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Volodia Teitelboim en "The Guardian"
14 de febrero de 2008
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Un artículo conciso y ameno sobre el recientemente fallecido escritor y ex parlamentario Volodia Teitelboim escribió para el diario británico "The Guardian" la periodista inglesa Kate Clark. Debido a la importancia del personaje y a la relación que existió entre ambos, "El Siglo" lo ofrece como primicia a sus lectores.
Clark conoció a Teitelboim en Moscú, donde trabajó como corresponsal del diario comunista britanico "Morning Star" entre los años 1985 y 1990 y mientras él dirigía el inolvidable programa "Escucha, Chile", a través de Radio Moscú. El contacto de ambos en recepciones con chilenos y en el propio hogar del escritor los transformó en amigos. Esa amistad se extendió luego a Chile, país al que Clark viajó junto a su marido, en 2006, oportunidad en que la pareja visitó al escritor en su hogar. De dicho encuentro data la última fotografía que se les tomó.
Clark, casada con chileno, vivió en este país durante cinco años, a contar de marzo de 1969, desempeñándose como profesora de inglés en la Universidad de Chile, sede Ñuble. Tras el golpe militar, perdió su empleo y fue detenida brevemente. Su compañero estuvo preso varios meses en la Isla Quiriquina y en la cárcel de Chillán. Cuando éste fue liberado, ambos viajaron a Gran Bretaña, en marzo de 1974.
Un libro sobre el gobierno de la Unidad Popular escrito por Clark quedó como testimonio de su paso por Chile.
Estando en Moscú como corresponsal, la periodista escribió también una columna semanal para "The Scotsman", principal diario de Escocia, entre 1989 y 1990.
Al volver a Gran Bretaña trabajó en la TV británica, haciendo programas sobre Rusia y como subjefe de la sección rusa del Servicio Mundial de la BBC.
Actualmente, Kate está jubilada y escribe sus memorias. A su pluma pertenece la nota que "El Siglo" ofrece a sus lectores y que fuera publicada como obituario por el influyente diario inglés "The Guardian".
El Siglo, 14 de marzo de 2008
Volodia Teitelboím
Militante del Partido Comunista chileno, amigo de Allende y laureado escritor
Por Kate Clark
The Guardian, 14 de Febrero de 2008
Volodia Teitelboim, quien acaba de fallecer a los 91 años de edad, fue un protagónico intelectual del Partido Comunista chileno (PCCh), un prolífico escritor y ganador del Premio Nacional de Literatura de ese país en 2002. Amigo desde los años 30 de Pablo Neruda -compañero comunista y ganador en 1971 del Premio Nobel de Literatura-, Volodia sirvió en la comisión política del PCCh desde la década del 20 hasta su muerte, y fue su secretario general entre 1989 y 1994.
Nacido como Valentín Teitelboim Volosky en Chillán, 500 kilómetros al sur de Santiago, de padres judíos ucraniano-moldavos, decidió llamarse a sí mismo Volodia, el nombre con que familiarmente se conocía a Lenin. Desde temprana edad, fue vastamente respetado por su erudición, gentileza y moderado lenguaje. Se recibió de abogado de la Universidad de Chile y siendo ya comunista fue arrastrado por la campaña para elegir al progresista gobierno del Frente Popular, liderado por Pedro Aguirre Cerda entre 1938 y 1941. Llegó a ser amigo de Salvador Allende, con quien compartió años en el Parlamento, primero como diputado por Valparaíso entre 1961 y 1965 y después como senador por Santiago, desde 1965 hasta el golpe militar de 1973.
Volodia fundó el diario El Siglo, órgano del PCCh, la revista literaria Aurora y, más tarde, en el exilio por la dictadura del general Augusto Pinochet, Araucaria, una voz de los intelectuales chilenos en el extranjero. El lamentaba no haber tenido más tiempo para dedicarse a sus escritos, pero como medijo en 2006 en nuestra última conversación, no tenía "ningún arrepentimiento por haber dedicado mi vida a la causa".
A pesar de su activismo, escribió 24 libros -novelas políticas, ensayos, antologías, biografías y últimamente, su autobiografía de cuatro volúmenes, "Antes del Olvido" (Before I Forguet), publicada entre 1997 y 2004. Fue criticado con razón por omitir el nombre de Gabriela Mistral, primer Nobel de Chile, de la "Antología de Poesía Chilena" (1935), un error que remedió con una biografía de ella en 1991. Escribió varias biografías, incluyendo una de Jorge Luis Borges (1996), a quien admiraba a pesar de no compartir las ideas políticas del escritor argentino. Su más aclamada biografía fue una sobre Neruda (1984).
Haciendo frente a una intensa oposición de la derecha se unió a los esfuerzos de Neruda por persuadir al entonces Presidente Aguirre Cerda que aceptara como refugiados a quienes escapaban de España tras la victoria de Franco en la Guerra Civil de ese país. En agosto de 1939, el Winnipeg atracó en Valparaíso con 2400 españoles que huían de la persecución.
En los años 40 y 50 Volodia fue arrestado varias veces durante los gobiernos de Gabriel González y Carlos Ibáñez y fue recluido en el infame campo de concentración de Pisagua. En su autobiografía, relata cómo una noche su entonces mujer, la abogado Raquel Weitzmann, mantuvo a raya a la policía mientras él escapaba a través de un hoyo en la muralla hacia la casa de sus vecinos -el marido era parlamentario del partido radical. En la oscuridad del campo, él se arrastró hacia el dormitorio matrimonial, donde dormía sola la dueña de casa. El la despertó, ella llamó por teléfono a su marido y la próxima cosa que Volodia supo fue que era sacado rápidamente en un vehículo bajo las narices de la policía. Cuando el conductor del auto le dijo que estaba a salvo y podía levantarse del piso, reconoció a Allende, su colega senador y médico.
Volodia jugó crucial papel como representante del PCCh en la formación de la Unidad Popular. Su programa y el gobierno de Allende se desarrollaron durante tres años hasta que éste fue brutalmente terminado en septiembre de 1973 por el golpe de Pinochet con respaldo de la CIA.
Volodia, que por entonces estaba en el extranjero, pasó los siguientes 15 años en Moscú, a cargo del influyente programa radial "Escucha Chile" (Listen Chile), una fuente clave de noticias para millones de chilenos que vivían bajo la dictadura. Fueron legendarias sus transmisiones semanales contra el régimen de terror de Pinochet. "El fue como una pulga en el oído de Pinochet", dijo el periodista Eduardo Labarca.
Fue en Moscú donde logré conocerlo, en entrevistas para el "Morning Star", en comidas con amigos, en recepciones oficiales y en la oficina de su casa. El exilio le dio mayores posibilidades para escribir -"para mí, escribir es una forma de ser feliz", me dijo-, y la oportunidad para observar de cerca la sociedad soviética. En nuestras discusiones, se declaraba antidogmático, antiestalinista y convencido de la necesidad de hacer reformas. En su obra "Antes del Olvido" rechaza en forma vehemente el realismo socialista en las artes.
En 1988 puso en riesgo su vida al regresar a Chile. Tras la muerte de Pinochet, un año atrás, él dijo: "Pinochet ha muerto, pero el pinochetismo está todavía vivo". Es como si se fuera de un restaurante sin pagar la cuenta. Todavía tenemos mucho que hacer para restablecer la democracia en Chile".
Volodia tenía un irónico sentido del humor. Bromeaba con que él había nacido miembro de la comisión política, mencionando a su amigo poeta Fernando Quilodrán, quien supuestamente había desenterrado una cita del diario local de Chillán de 1916, que decía: "Ayer, en esta ciudad, nació Volodia Teitelboim, miembro de la comisión política del Partido Comunista".
En la vigilia de su funeral, la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y tres de sus ministros formaron una guardia de honor junto a su ataúd. Le sobrevive su hija Marina.