Creí
que la vanguardia había muerto
El
desarreglado mundo de Costamagna
Por
Gonzalo Garcés
La
Nación, Domingo 2 de octubre de 2005
¿De
qué habla el libro “Últimos fuegos”? Del baile de máscaras
de nuestra vida. Sólo que Costamagna tiene malas noticias: la sala de baile
está en llamas. Todas las situaciones de “Últimos fuegos” son, de
algún modo, reconocibles: hay chicas ingenuas, viejos cuenteros, jefes
abusivos, secretarias desesperadas, amantes celosos, mujeres infieles. Pero las
situaciones están desarregladas. Los actores han olvidado sus líneas.
Acabo
de terminar un libro extraordinario: “Últimos fuegos”, de Alejandra
Costamagna. Yo había leído otros libros suyos y me gustaban.
Pero el logro de estos cuentos, que yo sepa, no se parece a nada de lo que se
publica ahora en español.
¿De qué habla “Últimos
fuegos”? Del baile de máscaras de nuestra vida. Sólo que Costamagna
tiene malas noticias: la sala de baile está en llamas. Todas las situaciones
de “Últimos fuegos” son, de algún modo, reconocibles: hay chicas
ingenuas, viejos cuenteros, jefes abusivos, secretarias desesperadas,
amantes celosos, mujeres infieles. Pero las situaciones están desarregladas.
Los actores han olvidado sus líneas. En vez de nombres tienen máscaras:
“La ojerosa”, “El solitario”, etcétera, que pueden intercambiarse. El incendio
-uno entre varios motivos que se repiten de un cuento a otro- lo está devorando
todo. Lo que Costamagna presenta es un mundo, el nuestro, cuyos cimientos de lógica
y de identidad están siendo minados de hora en hora.
Buen ejemplo
de ese desarreglo es “La epidemia de Traiguén”, uno de los mejores cuentos
del libro. Una secretaria se enamora de su jefe; éste, tras acostarse con
ella, la abandona. La chica lo sigue en secreto hasta Japón. Contratada
como niñera, la chica (que lleva a un bebé en el coche) sigue a
su ex jefe hasta un hotel donde se dispone a acostarse con otra mujer. Distraída,
deja en el coche al bebé con la calefacción a fondo y éste
muere; la chica sube y encara al jefe, pero es acuchillada por la otra mujer.
Los diarios, por error, le atribuyen la maternidad del niño muerto.
Pensé:
¿por qué produce esta angustia familiar una historia tan rara? Un
hombre, su secretaria, la muerte de un niño y como consecuencia la muerte
de ella a manos de otra mujer: si reajustamos las piezas, tenemos una clásica
historia de mujer que se queda embarazada para preservar una relación amorosa
y que muere por un aborto mal hecho. El “error” de la prensa japonesa sería
así una clave, digamos una esquina del fresco salvada del temblor que permite
reconstruir los pedazos del resto. Algo similar pasa en “Cuadrar las cosas”, donde
una mujer decide tener un hijo. Al hacerlo pierde la cabeza y la única
manera de volver a ponérsela es meter dentro al hijo. Cuando lo logran,
la mujer es “estéril nuevamente.” El lector, si lo desea, puede reconstruir
esta historia bizarra según la lógica de este mundo.
Pero,
justamente: ¿por qué hacerlo? Lo interesante es que Costamagna no
se limita a desordenar: también insinúa un orden diferente. A medida
que uno encuentra, de un cuento a otro, elementos recurrentes como el pollo, Japón,
la frase “Me has sacado, me has saqueado” o las tortugas degolladas, irresistiblemente
lo siente: hay algo en construcción en este libro. Algo que se prepara
para nacer. Y el fuego destruye, pero también libera. Al final, en “El
último incendio”, volvemos a ese infierno disfrazado de pueblo de provincia
que Costamagna ya había cartografiado en detalle en otro libro: “Retiro”.
El lugar donde todo lo horrible vuelve a suceder sin fin. Sólo que esta
vez el incendio acaba con esa repetición. Esa virtud del fuego es también,
diría yo, la de este libro.
Alejandra
Costamagna: Nació en Santiago, en 1970. Es escritora y periodista.
En 1996 publicó la novela En
voz baja (Lom), con la que obtuvo el primer lugar en los Juegos Literarios
Gabriela Mistral y una mención honrosa en el Premio Municipal de Santiago.
En 1998 publicó Ciudadano en retiro (Planeta), novela traducida
al italiano con el título Café Royal, distinguida también
con una mención honrosa en el Premio Municipal de Santiago. Dos años
más tarde apareció el libro de cuentos Malas noches
(Planeta), nominado al premio Altazor y publicada en Italia con el título
Certe Notti. Su tercera novela, Cansado ya del sol, estuvo
entre las cinco finalistas del Premio Planeta Argentina y fue publicada en 2002
por Planeta. Estos días (agosto, 2005) acaba de publicar el libro de cuentos
Últimos fuegos, con Ediciones B, en Chile, Argentina y Uruguay.
Relatos suyos han aparecido en distintas antologías, tales como Salidas
de madre (1997), Relatos y resacas (1998), Voces de eros (1998),
Líneas aéreas (1999), Con pasión (2000), Se
habla español (2000), Ecos urbanos (2001), Historias de mentes
(2001) y Uno en quinientos (2004). Como periodista ha trabajado en diversas
publicaciones culturales, como las revistas Rocinante, Gatopardo, Letras Libres
Interactivas, Rolling Stone y La Nación Domingo. El año 2003 obtuvo
la beca del International Writing Program de la Universidad de Iowa, Estados Unidos.