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Nueva antología de Huidobro
"Altazor o el viaje en paracaídas", Zig Zag, 2013
Ilustraciones de Catalina Silva
Por Sara Bertrand
El Mercurio, Miércoles 9 de Abril de 2014
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No es la primera antología que se hace de la obra de Huidobro. De hecho, uno de sus más fieles seguidores, el poeta Eduardo Anguita, reunió la primera en 1945, bajo el sello Zig-Zag. Pero hay algo particular en "Huidobro. Antología, Altazor y otros poemas" (Editorial Zig-Zag, 2013): permite hacer un recorrido a partir de las voces del vate. Se le escucha claramente en sus años mozos, cuando en 1914 lanzara su primer manifiesto (el libro reúne los más significativos): "Non serviam". Se lee: "La madre natura iba a fulminar al joven poeta rebelde, cuando éste, quitándose el sombrero y haciendo un gracioso gesto, exclamó: 'Eres una viejecita encantadora'". Voz juvenil, casi coqueta, que desafía el peso de la creación y eleva una declaración desenfadada que sentará las bases de su prosa, como también del comienzo de una teoría poética con la que se dará a conocer más tarde, el creacionismo. "Que el verso sea como una llave/que abra mil puestas. (...) Inventa mundos nuevos y cuida tus palabras /El adjetivo cuando no da vida, mata.", exhorta en "El Espejo de agua".
La obra incluye un apartado de originales en francés (Tour Eiffel y Horizon Carré, entre otros) y la traducción de los mismos al español por José Manuel Zañartu, que nos descubren la voz afrancesada de Huidobro, que hizo de ese idioma su segunda lengua.
La obra está prologada por los académicos Felipe Cussen y Marcela Labraña, e ilustrada por la artista Catalina Silva, cuya mano estuvo a la altura del desafío. Tal como comentan los mismos prologuistas al inicio del libro: "un pájaro herido como un avión cae en la portada de esta antología. Los hilos rojos podrían representar su desangramiento, pero también se asemeja a una escritura que la velocidad vuelve ilegible".
Es la voz de Huidobro, la misma que nos advierte en "Total": "Basta ya de vuestros pedazos de hombre, de vuestros pequeños trozos de vida (...) Necesitamos un hombre sin miedo. Queremos un ancho espíritu sintético, un hombre total, un hombre que refleje toda nuestra época, como esos grandes poetas que fueron la garganta de su siglo".
