La sensibilidad transparente de Efraín Barquero,
que amalgama lo épico con lo lírico en una aventura literaria colmada
de emoción, nos restituye los valores más puros de la Gran Poesía
Chilena.
Iván Quezada E.
.......Si
las palabras son un río, para Efraín Barquero (69 años) ese río es
el Maule: el río de su infancia que brota y desaparece en sus poemas
como una melodía distante. Las imágenes se entrelazan con fuerza,
imponen una lectura imperiosa que conviene efectuar en voz alta. Barquero
toma las cosas del mundo no para hacerlas intrincadas, sino para realzar
el vínculo profundo que lo une con ellas. De este modo, como bien
queda registrado en la voluminosa Antología de Lom Ediciones, nada
sobra en sus escritos: ni el aire, ni la vida de la gente del pueblo,
ni el temor de un niño frente a la noche. "En la casa silenciosa y
fría / todos duermen, menos el deseo / de palpar y hablar que tiene
un niño. / Y mi inconsciencia lo confunde con la lluvia / o la proximidad
de la mañana." Ese impulso perpetuo que arroja hacia afuera al poeta,
obligándolo a fundir su intimidad con los objetos y los vacíos del
universo, es la poesía misma que se vale de lo más común para revelarse.
......... "El
verdadero mundo exterior es el verdadero mundo interior." Esta inmortal
frase del francés André Maurois parece escrita a propósito de Barquero.
En efecto, sus versos y prosas dan la sensación de encontrarse en
todas partes simultáneamente. Conminan, sacuden al aletargado lector,enfrentándolo
a sus emociones por la vía más sutil: el contacto con la gente. La
escritura de Barquero es un canto del que nadie puede sustraerse,
como también ocurre con el Canto General de Neruda. Sin embargo, las
diferencias entre ambos son patentes. Lo de Barquero se sitúa en un
tiempo que podríamos calificar de próximo o cotidiano: su poética
está hecha de momentos, de imágenes fugaces que de una manera misteriosa
adquieren la fuerza de lo épico y la añoranza de lo lírico.
..........El
deleite de componer, en el caso de Barquero, proviene de un trance
inducido por una vitalidad que parece no tener límite. Aquí no hay
rastro de decadentismo: su poesía surge limpia de afanes racionalistas.
El poeta se apropia del paisaje del Sur, del trabajo, de los afanes
de los campesinos, de los graneros, de las verduras, sólo con su experiencia
de vida. Pero, ¿se necesita algo más para dejar un testimonio del
mundo? Barquero nos da la lección de que para escribir lo único que
se requiere es no tener miedo.
Antología Autor: Efraín Barquero. Editorial:
Lom Ediciones. Páginas: 357. Edición: 2000. Precio estimado: \$7.000.