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"Huidobro , la marcha infinita" de Volodia Teiltelboim

Por Rodrigo Verdugo Pizarro

 

 


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No es tarea fácil escribir sobre un poeta en que vida y obra se fusionan tan extraordinariamente como un mismo plan dando como resultado a una de las personalidades literarias mas desbordantes, interesantes, excéntricas y apasionadas del siglo XX, se trata del poeta Vicente Huidobro, una de las voces fundaciones de la poesía chilena junto a Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Pablo de Rokha y también diríamos Nicanor Parra. “Huidobro, la Marcha Infinita” de Volodia Teiltelboim, texto que hoy muy acertadamente reedita Lom Ediciones  logra y supera con creces este verdadero desafío biográfico, librándose de los excesos del biografísmo y en cierta forma aportando elementos de juicio para ir librando al mismo Huidobro de las trampas de la mistificación. Este tipo de biografísmo, centrado en la vida de un poeta, se remonta a la antigüedad, sobre todo en algunos fragmentos de Suetonio y luego con más desarrollo en la edad media donde junto al interés por la vida de los santos se sumo el interés por la vida de los poetas. Dividido en cuatro partes y a su vez subdividido en 187 partes, que van poniendo en relieve aspectos de la historia personal y familiar del poeta, Teiltelboim comienza trazando el perfil de Vicente Huidobro como el de un predestinado a su hazaña vital. Las palabras de una mujer medio bruja que acompañaron el nacimiento del poeta, son el punto de partida para instalarlo en la crónica. “Será un bandido o un gran hombre”. El mismo Vicente Huidobro reitera esta predicción, “Ser un gran hombre o ser un gran poeta”, inclinándose por la opción de ser un gran poeta, y desechando por considerarlo poco estético ser un buen diputado o ministro.

Esta predestinación incluía además la ferviente expectativa materna de que el hijo llegara a ser rey. El palacio de estilo neoclásico de la familia García Huidobro- Fernández, ubicado en Alameda con San Martín es el polo referencial para reconstrucción memorialistica del poeta, que emprende Teiltelboim. La figura tutelar de sus padres, Vicente García Huidobro y María Luisa Fernández, su descendencia aristocrática, y más aun contar con Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador dentro de su rama genealógica son los precedentes que van a formar al poeta invistiéndolo altivamente. Teiltelboim sostiene que la atmósfera de este palacio, que él mismo según confiesa tuvo la oportunidad de recorrer junto a un Vicente Huidobro ya expulsado de su familia, las fuentes, los muebles, (Teiltelboim cita el fragmento del Canto II de Altazor, "Mujer, el mundo está amueblado por tus ojos"), los pianos, los espejos quedaron basalmente en la memoria del poeta que después los haría emerger en obras como “El espejo de agua” como también en otras obras. Antecedente crucial que aporta Teiltelboim para apreciar las primeras configuraciones del creacionismo y como se activa todo el potencial inventivo del poeta, sobre todo después de sus primeras publicaciones que estarían adscritas al modernismo entre ellas: “Ecos del Alma”.

La esplendorosa situación económica familiar permitirá que el poeta se dirija aceleradamente en su propósito fundacional de ser el primer poeta de su lengua y de su tiempo. Teiltelboim recorre los primeros periodos de la vida de Vicente Huidobro, adentrándose en la intimidad micro cósmica y cotidiana del poeta, sus primeros enamoramientos apoyándose siempre en testimonios directos e indirectos, así pasa revista a sus relaciones con distintas mujeres, como Teresa Wills Montt, pero por sobre todo su vinculo con Manuela Portales, Ximena Amunategui  y Raquel Señoret. Los viajes de Huidrobo a Buenos Aires, Paris, Madrid, la repercusión de la teoría creacionista, su relación con otros ismos, léase surrealismo, cubismo, ultraísmo, dadaísmo, futurismo, y de la propia poesía de Huidobro en los círculos literarios franceses y españoles, la llegada como un último invitado de la fiesta a todo el auge vanguardista que en ese momento experimentaba Europa, Teiltelboim lo detalla como un testigo ocular, contándonos pormenores esclarecedores de la relación de Huidobro y estas figuras monumentales de la vanguardia europea:, Picasso, Gris, Bretón, Apollinaire, Arp, Lipchtz, también de la relación de Huidobro con los españoles Rafael Cansinos- Asens, Guillermo de Torre, Juan Larrea. Desfilan además aquí los nombres de la literatura chilena: Diego Duble Urrutia, Juan Guzmán Cruchaga, Ángel Cruchaga, Pedro Prado, Jorge Hubner Bezanilla, Joaquín Edwards Bello, Gonzalo Rojas, Mariano Latorre, y por supuesto los de aquellos poetas jóvenes adscritos a la revolución vanguardista: Eduardo Anguita, Braulio, Arenas, Enrique Gómez Correa Jorge Cáceres, y ese otro gran vanguardista que fue Juan Emar. La relación además con Pablo Neruda, Gabriela Mistral, etc. Pero no son solo meros detalles o suma de anécdotas, no, Teiltelboim contextualiza cada periodo de vida de Vicente Huidobro, en términos históricos, económicos y políticos, logrando además mostrar el origen de las ideas utópicas en Huidobro.

Otro aspecto importante en esta crónica biografica es la apreciación crítica de cada uno de los libros publicados por Huidobro y las motivaciones que subyacen en cada uno de ellos, así Teiltelboim recorre la bibliografia del poeta, que incluye poesía, novela, dramaturgia, situando a cada libro en su contexto también de producción, así vamos como lectores conociendo más su obra literaria. Teiltelboim organiza, cada capitulo del libro infundiéndole a cada situación vivida por el poeta, la vivificación del recuerdo, en efecto muchas veces el punto de partida de algunos párrafos es desde la descripción de alguna fotografía, fijando y detallando cada hito en la vida del poeta. Nos vamos formando entonces una imagen más acabada, del poeta y nos enteramos de su carácter multifacético: Novelista, Dramaturgo, Guionista (como tal obtuvo un importante premio en EEUU, el único en su vida), Revistas, (como por ejemplo aquella revista Azul que codirigió con Pablo de Rokha), Proyectos, como aquel que incluía la participación nada menos que de Igor Stravinsky,  manifiestos, las idas y vueltas a Europa, las enemistades, las rivalidades, la famosa disputa con Pierre Reverdy por la propiedad del creacionismo, que Teiltelboim aclara documentalmente,  su permanente empeño de llevar al extremo su ambición programática,  en el terreno de las ideas poéticas y de expandir más allá de sus limites, un pensamiento poético, el creacionista, y de la invención misma en su posibilidades ultimas, su participación en la segunda guerra mundial, su adhesión a la causa republicana en España y a la causa antifacista y poco a poco, como el esplendor creacionista apaga su sistema planetario para dar paso a nuevas etapas en la poesía de Huidobro: Temblor de cielo, y muy posteriormente “Ver y palpar",   El ciudadano del olvido” y el regreso a chile junto a Ximena Amunategui, la muerte de su madre, la separación de Ximena, su periodo final en Cartagena junto a Raquel Señoret, la agonía y muerte de Vicente Huidobro, su casona de Cartagena, el abandono espectral del lugar después de su muerte, y la leyenda que proyecto Vicente Huidobro después de muerto entre los vecinos del lugar. Sumemos a esto la inclinación esotérica de Huidobro, el interés por la parasicología, el espiritismo y las ciencias ocultas, que Huidobro considerada consustanciales a su búsqueda poética y a una comprensión mágica del mundo, hacen de todas estas páginas no un retrato mas de Huidobro, sino un Vicente Huidobro retratado en todas sus facetas, vigente y vivo en su legado, mostrado no en su monumentalidad sino en su grandeza y miseria a la vez. Quizás podrían definir algunos la vida de Vicente Huidobro como una vida con ribetes fantásticos, Teiltelboim con clara conciencia de ello, y retomando la idea de George Yudice, de que en la crónica biográfica válido es el uso de la maravilla tal como lo era en la épica (cada acto de Huidobro conlleva una dimensión épica), y que ésta le da mas efectividad al relato, termina mostrándonos una vida en suma investida por la hazaña de ir siempre mas allá de los limites, un horizonte que debía ser cuadrado, un cielo que debía cambiar de lugar, una mujer que amueblaba el mundo con sus ojos, un mar que le hablaba a sus olas, un paracaídas que cayó una tarde en Cartagena.

Huidobro La marcha infinita” de Volodia Teiltelboim, es un libro que llena los vacíos que existían en la biografía de Huidobro, y en la comprensión de la teoría creacionista y en la justa valoración del legado poético de Vicente Huidobro y nos invita a dialogar nada menos con el mismo Huidobro en sus páginas.



 

 

 

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