Hace 15 años, el 28, 29 y 30 de mayo de 2009, más de 35 poetas de todo Chile, hacían una protesta mediante su escritura en la ciudad de Copiapó y el Puerto de Caldera. Declaraban en plazas y parques, playas, escuelas y balcones de la antigua casa de la cultura que el “río”, no vertía una gota de agua al mar, desde hace más de quince años atrás.
Participaron poetas como Cristián Arregui, Alejandro Jordán, René Silva, Marietta Morales, Marcela Saldaño, Marcos Quisbert, un joven Marcos Leiva, JC. Veloso, Gissella Naranjo, Víctor Hugo Díaz, Mirtha Colman entre otros que aparecían como las dos figuras destacadas del encuentro como el fallecido escritor Carlos Ernesto Sánchez y la poeta Elvira Hernández. Ambos, habían vivido la represión y la dictadura pinochetista y entregaban su testimonio de lucha y obra poética a nuestras generaciones, no todos sabían con detalle quién era Carlos y Elvira en la poesía chilena.
La poesía de Hernández, tenía una resonancia importante en su generación, pero esto lo digo con total convicción, que fue el movimiento “Descentralización Poética” iniciado por Óscar Saavedra Villarroel y René Silva Catalán que hizo que Elvira entrara en la memoria y conciencia de las y los autores, específicamente me refiero, a las provincias de Chile. Ya Héctor Hernández había hecho algunas menciones y actividades con ella en el “Festival Poquita Fé”, Daniel Rojas Pachas en Arica y también había autores de Valparaíso que difundían su obra, pero es “Descentralización Poética” quien comienza a hacer más profunda y gigante la figura de Elvira Hernández en dos o tres generaciones de poetas chilenos —hoy entre los 40 y 60 años— fuera de Santiago.
Poeta de Puerto Montt, Marcos Leiva, 2009, hoy casualmente
radicado en Copiapó.
Gestación de su visita a Copiapó y Caldera:
Este encuentro se comenzó a preparar a principios del año 2008. Recuerdo claramente que nadie se quería sumar a este proyecto cultural por tratarse de escritores sin tanto reconocimiento. Fue el antiguo Director de la Casa de la Cultura Mauricio Ceriche Neira fundamental para el desarrollo de este evento, consiguiendo dinero, comida en restaurantes y alojamiento en la capilla Candelaria, una mirada visionaria de la cultura de Atacama en ese entonces.
Se sumó Cristóbal Malebrán y la gestora cultural Sonia Caminada con el Municipio calderino y empresarios gastronómicos de Bahía Inglesa; el poeta copiapino Juan Santander y un joven Vicente Rivera Plaza que entendieron la importancia de un evento así en una ciudad tan lejos del ambiente pop de la literatura chilena centralista; dos semanas antes de comenzar el evento se sumó Fernando Rivera, Carolina Mayerovich con la Soc. de Escritores de Copiapó y Mirtha Colman, fue quien dio hospedaje en su casa, al actual premio nacional.
Recuerdo que nadie quería entregarnos boletos en buses salón cama para los poetas más destacados, menos en avión; fue un generoso empresario de Pullman Bus, que nos donó cerca de 12 tickets ida y regreso, para este festival; solo porque él desde niño leía. Además del apoyo de un blanco y antiguo bus del empresario Muñoz, para el traslado interno.
Su visita y performance:
Elvira Hernández visitó dos escuelas, leyó en la plaza de Caldera, en las arenas de una nocturna Bahía Inglesa, en los balcones poéticos de la antigua Casa de la Cultura, pero el acto más trascendental fue el que ella lideró, una performance en el lecho del antiguo afluente de la ciudad, a un costado del puente La Paz; casi frente de lo que hoy es el Mall Plaza. La actual Premio Nacional de Literatura 2024, escribió, el día 29 de mayo repetidas veces sobre el árido terreno del río la palabra “agua”, con los cuerpos de todos los poetas, que participamos y organizamos el encuentro. Los cuerpos humanos de agua fueron en total 4 grupos, los que mientras el penúltimo se formaba, la primera palabra, pasaba al último lugar, así durante unos 15 minutos, los que hacía que estas avanzaran como un cauce doliente por ese estéril terreno y quedara plasmado en la memoria de los copiapinos que transitaban por el puente esa mañana nublada.
De ese momento exacto, escasas son las fotografías, la mayoría las tomó Eduardo Leyton, pero los recuerdos que manifiestan quienes encabezamos aquella actividad son muchos; la poeta, visitó por primera vez la región aquella vez, dejando una huella importante en nuestra estética literaria y política atacameña; además de un relato honesto que profundizó la poesía de una generación de poetas provincianos.
Aquella vez, recuerdo bien una conversación, avenida Los Carrera con Calle Vallejo, fuera de un restaurante donde habíamos ido a cenar; ella tomó mi mano y pidió que apoyara y cuidara a Vicente Rivera, que su futuro era prometedor en las letras chilenas; que duda cabe.
A menos de un mes, recorrimos con Elvira Hernández, la primera “Furia del Libro” organizada por el escritor Galo Gigliotto; evento en que fuimos como dos asistentes más a las lecturas y performance en el desaparecido centro cultural “Villavicencio 323” de Cristián Camus en donde recordaba con emoción de poeta, pero por sobre todo de una testigo de la vida política de la época su visita a la provincia de Copiapó. ¿Cuáles serán hoy los recuerdos de ese viaje?
www.letras.mysite.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com Cuando la Premio Nacional de Literatura 2024 visitó Atacama.
Por Víctor Munita Fritis