Diamela Eltit: Las mujeres. en revista Rocinante. enero 2000.

.......... Las mujeres chilenas, históricamente, se han caracterizado por emitir un voto de carácter, digamos, conservador. ¿Significa eso que las mujeres son esencialmente conservadoras? Mas bien lo que ocurre es que este voto es el efecto de un extenso programa empecinado en construir a la mujer como una aliada a los principios obsoletos, permeada por terrores primarios, atravesada unicamente por devociones maternales. Es necesario insistir en que el control de los sistemas sociales es una práctica ejercida casi enteramente por lo masculino, que son los sistemas masculinos los que producen y construyen a sus sujetos y, especialmente, van a modelar a los oprimidos de acuerdo a los deseos, necesidades e intereses del sistema. En suma lo que quiero decir es que lo femenino es una construcciòn cultural realizada, en gran medida, por lo masculino.

.......... El lavinazo electoral cita y concita un ardiente problema con las minorìas (no hablo de nùmeros sino de asimetrías frente a los poderes). Las mujeres, los ciudadanos más pobres y seguramente parte importante del pueblo mapuche, votaron masivamente por aquel que, sin la menor duda, es y seguira siendo el agente de una violencia alarmante en contra de la expresión, la inscripción y la democratización de las diferencias en el interior del sistema social.

.......... El modelo de mujer que Lavín propicia es su propia esposa, una mujer "dueña de casa" (de la casa de él), madre nada menos que de siete hijos, un pasito siempre detrás de él, cuyas opiniones son iguales a las de su marido porque en realidad son las de su marido. Marido-candidato que, a su vez, convierte al matrimonio en una empresa familiar, cuyo único centro es el pater Lavín, una madre de siete retoños cuya obligación es subordinar (utilizar) a los hijos sin el menor pudor en favor de los intereses del padrecito Lavín.

.......... Lavín y su familia representan una estampa propagandísta y petrificadamente falsa, ensoñada por el sistema político, económico y religioso de la ultra derecha.

.......... Sólo que esta "dueña de casa", que no necesita producir dinero, vive en la comuna de Las Condes en medio del confort y con un más que abundante servicio doméstico, quiero decir son las otras mujeres (usando la siutiquería de las clases dominantes, son las nanas o más cursi aún, la maids) quienes se encargan de los siete retoños y de mantener a Lavín de punta en blanco.

........... A la manera de una teleserie, esta familia que se nos pretende instalar como modelo oficial, pretende identificar al país con la comuna de Las Condes, pura prosperidad, nada sucio, árboles por todos lados, poca delincuencia gracias a la proliferación de servicios policiacos privados, uno que otro poblador (recordemos que al conjunto de pobladores los erradicaron de un día para otro a comunas periféricas) me refiero al excepcional poblador al que le permiten vivir en su comuna y al que abastecen y cuidan como un chiche para cumplir con sus deberes cristianos. Una teleserie simplota y aberrante desde la cual esta campaña enferma, captura los votos deseantes de innumerables personas pertenecientes a las minorías. Personas atrapadas en un imaginario social adverso que los usa y los abusa para mantenerlos subyugadamente a su servicio.