... Casi un sinónimo de turismo se ha vuelto hoy el significado
de viaje, entonces se hace difícil desligarlo de urgencia,
superficialidad,sobrecarga visual, aglomeraciones. Nada más distante
de una comprensión turística que Fuente itálica, este último volumen
de Waldo Rojas cuyos poemas tienen como fuente, en especial
aquellos sitios y espacios donde el pasado se encuentra con el
presente, emplazamientos de la Italia antigua, itálica que
nos invitan a recorrer. ...
Distante
están asimismo, de una discordia entre hombres y naturaleza, o de
una separación antagónica entre naturaleza y cultura, entre paisaje
natural e historia.
El ojo deambulante
... En las atmósferas
creadas por estos poemas, el lector no sólo ve y construye panoramas
totales sino que caminándolos, debe detenerse en el detalle, junto
al visitante, con la pausa que trasmite la naturaleza, el fluir del
río o de la noche. Se deslizan las miradas viajeras -del hablante,
del lector- y conocen y reconocen recodos, vías, estatuas, fuentes.
El verde de la humedad, el oro, son los coloridos de Serenísima
hora veneciana, silenciosos, húmedos, interrumpidos por el eco
de sus aguas. ... La luminosidad de
Florencia, los susurros de la ciudad, pero también el campo que
aparece en un paisaje con algarabía de aves. ... Deambula el ojo y el oído por los sonidos,
y se inmiscuyen oído y ojo entre las palabras, rebotan en los versos
y por ellos, y la memoria descubre semejanzas, nota contrastes,
destaca sinónimos y frases-hechas, advierte cultismos, aprecia una
escritura compleja que construye (poéticos) espacios majestuosos,
preñados de sombras, de señales, de ecos y reflejos ricos en
rastros, en signos que continúan hablando. ... ¿Cómo no advertir la escritura de presagios
en los mármoles de la hermosa ciudad de la Deriva florentina,
mostrando que el viajero, y sus acompañantes, pueden contemplar
viejas ciudades y vivirlas hoy en una imponente belleza duradera,
gastada y pulida por un tiempo que no las suspendió en el pasado,
inseparable, no obstante, de su dignidad y grandeza
actuales.
Tiempos engarzados
... De otro modo existe entre
los vestigios, la desmoronada Villa de Adriano: Cifrado en Villa
Adriana, invita a admirarla, y sólo la memoria, el recuerdo, la
erudición, los conocimientos, la pueden volver a animar desplegando
puentes entre los dos momentos que desde el ahora se reconocen
siempre engarzados: Pacto de la noche y de las Ruinas / muros
de sombra renacen tallados en la sombra. / Reviven los ecos de
las defenestraciones.
... Y tal como desde
el presente se observan la impresiones del ayer, durante los paseos
y las visitas transcurren las horas que no se atajan, ni se retardan
las estaciones: la breve majestad de la noche estival inaugura
Fuente itálica, clausurada por otra noche, de otro lugar y
otro tiempo. Entre tantos palatinos avances -ese elemento tan propio
en la poesía de Waldo Rojas- temporales: el amanecer, el mediodía,
la tarde, el crepúsculo, las sombras. ...
Termina Fuente itálica y el placer del viaje de una
lectura de / por otros viajes, en desplazamientos más fílmicos que
fotográficos por la multiplicidad de planos, por la vivacidad y
agudeza de las perspectivas, de la(s) mirada(s).
... Gracias a la Editorial Universitaria que
parece decidida a volver a editar poesía, y a retomar su labor
universitaria, después de tantos años de excesiva cautela, el
lector de Chile puede encontrarse nuevamente con un volumen de
Waldo Rojas, uno de los más consistentes poetas chilenos de la
actualidad que ha continuado publicando en el extranjero un trabajo
donde, al igual que en su obra precedente, cada palabra ha sido
pesada, medida, saboreada y colocada en el lugar preciso.
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