EL
TIGRE DE LA MEMORIA
(Poemas de Hugo Vera Miranda, Libros La Calabaza del Diablo, Santiago,
2006)
Por
Aristóteles España
www.laparadeliebre.cl
Junio 2006
El autor de este libro vive en Puerto Natales, la Patagonia chilena,
donde dirige una revista de poesía, sueña con volar
por las Torres del Payne, y escribe poemas al lar, a sus espacios
llenos de callejones donde cohabita con los fantasmas de Bukosky,
Evaristo Carriego, Carlos de Rohka, Mafhud Massis, Gustavo Ossorio
y todos los animales literarios que conoció en Buenos Aires
y Montevideo, donde fue librero, capitán de buques mercantes
y socio de cuanta aventura emprendieron los poetas argentinos de la
década del 70, donde Hugo Vera Miranda era director
de la revista "El Trauco", y publicaba poetas de todas las
latitudes de habla castellana.
Este libro, largamente esperado en la poesía chilena, lo sitúa
de inmediato entre los grandes vates de nuestro país. Versos
sencillos y transparentes dan cuenta de un artista con un universo
propio, labrado intensamente en la universidad de la vida y no en
las bibliotecas ni academias o sociedades donde los mercaderes compran
sus pasajes a los quince minutos de fama de los que hablaba Andy Warhol,
el creador del pop art, en Nueva York.
La poesía del vate patagónico nos muestra un mundo distinto
a lo que se escribe en esa región. Por sus poemas atraviesan
ratones de alcantarilla vestidos de poetas, mujeres que lo esperan
a la salida de un bar donde siempre el personaje (o el hablante para
la gente culta) está con un sombrero dedicado a beber un vaso
de vino mientras afuera, hay concentraciones políticas, la
gente del pueblo está embelesada con una democracia que jamás
les llegará, salvo para ser rondines o esperpénticos
seres donde el miedo revolotea como la música de mozart, mientras
las aves magallánicas miran las torres de los edificios gubernamentales
para observar palomas, buitres, niños que caminan por las calles
de Punta Arenas o Puerto Natales o Porvenir en espera de un futuro
que sólo un libro como "El tigre de la memoria",
les permitirá observar desde lejos como transcurre el tiempo
en Lacolet, la patria del desamparo.
Poesía decadentista, sin duda, precursora del surrealismo,
viene a llenar un territorio de mariposas donde la palabra ha reemplazado
a la emoción. La verdadera esencia del poeta es actualizar
lenguajes e incorporarlos al habla cotidiana como lo hizo Nicanor
Parra con la Antipoesía, donde introdujo un sistema que era
propio de los artistas ingleses de la década del 40.
Lo más interesante de este libro es que el autor se sitúa,
sin pretensión alguna, en el corpus literario chileno, como
Rolando Cárdenas o Francisco Coloane. El autor cuenta sus túneles
como quien relata una historia a medianoche en medio de los árboles
en Magallanes, cerca de Fuerte Bulnes, o una historia de amor en un
bar donde acuden los solitarios a beber el penúltimo trago
de la noche en los días de nieve en los últimos confines
del planeta.
Libro inclasificable, salvo, como dice Ramón Díaz Eterovic,
"es un diario de ruta, crónica de nuestra época,
bofetada al acomodo, donde nos propone una estética del coraje".
"El tigre de la memoria" es un canto a la esperanza pero
también a la soledad. Este tipo de textos contribuyen a que
las nuevas generaciones de lectores y artistas piensen en que el verbo
no solo es una canción de cuna, sino un gran abrazo por la
felicidad y el reencuentro de todo lo que se perdió y hay que
recuperar.
Hugo Vera Miranda, nació en Puerto Natales en 1951. Vivió
gran parte de su vida fuera de Chile, estudió psicología
en Buenos Aires, y edita actualmente en Internet la revista "Inmaculada
Decepción", desde la capital de Ultima Esperanza, Chile.
Sus poemas han sido traducidos al inglés y francés.