I. El
Desierto de Atacama sobrevoló infinidades de desiertos para estar
allí
II. Como el viento siéntanlo silbando pasar entre el follaje
de los árboles
III. Mirénlo transparentarse allá lejos y sólo
acompañado por el viento
IV. Pero cuidado: porque si al final el
Desierto de Atacama no estuviese donde debiera estar el mundo entero
comenzaría a silbar entre el follaje de los árboles y nosotros nos
veríamos entonces en el mismísimo nunca transparentes silbantes en
el viento tragándonos el color de esta pampa.
PASTORAL DE
CHILE
III
Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya
ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por
las piedras
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no
era
nadie y aún están los muros contra los que
llorando
aplastaba su cara mientras al verla
la gente se decía
"Vámonos por otro lado"
y hacían un recodo sólo para no pasar
cerca de ella
pero yo reparé en ti
sólo yo me compadecí de
esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice
agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo
fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que
la gente te respetara
Ahora caminas por las calles como si nada
de esto
hubiera en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que
pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no
verte
y aún tiemblo de ira ante quienes riendo te
decían
"Ponte de espalda" y tu espalda se hacía un camino
por
donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del
pasto
cuando me querías ni de azul
del cielo acompañando tu
vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y
rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré
amando
incluso a tus malditos cabrones
Cuando vuelvas a
quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho
ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a
abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren
IV
Son espejismos las ciudades
no corren los trenes, nadie
camina por las calles
y todo está en silencio
como si hubiera
huelga general
Pero porque todo está hecho para tu olvido
y yo
mismo dudo si soy muerto o viviente
tal vez ni mis brazos puedan
cruzarse sobre mi pecho
acostumbrado como estaban al contorno de
tu cuerpo
Pero aunque no sobrevivirán muchas cosas
y es cierto
que mis ojos no serán mis ojos
ni mi carne será mi carne
y que
Chile entero te está olvidando
Que se me derritan los ojos en el
rostro
si yo me olvido de ti
Que se crucen los milenios y los
ríos se hagan azufre
y mis lágrimas ácido quemándome la
cara
si me obligan a olvidarte
Porque aún hay miles de mujeres
en quien poder
alegrarse y basta un golpe de manos
para que
vuelvan a poblarse las calles
no reverdecerán los pastos
ni
sonarán los teléfonos ni correrán los trenes si
no te alzas tú la
renacida entre los muertos
Hoy se han secado los últimos
valles
y quizá ya no haya nadie
con quien poder hablar sobre
la tierra
Pero aunque eso suceda
y Chile entero no sea más que
una tumba
¡Despiértate tú, desmayada, y dime que me
quieres!