudez.
           * La risa abunda en la boca de los jóvenes. E. Lihn 
           
           
           
          De Lugares de uso, Ed. Cuarto Propio, Santiago, Chile, 2000
           
                                                                               El mañana es fácil, pero el hoy está inexplorado
          . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . . .. ... John Ashbery
           
           
          LA INVENCIÓN DE LOS AMIGOS
          Los extraños que conocemos
            son cada vez más jóvenes
          Es igual para todos, una calle lateral
            batiendo los brazos a distintas velocidades
            pero siempre cuesta abajo
            Afluentes de una misma inundación.
          El mendigo se sienta al lado y hace picar el cuerpo
            Interrumpe el viaje con sólo tocar sus cabellos
          La ciudad se muestra teñida al forastero
            pero oculta su negra vellosidad
            Siempre es mejor una vida larga llena de suturas
            de espacios en blanco –cuando todo lo hecho es un error
            pero un error bien hecho–
            Porque nunca dejas esa casa… la casa te deja.
          Durante la noche ensancharon la calle
            En el paradero reseco bajo el sol
            la sombra del camión se detiene, se orina
            y deja su huella
            Las antenas de televisión son una especie
            casi extinta sobre los techos
            Escucha el esfínter dentado de su boca, escúchalo
            una fiesta sin música y mucho ritmo.
          Al otro lado de la puerta una procesión de evangélicos
            corta la luz de la tarde; hace rato que partieron
            Un fuerte viento baja seco y desconocido
            resistiendo a cuantos caminan
            Nadie sabe cuándo vendrá la próxima ráfaga
            Igual al condenado protegido y cómodo
            conectado a una maquinaria que no maneja
            ignorante del momento de su ejecución.
            Se sienta al lado y hace picar el cuerpo
          El tañir de la botella desechable en la pisadera nos distrae
          A su edad sólo pensaba en cama y sábanas limpias:
            cosas que suceden en el momento justo.
          Se movía en la cabeza como un balazo
            siguiendo el rastro de la noche anterior
            la ruta de desperdicios sobre la alfombra.
           
            
          LO QUE CONTIENE LA RISA 
          Los muchachos de la otra mesa sí saben cómo divertirse;
                                            actúan como si no se conocieran.
          Cuando al fin quedan solas hablan otro idioma
            mucho más cruel
          Ahora que se piensa dos veces
            no hay nada tan importante. Dos desconocidos
            que se sientan juntos casualmente
            hasta ser los únicos pasajeros
          Por fuera las gotas de lluvia se pegan a la ventanilla
            Parecen una plaga de insectos transparentes
            que han hecho un largo viaje para venir a morir aquí
          eran tantos, tantos en número
            que podrían llenar un gran silencio
          Despierta temprano, se duerme y se hace tarde
            Dejar así de estar a punto de que algo suceda
            Dar pie atrás
            o girar sobre los talones con violencia
            para ser parte de eso efímero que contiene la risa
          Estos años se podrían reducir a una frase
            A una luz que atemoriza sin dejar quemaduras
          al estar cerca se aleja igual que un espejismo
            y se vuelve a formar unos metros adelante
            Es como avanzar por un campo de batalla
            lleno de los peligros que el enemigo deja en su retirada
          De haber estado en otro lugar
            podría haber visto cómo aquellos que rodean la casa
            se van haciendo cada vez menos
          Lejos, los que quedaron al otro lado de la calle
            cuando cambió la luz del semáforo
            y nos perdimos de vista
          Una habitación que permanece tanto tiempo cerrada
            toma el olor de sus ocupantes
            Adentro el televisor está encendido y sin volumen
            olvidaron apagarlo en el apuro de la despedida
          Esta ciudad se podría reducir a una sola frase
            A decir –paso– por un buen rato. Lo que no es otra cosa
            sino una dirección que se hace más concurrida
            el cuerpo que cambia de posición mientras duerme
            –Quería ir bien puesto a su primera cita con la oscuridad– 
           
           
          De No tocar, Ed. Cuarto Propio, Santiago, Chile, 2003
           
                                                                                       Escribo caminando y me siento a corregir
           
          ESTATUA EN EL PARQUE
          (a la memoria) 
          El que pregunta hace el siguiente movimiento
            expectación y sorpresa
            dibujada en el público que espera
            en la maternidad de un barrio pobre.
          Años después la misma escena se ve de espaldas
            invertida en el espejo de la calle
            –A esa hora de sol un funeral corta el tránsito
            autos de hace diez años y la cara de los deudos
            más distraída y ausente
            hacia el final de la caravana
            (Se casaron a la misma edad, te imaginas).
          La indiferencia se llenó de signos femeninos
            Tanto buscar que al final se encuentra en los bolsillos
            Vestirse y salir caminando
            partir hablando pestes de tiempos felices
            cuando estaba tan cerca
            que bastaba con empinarse y ver sobre la empalizada.
          Hay una vieja canción de la que olvidamos su letra
            pero que llevamos en la punta de la lengua
          el sendero correcto que se bifurca en el jardín
          –Él tenía miedo a la putrefacción,
            a la oscuridad húmeda, prefería la ceniza.
          –Cómo te gustaría contárselo a alguien
            desechos de una alianza vacía
            y un poco de talento para el caos.
            Te lo puedes llevar, no te lo vas a llevar
            Una letra o una línea levantarían la mirada
          Ahora con ropa podemos hablar
            a unos pasos de casa
            un pie afuera
            ocultos en el secreto que hay entre las gotas de lluvia.
           
           
          LA CASA DONDE NO VIVIMOS 
          La culpa siempre es del empedrado
            Hoy tocaron la canción que más me gusta
            y hay un amigo que no se deja ver
          Por fin un deseo se cumple en desmedro del tiempo:
            en la playa, acompañado, después de muchos días bajo nubes
            el cielo se despeja y sale el sol
          El odio se hace coágulo bajo la mala memoria
            Jugar a las escondidas con restos que no se ven
            que pasan inadvertidos
            como sirena contra robos
            activada al más mínimo roce del automóvil.
          El padre no está en casa y nunca llama por teléfono
            Se fue a vivir a una fosa o al fondo del mar
          No se puede imaginar en qué estación sucede
            nublado el verano, la aridez de un invierno seco
            mientras el día se destiñe a pesar de la luz:
            dibujo saturado de negro y un niño de siete años.
          La verdad es otro seudónimo de la mentira
            Salió a la calle a cumplir su itinerario
            en el que simplemente desaparece
          Su silencio no coincide con los ojos
            con la camisa en la foto blanco y negro
            que ella se cuelga al pecho
            ni el sobrenombre hace mérito al fémur
            ni al hueso húmero con que se identifica
            cuando se acuesta a su lado
            y oye la palabra hijo
            –Nunca lo vemos en casa pero aquí vivimos
            jugamos a las escondidas y él siempre gana.
            Al mío lo conozco desde que murió
            lo puedo visitar, hay un nombre en su lápida
            (cambiaron la señalética, cuando niño me perdía)
          Ahora es otra la forma de hablar
            y el calor derrota a la brisa.
           
           
           
          LAS VIUDAS 
          Murió el primero de los hermanos
            Penetró en el muro a pausas
            entró negro y erecto
            negra madera, vestido blanco
            quejido y exhalación.
            Las viudas contraen nupcias en la cama vacía
            en ropa interior de luto
          no lloran de felicidad
            el ramillete no es obsequio y promesa para las solteras
          Más tarde en privado las flores se marchitan
            flores rojas, blancas, hojas de papel
            se marchitan en círculo
            coronas secas
            final.
           
           
          De falta, Ed. Cuarto Propio, Santiago, Chile, 2007
          
            Lo único terrible sucede a plena luz
            . . . . . . . . . . . . . . .. . a ojos de todos
          
            LOS ALLEGADOS 
          Tú eres culpable del contagio
            Deja que muera tranquila la víctima
            cojo del pecho, cuando la ex prótesis
            descansa en las vitrinas de la multitud
            a pesar de las advertencias
          El día cae encima cuando se piensa rápido
            como las estaciones sin saber de dónde vino
            sin moverse, dónde la viste
          dentro del infectado nada se mueve.
          ¿Conoces el olor de una huelga de hambre;
            golpes de martillo dos pisos más arriba
            o el latir de un corazón apoyado en la mesa
            hacen vibrar el único recipiente con líquido
          Vejez y juventud se clasifican por olor
            no por frescura. Se reconoce en las náuseas:
            abuela torturada saliendo del baño
            olor que deja el cáncer o la electricidad
            entre las piernas
          Los síntomas dejaron marcas
            en el barro afuera del edificio en construcción
            Huellas de neumáticos que se entrecruzan
            borrándose unas a otras
            dando cuenta de lo que fue el trabajo
            y un día de ganancias
          Sólo recibe llamadas y espera la sentencia
            Guarda fotos de perros, no de hombres ni lugares
            Llena la garganta de palpitaciones
            casi invisibles como el rastro
            que dejan los pájaros en su paso por el aire
            sin humedad, frutos secos, piel que cubre los nudillos
            a la velocidad del sudor cayendo por la frente
            durante el miedo
          Sí, tú eres el culpable del contagio
            Ave de caza esquizo que propaga la enfermedad
            Víctima y verdugo que abrió la puerta a los roedores
            permitiendo que se reproduzcan
            El que mató a su familia
            la abandonó en el desierto de la pobreza
          un mensaje cifrado en goteras de tormenta
            lágrimas irregulares y tartamudas.
          
          Reparte los naipes
                                            -Tecnología de baja obsesión
            Coronas o plantas de invernadero
            que evitan marchitarse bebiendo por la herida
            envidiando longevidad a las flores de plástico
          Sólo recibe llamadas o se gasta las monedas
            igual no hay nadie; amor anal, labios heridos
            de fábrica o las suelas gastadas
            de una canción antigua italiana
            al otro lado de la pista de baile.
          La bolsa de basura les habla. Ella les cuenta su historia
            por el tajo donde los jirones de papel
            agitan sus lenguas al viento
          Un paso sigue al otro
            brota el pasto
            champas de pendejos verdes entre las grietas
          Sólo querían inaugurar su nueva casa.
           
           
           
          CORTE EN TRÁMITE 
          La autobiografía no engaña
            Nos enseña a leer a los otros
          Sirve como cuerda de seguridad
            a punto de cortarse
            y dejar caer el sobrepeso
            de un trabajo a medio terminar
          buscando en el stock sobrante
            el esfínter que más se ama
            una reliquia adulterada en venganza
            joya perdida
            entre materiales de guerra dados de baja
            insecto que se aferra al techo y después vuela
            ¿Lo mato?
          sin importar a que especie pertenece
            sino en cuál hemisferio
            conoció a su primera víctima
          Vuela de respiración en respiración
            rápido, como asaltar en tres plazas
            en una misma tarde
          en tres plazas, ojalá cerca
          plazas con abuelas y niños rubios
            -Muy rápido, antes que lloren.
            Estos días los allegados son estelas de CO2
            que se cruzan entre los colchones
          tu olor, mi olor, los condimentos
            el Avalúo Fiscal del cuerpo
          la cuerda de seguridad a punto de cortarse.
           
           
           
          De Hechiza, libro en preparación
           
          FOTOGRAFÍA EN LA PLAYA 
          Toma un puñado de arena, apriétalo
            cuenta sus granos
            y después pregúntame por qué.
          Es arena nacional, más preciso arena del Norte
            Es una fotografía sacada desde un país extranjero
            un país que es el pasado
            donde la gente hace cosas tan extrañas
          una foto que sólo tiene el valor de un registro gráfico
            una referencia de cierto interés
            sobre lo que a veces se lee como felicidad.
          Ya cambió la posición de los cuerpos
            La risa está sin volumen
            Es el mismo traje de baño, pero ahora
            uno mira el mar y el otro a la cámara
            Como cuando alguien decide ponerse el gorro de lana de lo real
            y se arriesga a una vida a medias
            por un rato de tranquilidad y poca imaginación
            Sin ningún trofeo, ni siquiera una presa de caza menor.
          Es como lanzar los dados
            sin saber dónde caerán ni cuanto suman
            sentarse a esperar durante meses
            tratando de predecir el futuro
            El mismo personaje que se despierta a mitad de semana
            a ensayar escenas  de una obra de autocompasión.
          Hay una voz distinta en el teléfono
            pero que responde al mismo nombre
            Una cuenta bancaria sin fondos
            sólo sudor, crema lubricante y cáscara
            el huevo roto que no se alcanzó a reproducir
            pero que tiene la forma del halo de saliva en la sábana
            saliendo de la boca de la pendeja fértil
            que se durmió unas horas antes del sol.
          Hay un dedo que apunta culpando
            mucho más rígido que los demás
            Como la mamada mezcla de odio y calentura
            en una habitación vista por primera vez, pero al toque
            Sonrisa leporina en venganza
            La piedra arrojada a la carretera que rompe el parabrisas
            Ira, que después se degrada en costumbre.
          Hay una lengua digital que sirve a cavidades húmedas
            respondiendo a las súplicas, te acuerdas
            El dedo anular que lame el aire, pero sin dejar nada
            sólo cicatrices, tatuajes de mala calidad
            que después se infectan y peor aún no se borran
            Como la pesadilla que invita a salir por segunda vez
            El falso alquimista que maneja contra el tránsito
            transformando el oro en plástico
            y en máquinas de hacer ejercicios.
          Las hojas eran verdes el último día
            hoy están muertas, ya no son necesarias
            las reemplazó el calendario y el ciclo lunar
            Tiempo suficiente para la operación
            de urgencia, contra su voluntad
            en la que se amputa a sí mismo
            lo único necesario.
          Desde ahora, la poesía se hará cargo
            de los fluidos del cuerpo
            de su evacuación, del motivo del crimen
            Tú sabes, la pena se excreta, es líquida y amarilla
            no importa el contenido, comida, semen, agua
            es lo mismo, se excreta y por un rato deja de doler
            Parecido al mal aliento que otros fingen no sentir
            durante una conversación vacía pero caliente
            cuando se busca olvidar un origen humilde.
          Cada tantos años lo vuelve a pensar
            con el derecho de un cliente frecuente
            que asegura no tener deudas
            Poniendo marcha atrás, haciendo el recorrido en reversa
            desde la despedida hasta el primer manoseo.
          Ahora la fotografía se mueve y palpita
            a un ritmo repugnante, tan repugnante
            como perder el tiempo a través del ojo de la cerradura
            imaginando el video porno
            en que el rottweiler sin bozal pero mudo
            se aparea con la quiltra flaca
            Ahí el calcio es la diferencia
            el calcio es la medida de esas cosas
          Al parecer en la foto falta alguien ¿cuántos eran?
            Es sólo una imagen inmóvil que la marea
            el viento con arena y el ridículo
            se llevarán.
          Deja que el agua corra para que no se pudra
          Toma un puñado de arena, apriétalo
            cuenta sus granos y después
          pregúntame por qué.