Proyecto Patrimonio - 2020 | index | Yuri Pérez | Daniela Pinto Meza | Autores |
Calamares sin poros
A propósito de la obra de Yuri Pérez
Por Daniela Pinto Meza
Publicado en Estación de la palabra, N°15, 22 de septiembre de 2017
.. .. .. .. ..
San Bernardo, Santo Bernardo o de cariño San Bk, el de hoy y el de todos mis años, es un calamar de poblaciones.
Cada tentáculo tiene un nombre específico: Andes 1, Andes 2, Angelmó, Cordillera (con todos sus números), Tejas de Chena, Cinco Pinos, ad infinitum. Este molusco gigante, zona periférica de Santiago que alcanza a más de trecientos mil habitantes, nutre una parte de su “imaginario urbano” mediante la existencia de trabajadores, delincuentes, feriantes, jubilados, asesoras del hogar, obreros de la construcción, choferes del Transantiago y, mucho más. Un mar de gente, como nos canta la eterna Cecilia, que (con)viven diariamente en su lugar (a)signado por el bloque administrativo, político y sociocultural de nuestro país.
Es en algunos de estos tentáculos y, específicamente, sobre los sujetos que se adhieren a las ventosas de este calamar, que Yuri Pérez (1966) encuentra su nicho escritural. Poeta y narrador chileno, oriundo de San Bernardo, nos presenta una íntima descripción vivencial de la micro sociedad que se despliega en esta Zona Sur. Así, el autor de obras como Cartas del Interno (Municipalidad de El Bosque, 1995), Niño feo (Narrativa Punto Aparte, 2010) y Mentirosa (Narrativa Punto Aparte, 2012), nos muestra una mirada reflexiva, crítica y profundamente real del acontecer de la sociedad que habita en estas poblaciones o cerca de ellas.
En Cumbia, poemario editado por La Cáfila en el año 2003, el escritor nos acerca a las penurias, el descontento y la invisibilidad del cotidiano segregado de la nación. Porque la noción de porosidad o la idea de intersticio en la traza de Pérez, no existe:
Mi madre gana 60.000 mil pesos al mes por concepto de ventas libres de impuestos. Con esa plata alarga su vida y huye de la trombosis. Con esa plata compra ansiolíticos. Calcio. Complementos Vitamínicos. Fierro. Ropa Usada. Chancletas. El resto lo gasta en los caprichos de Modesto Segundo Pérez Pérez. Vino Tinto Aguardiente. Sucedáneo del café. Sucedáneo del jugo de limón. Hoy quise saludar a mi madre por teléfono (Pérez, El boliche de mi madre 22).
Zygmunt Bauman nos habla en su libro Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil (Siglo XX Editores, 2006), de la grave problemática de entender libertad y comunidad como una pareja indisoluble, esto porque para mantenernos seguros, nos alejamos de los otros, nos individualizamos, nos mantenemos enclaustrados en nuestros territorios, atentando contra la idílica noción de libertad. Esto compromete a todos. Los adinerados en sus residenciales y los pobres en sus blocks. El miedo, la muerte y la delincuencia son los infiernos del sujeto poblacional. Y esto bien lo sabe Yuri Pérez, que en su poema Historia del miedo nos describe el terror que produce no solo el habitar su home, sweet home, sino también, la ciudad y sociedad que le ha tocado y de la cual no puede escapar:
Blablanca teme al aroma de absolutismo que inunda los estamentos de Chile. Teme a los estallidos de la noche con sus astros de sirenas / teme a los carros de gendarmería de Chile que pasan con furia entre los astros encendidos de calle Colón. A los gendarmes vinculados al lumpen y a los traficantes de pasta base de cocaína / Le inquieta la negrura que lleva dentro de sí la semana con sus tardes tercermundistas (Historia del miedo 42).
El escritor chileno apunta sus dardos a la crítica que genera la vida en el espacio segregado de la ciudad. Si para Löic Wacquant la segregación residencial implica el funcionamiento de una serie de representaciones asociadas al espacio, las que se transfieren a los actores y sus prácticas en el territorio, desarrollándose una “presunción automática de indignidad social e inferioridad moral que se traduce en una aguda conciencia de la degradación simbólica asociada al confinamiento a un universo aborrecido y menospreciado” (Wacquant 18); para el poeta lo que hay es un conjunto de hábitos, de prácticas y de cotidianidades que unen los tentáculos de cada población en un habitar común: la calle, la feria, el puente. Los poemas de Cumbia están repletos de imágenes sobre el diario vivir de los pobladores. Imágenes que aparecen signadas por el componente mediático que bien criticaba Bourdieu en sus estudios Sobre la televisión de 1996. Y nos dice el autor san bernardino:
Se concentran aquí, ancianas infectadas de cáncer uterino, mamás solteras, estudiantes, cesantes, discapacitados y gente que se ha visto obligada a cambiar de oficio. Todo esto lejos de las estadísticas gubernamentales. Lejos del T.V. lejos de la misericordia de Dios. El que no vende no come. El que no come no vive. El que no vive no muere. Aquí la libertad es una feria (Ferias libres 50).
Finalmente, la obra de Yuri Pérez, poco a poco conocida, nos toma una radiografía antropológica, una endoscopía dolorosa sobre los fluidos que no hemos liberado del intestino social, preocupados de sobrevivir, claro está (¿y qué más podríamos hacer?), más que de detener el nado caníbal del calamar atrapado en el océano de la marginación.
________________________________________
Bibliografía
Bauman, Zygmunt. Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil. Madrid: Siglo XXI. 2006.
_______________. Vidas Desperdiciadas. La modernidad y sus parias. Barcelona: Ediciones Paid, 2005.
Bourdieu, Pierre. Sobre la televisión. Barcelona: Anagrama, 1997.
Pérez, Yuri. Mentirosa. Valparaíso: Narrativa Punto Aparte, 2012.
______________.Niño feo. Valparaíso: Narrativa Punto Aparte, 2010.
______________.Cumbia. Valparaíso: La Cáfila, 2003.
______________.Mala yerba. Santiago: Libros del Llano, 1998
______________.Cartas del interno. Santiago: Municipalidad de El Bosque, 1995.
Wacquant, Löic. Parias urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzo del milenio. Argentina: Ediciones Manantial, 2010.