Manantiales es una experiencia difícil y singular desde su expresión poética. Desde mi lectura la entiendo como una interpelación personal a figuras y abstracciones de lo cotidiano hecho poesía, entreveo en los poemas un monólogo de intimidad influenciado por un autoexilio y una exigencia íntima al lenguaje.
Cito un fragmento del poema: EL RENACIMIENTO:
“…se abre el primer envolvimiento de polvo que casi siempre tenemos entre las manos. Nacer ha sido el primer círculo inmediato del movimiento torpe de la mariposa.”
En Manantiales encuentro una veladura de la melancolía, que atraviesa a lo largo de los poemas, como diálogo o imprecaciones al desacierto, al amor o las motivaciones del lenguaje argumentativo. El hilo conductor podría ser una búsqueda de la esencia de la naturaleza de la poesía, una constante indagación del yo poético.
Cito el poema: EL GANADO DEL MUNDO INICIAL:
“Es carne lo que intentamos meter adentro de nosotros cuerpo provocador dándose gritos o lo tuyo antes de morir. Todo ello no es sino la modernidad del mito en pedazos de luz que tú proclamas.”
Y también la develación de ficciones como en el poema: TRIÁNGULO DE HOJAS DE COCA:
“…aunque el drama resultaba agua, y la tragedia multitud de ojos abiertos. Entre la hoja y el filo un nombre cuyos movimientos infringen los castigos del nacimiento. La tirada sobre manos y no dicen camino sino ficción de uno.”
En Manantiales se revela la pérdida como rememoración de lo cotidiano trascendente, que escapa y persevera en un diálogo intemporal con los recuerdos, para luego replegarse en instantes de cotidianidad e imprecación a promesas interrumpidas y disruptivas. Es así que todo el poemario provoca una sensación de falta, de un agujero que trata de llenarse con construcciones que dicen sin decir, que sugieren formas y nociones de algo ambiguo y evanescente y se interpela a la realidad y al lenguaje hasta conseguir expresar eso indefinible, para después regresar de esa veladura.
Manantiales expresa el recogimiento de la ciudad y sus costumbres, de las contradicciones cuando en un verso habla de fantasmagorías y florecimiento, interpretación del yo inmerso en espejos, máscaras, ilusiones y disfraces que interpelan una dualidad que se reencuentra en las costumbres o la vida cotidiana.
Puede percibirse como una realidad fragmentada, una superposición de sucesos habituales entrelazados, con inquietudes personales. Cito estos versos “relato de silencios en la iniciación”, “me reconozco responsable de esa lógica global del mundo que empuja mi cuerpo y amenaza y se raya injustamente en una porción de semillas”
Entonces. en Manantiales encuentro una contraposición de temas entrelazados para ser uno, poemas inmersos en el campo que exponen sus incertidumbres y se presentan como escenas traspuestas, que devienen fortuitas, pero tienen el sentido de armar una escena desde los indicios del tema, para dejarnos meditando en el conjunto de significantes diseminados en el poema y los procesos del lenguaje.
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dirigida por Luis Martinez
Solorza. e-mail: letras.s5.com@gmail.com «Manantiales» o los procesos del lenguaje de Willy Gómez Migliaro
(Editorial Ícata, 2021)
Por Sharon Rodríguez
En Manantiales encuentro una veladura de la melancolía, que atraviesa a lo largo de los poemas, como diálogo o imprecaciones al desacierto, al amor o las motivaciones del lenguaje argumentativo. El hilo conductor podría ser una búsqueda de la esencia de la naturaleza de la poesía, una constante indagación del yo poético. 