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LAS TRIBULACIONES DEL GUERRERO
"El Mapa Roto", de Wenuan Escalona. Del Aire Editores, 2014
Por Christian Rodríguez B.
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El Mapa Roto (DELAIRE EDITORES, 2014) es un libro complejo, no tanto por sus poemas individuales sino por la variedad de mundos y niveles que despliega. En una organización que formalmente presenta dos secciones; Sangre Rota y Mapa Roto, pero que bien podrían haber sido cuatro o cinco etapas caracterizadas por la presencia de distintas formas textuales: poemas en prosa, poemas históricos, poemas en verso y “retratos de voz”.
El libro tiene su coherencia narrativa en la figura de Wenuan y su búsqueda de lo primigenio entre el carácter frágil y evanescente de la memoria. A partir de esto, Wenuan intenta rearticular su pasado más remoto entendiendo que las reminiscencias del origen pueden surgir en cualquier zona de lo real: ensoñaciones acerca de los ancestros, reflexiones por calles concretas de la ciudad de Temuco, y un viaje ficticio a través de varios momentos cruciales de la historia occidental y mapuche, en los que Wenuan, el soldado, se increpa a sí mismo por estar al borde de la derrota definitiva y de la consiguiente ignominia de los suyos. Esta impotencia por no poder remediar la épica de su pueblo, así como su desasosiego por hacer frente a la aplanadora del olvido, será el pathos de El Mapa Roto.
Un aspecto muy llamativo es que los textos apelan a conceptos poco comunes en la poesía actual, como la búsqueda culposa, y a ratos autoflagelante, de la etnia y la pureza (“¿Por qué esperar de mí solo la tierra y la semilla, la construcción de mi casa frente al río y sus peces?”, “[…] lamgen, Ud ha sido / más comunista que mapuche.”), y el intento por armar una nueva épica indígena a partir de su integración con lo universal. Esto último, sumado a un posicionamiento semejante al de la primera vanguardia poética latinoamericana (la constatación de la crisis de la historia, coronada, finalmente, por el esbozo de un nuevo comienzo: “Hay algo como una batalla que no duerme / en la mañana de mi palabra.”), configura una voz telúrica y convocante, parecida a la del primer Neruda, con la diferencia de que Wenuan actualiza esta posición instalando a su hablante en todas las capas de la realidad, sin resguardos; con toda su fragilidad así como sus dudas, patologías e inseguridades.