MMe gusta tocarme, sí, me gusta tocar mi cuerpo
Cuando es de otros, cuando escribo y transpiro, cuando mi
Amante el huancaíno del mercado de mi barrio me calienta con
Su esperma y se pone a llorar porque ya no me ama; cuando la
Muerte viene y me puebla.
Me gusta tocarme cuando te vas y tengo tu silencio.
No tengo hijos, pero sí tus estaciones, tu dicha, tu verano <<en nuestra Patria
no hay vida dices>>; tu fuego y tu cansada respiración
Cuando corres detrás de los ómnibus del Centro de Huancayo.
Vivo aquí, vivo sola, probando y reprobando el mismo arroz que
Sancocho a diario, a través del comienzo y del nuevo comienzo
Que yo y mi mortalidad buscamos por estas calles a donde salgo
A embriagarme y bellas mujeres elijen besarme.
El dolor de mi cuerpo traza su línea y es un paraíso.
Antes reprimía los instintos que me gobernaban, me hería, me
Gozaba absorta; no comprendía por qué la escritura de un prado
Es un rezo que extiende desiertos.
Tengo diez años de tu silencio y una patria desfigurada.
No seré rtusámhara. No seré nada.
En las constelaciones sub-celestes de noches andinas
Tengo grandes deseos de morir.
Centro de Lima, 1992