
          
          ENSAYO dos poemas
          
 
          Willy Gómez Migliaro
         
        los campos hádicos de Raymundo Nóvak
         
        cuán insano es el error sobre el matadero  de  
            La  breve eternidad de Raymundo Nóvak (Hipocampo editores, 2005)
          obra de un Nereo sin bondad que se  precipita órfico 
                     casi encendido en sus  palabras   
        veamos 
        el lenguaje es un maquillaje corrido en  la superficie del poema 
          y al alcance de un concepto, el símbolo  abstrae 
          el cínico amor de las esperanzas 
        la voz aparece como una cortina de sol en  otra dimensión de leyes 
                                     mucha más moderna para la construcción 
          entonces 
          una sucesión de los rasgos más definidos  que vuelven a ser las palabras, 
          crea el montaje
                     a simple vista la obra de doble  impacto y claridad,
        pero un rapto de imágenes es atribuido a  los deseos de un inocente 
                    en su clásico movimiento  giratorio del mundo 
        esa es, creo, la hilaridad metafísica que  acompaña a Raymundo Nóvak,
          un sujeto poético resistiendo la muerte  como un Lázaro
        la escritura, es pues, la sombra
          o el coraje de unos cuantos hombres  huecos
        RN se precipita para desconocerse  en sus propios sentidos 
                 Luís Fernando Chueca definió esa agonía superpuesta
                 (en mi opinión cierta)
                                                      desde las negaciones de otro espacio:
  Un  hombre, vestido con la fuerza y la potencia de su "canto hermético",
   recorre un mundo lleno de roturas
   -roturas es, precisamente, el título una de  las secciones-
   y signos perdidos, e intenta ver, describir y  entonar
   el canto que pueda ser una suerte de  testimonio y revelación.
                                               Para terminar 
  La  eternidad de  Raymundo Nóvak solo puede ser breve, 
  como  sostiene el título: apenas un relámpago que en un instante
   ilumina la ruta y la voz. Apenas
   un fugaz torrente de imágenes que, sin  embargo, queda inscrito 
  definitivamente  en la memoria y cambia, 
  sin  dudarlo, la mirada.
        W.G. Migliaro a subrayado: 
  “Un espacio aleatorio es La breve eternidad de Raymundo Nóvak”
        y ahora entiendo 
        quizás la voz poética cierra un conjunto  de habitaciones 
          con demasiadas historias 
          y queda solo el canto de un país 
          con tantos muertos anteponiendo el nombre 
        se escribe un renacimiento, decía  Angilioni, pero en este libro, 
          nuestros cuerpos siguen rotos  
        aunque una crecida de árboles o una  población de signos 
          significa mejor cuando Ljudevir  Hlavnikov, 
          el genio muchacho de 19 años escribió 
          a razón de su soledad e incomprensión:
  La  breve eternidad de Raymundo Nóvak es
  la  ruta de un tiempo al revés que traza la historia de un hombre… 
        lúcidamente L.H. nos muestra 
          la negación de todos los nombres posibles  en la obra,
          y, claro, siente que desde una lectura de  las predicciones, 
          se afirma su terreno de crítica, y  compone, en un mito 
        las indecisiones destructivas de Raymundo  Nóvak
        ya en su primera lectura, 
          Rodolfo Hinostroza había advertido un  matadero, 
        siempre me habló de un verdugo moderno  nada lejano a su fundación 
                                                  sin embargo 
          yo sigo pensando en un Nereo sin bondad 
                                                                          encendido 
          en otra oscura composición 
         
         
         
        trans-posiciones &  poética 
        la asunción de la nueva vida devora cada  línea 
          interpuesta para el trabajo en serigrafía 
          a partir de algunos recortes de  periódicos 
          y de las manifestaciones populares que  tenía raíces 
          en el arte europeo de las décadas del 20  y el 30
        pero en el Perú el arte pictórico fue  otro, 
          el desafío de las abstracciones 
          bien localizadas en los cincuenta 
          ocupa el espacio desde las visiones de la  violencia en los ochenta, 
          quiero decir, también la mancha popular  significó 
          con sus deformaciones religiosas otro  conflicto 
          las iconografías relevantes de nuestras  creencias se des-
          figuraron en un contexto político venido  desde la república
          solo el desborde popular de Matos  garantizó una epopeya 
          aunque después una escritura de grandes  cementerios 
          convirtieron el producto, que seducía con  desperdicios, 
          en desiertos de inundación o mercadeo
          y que poco a poco se adentró a formar  parte del llenado 
  & del adorno obsesivo