"La Entera
Noche Llena" de Aristóteles España
Por Armando Uribe Arce
PREMIO NACIONAL DE LITERATURA 2004
Santiago, Septiembre de 2005
El excelentísimo poeta Aristóteles España,
fue uno de los pocos nombres de escritores jóvenes que nos
llegó al destierro, surgido como un cristo, en la ciénaga
de la dictadura.
Cuando conocimos su primer libro (Dawson, Editorial Bruguera,
1985), ya no fue sólo un nombre. Autor de verdaderos poemas
de energía, emoción y sentido, se impuso como
una referencia indispensable en la joven poesía chilena.
Ha habido en Chile un siglo entero de poesía valiosa; no solamente
en la métrica convencional (que se dedujo en lo principal de
los poemas escritos en el siglo XVI y comienzos del diecisiete, el
gran siglo de oro), sino también con el uso de verso llamado
libre, que el eximio Pedro Henríquez Ureña llamó
en 1927, de versificación irregular, y del cual T. S. Elliot
dijo por esos tiempos: “no hay verso libre para quien quiere escribir
buen verso”.
Este ha dominado en Chile, sin descuidar los poemas con la métrica
y la retórica de los siglos anteriores, que además se
introducía a la vez en aquella poesía más libre.
Hay que tomar en cuenta que los poetas mayores chilenos, de buena
parte del siglo comenzaron a escribir y muchas veces publicar libros
en verso regular; por su parte, Gabriela Mistral escribió en
métrica, introduciendo en ocasión algunas irregularidades
sabias.
Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Pablo de Rohka, Nicanor Parra y otros,
se iniciaron con versos regulares, y más tarde sus versos libres
contenían de varias maneras líneas del todo regulares.
Esto parece cocinería literaria pero es la materia prima de
la poesía: palabras cargadas de fuerza, emoción y sentido
hasta el extremo posible (decía más o menos Ezra Pound
en la segunda década del siglo XX); la exagerada oratoria de
quien esto escribe llegó a pontificar, y también hasta
el extremo imposible, queriendo decir que a veces la energía,
el entusiasmo y el Inconsciente pueden justificar notorios errores
y torpezas verbales, barbaridades poéticas que, por crear poesía
aceptan lo que no cuadra, lo extravagante, burdo y estúpido
– experiencias que en nuestras vidas todos tenemos, los poetícolas.
“La entera noche llena”, de Aristóteles España
es un libro notable, original y saliente en ésta que me atrevo
a llamar: escuela chilena de poesía en castellano.
Procuré identificar los asuntos y estilo de cada poema de sus
cuatro partes. Encontré que casi todos los de la primera parte
del texto eran de encendido y a veces violento erotismo, y que muchos
de los tres siguientes capítulos eran también eróticos.
Luego marqué los demás como pruebas del humorismo negro,
característico entre los chilenos.
Recapacitando, concluí que con frecuencia el erotismo del autor
está contaminado por aquel humor negro.
Esto no varía cuando los episodios ocurren en lugares y ciudades
extranjeras. Se trata de un poeta que carga con su Chile donde quiera
se encuentre en el mundo. Su “Poema realista para encantados” constituye
un Arte Poética apropiado para todo el libro:
2
“El poema sale de su rincón encantado
(...) y sale a volar entre la muchedumbre y en el Individuo,
con sus mensajes de poema político,
con sus piernas de poema erótico,
un poema chilenísimo (...)
(...) y las palabras que corren como la sangre
de un cordero degollado en el matadero clandestino
de un pueblo chilote,
en el sistema nervioso, en el sistema político,
un poema para todos,
un poema para nadie,
como su merced lo ordene”.
Interpreto la última como invocación al dios de la
poesía, tal como lo señala el Diálogo pseudo
– platónico Ion, según el cual ese dios de la poesía
posee al poeta, “un dios les sorbe el seso a los poetas”.
Con palabras de hoy dicho dios tendría su morada en el Inconsciente
personal del poeta, y en el Inconsciente colectivo del cual participa,
el de su nación y de la naturaleza humana. Creo que en el de
la colectividad chilena hay rasgos acentuados de la brutalidad (y
lo he escrito a propósito del secreto de la poesía);
en los textos de España (el poeta y hasta el país),
no faltan tales rasgos.
En algunos poemas del libro hay un parentesco con las “Residencias
en la tierra” –lo mejor de Neruda-, y alguna vez, con la atmósfera
del mejor Teillier.
Pero “La entera noche llena” es el mundo mismo de este poeta, el propio.
Puesto que él habla de “poema político”, “sistema político”,
es indispensable anotar que su ironía y humor negro llega a
ser satíricos. Este poeta lírico es también autor
de Sátiras. De hecho, en la siempre dudosa clasificación
de sus textos que traté de hacer privilegié junto al
término “erótico” –“érot” -, la palabra “sátira”
–“sát”-.
En la tradición de un siglo de poesía chilena, desde
Carlos Pezoa Véliz, lo satírico tiene verdadero tratamiento
gozoso por muchos, además de la punzante ironía, con
frecuencia dirigiéndola al propio autor –auto-ironía.
Todos los poemas de este libro me parecen ser “experiencias” reales
del poeta; las fantasías y sueños –dormido o en vigilia-
son también experiencias efectivas que sus poemas transmiten.
Por todo ello escribe “poemas realistas”. La muerte, percibida en
la vida, es una de las realidades potentes que se “experimenta”: “la
muerte que escribe un poema en el baño y dice puta...”
Para Georges Bataille, en el erotismo está necesariamente la
muerte (y agrega, lo religioso).
La dictadura –en Chile- y el exilio –afuera- figuran como referencias
sombrías las sombras de la vida, recordar que el Papa en Chile
llamó al exilio “una muerte civil”.
3
“Si vieras las miradas del exilio,
entre tanta multitud
gritando “yo creo”,
diríamos juntos
que el paraíso está en el bar del frente”.
En su erotismo hay a veces también melancolía: “Ella
cae por la ventana y ve un señor / con un mordisco de perro
en la boca, / y luego una mariposa que dice “cielo de Dios”.
Los títulos de todos estos poemas, tal cual aparecen en el
Indice, tienen por sí solos un interés que, alguna de
sus partes, constituyen las líneas de un poema que se agrega
a los del libro.
En el titulado “Canción de Cuna”, el penúltimo, aparecen
versos que también son fragmentos finales de su Arte Poética:
(...) “No quiero villancicos
tú más tú (...)
la guerra no me gusta
TÚ MÁS TÚ
Y esas con lenguas que me hablan”.