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Yanko González publica “Alto Volta” a diez años de su primer libro
"Los poetas jóvenes son tratados como discapacitados líricos”
Por Javier García
La Nación, Miércoles 19 de diciembre de 2007
Para el golpe de Estado su padre trabajaba en la Editorial Universitaria. Era chofer del sello que publicaba hasta ese momento la colección Cormorán. Títulos de Enrique Lihn, Claudio Giaconi y Nicanor Parra debían ser quemados. Pero fueron conducidos a las manos de Yanko González, quien los leyó, y con ellos conversó en su primer libro, "Metales pesados" (1998). Diez años después, vuelve con "Alto Volta" (Ediciones Kultrún), una cuidada edición que González divide en tres partes.
Ahí están las citas adjuntas a sus poemas, encarándose, conversando. Parte el libro con palabras de W. H. Auden. Luego vendrá Giacomo Leopardi, y "Heribert Barrera", donde se apunta. "Hay muchas maneras de hacer infelices a los hombres. Una de ellas es visitándolos". Y la sentencia de Lihn: "Todas las lenguas extranjeras/ me inspiran un sagrado rencor".
Su autor cuenta que "escribo y camino dialogando. En algún sentido, es un ejercicio contumaz de enrevesar el aserto que dice que todo lo que no es autobiografía es plagio. Desde mi anterior libro he intentado enfatizar la dialógica más que el monólogo dramático. Sólo es nuevo lo que se ha olvidado, por lo que dicho ejercicio de cruces y multiplicación de autorías rehabilita sujetos y discursos que son el caldo de huesos que me interesa: escuchar a ombligos ajenos nadando en ombligos propios".
UN BASTARDO DEFORME
Sobre el segundo libro de González, el poeta Diego Maquieira ha dicho: "Alto volta es un satélite terrestre tripulado por homnis poco sapiens. Un espejo universal que Yanko González emplaza en el hígado de África para que desde ahí nos veamos las caras de una vez por todas y dejemos de mentirnos a nosotros mismos como especie".
Dedicado a la docencia en Valdivia, el antropólogo dice sobre la actual poesía joven chilena. "Esta categoría es producto de una segmentación del campo literario por parte de los sectores mayores que impide que poetas por su sola posición biológica, la edad, puedan zafarse de la subordinación, de la exclusión de los circuitos de circulación de sus obras. Por lo tanto son tratados como discapacitados líricos".
-¿Cómo ves la institucionalidad cultural desde el sur?
-Desde el sur o desde Quito: una carrera sin sudor de mandarines y ganapanes para instrumentalizar a través de partusas culturales burocratizadas, las energías contestatarias de sujetos que a duras penas no se doblegan a la cooptación y el marasmo de la alegría perpetua. Para algunos se acabó el dilema: es lo mismo ser un bufón cortesano que un payaso llorón de circo rico.
-¿Qué poetas chilenos vivos rescatas?
-Me considero un bastardo deforme en relación a varios de mis coetáneos, porque mantuve un diálogo político y estético con poetas que surgieron antes, a fines de los 80 y que reventaron. En fin, demoré diez años en escribir "Metales pesados" y otros diez en publicar "Alto Volta", así pues, concédame ampliar esta respuesta el año 2018.