LA
POESIA DE YOLANDA LAGOS GARAY
Por
Aristóteles España
Julio de 2006
Junto
a Stella Díaz Varín, Eliana Navarro, Cecilia Casanova, Olga, Delia
Domínguez, constituyen un grupo de escritoras que destacaron como las voces
emergentes de la Generación del 50, disputando codo a codo con sus colegas
varones como Jorge Teillier o Enrique Lihn, un espacio que estaba vedado para
las mujeres: la creación de territorios donde el poder y la nada eran artificios
y la metafísica
aún estaba cubierta por las amapolas nerudianas.
Allí surge
la voz de Yolanda Lagos; aplaudida por Pablo de Rokha quien la señaló
como la voz del relevo y cuya "poderosa voz poética emerge como una
campana colosal".
El Macho Anciano saludaba de esta forma a su colega
y amiga que compartió épocas memorables junto a Pablo Neruda, Martín
Cerda, Ernesto Slava, Francisco Coloane, Manuel Rojas, amigos todos de su esposo,
el novelista Juan Godoy, autor del ya clásico libro "Angurrientos".
Su
libro "Sones de plata", editado recientemente por editorial La Garza
Morena (Santiago, 2006), con ilustraciones de Mario Toral, nos trae el viento
del sur chileno, las nubes del Océano Pacífico, y sueños
de tardes llenas de puertas en el mar donde la soledad y el aire son paisajes
donde los poemas anidan en el follaje del silencio. Así es Yolanda Lagos
en la construcción de su mundo interior.
Bosques que se incendian,
raíces convertidas en cenizas y madera, iglesias que deambulan por los
recodos de la infancia y esotéricos barcos que viajan por Chiloé,
Punta Arenas, Antofagasta, Mejillones, todos lugares donde hay faroles y fantasmas.
Este texto de Yolanda Lagos está inserto en un mapa de laberintos
que ella se encarga de dibujar en un mundo que fue. Poesía de la nostalgia,
de un ayer que se disipa entre sombras y aparece un Chile lejano, melancólico,
con duendes y hadas bajo ventarrones que solo los lectores audaces pueden imaginar:
abejas, gorriones, veleros, botes, hoteles, brújulas extraviadas, penumbras
vestidas de azul, todo el caos que logra producir belleza y todo el vendaval que
nos lleva a las orillas del poema y que sólo el poema puede resolver.
"Sones
de plata", tiene la magia de los juegos de infancia en el sur del mundo,
islas, archipiélagos, el Golfo de Penas, toninas, fiordos, esteros, canales,
los parajes donde la escritora construyó un mundo que permanecerá
para siempre con sus verbos alados y la nieve que respira como el mar, según
nos cuenta en este libro donde ocurren sucesos inesperados, a la manera de Emily
Dickinson, cuando dice: "Pero vino, marea dominante, el crepúsculo,
y los hombres que allí segaban heno, y la tarde y aquella mariposa en su
mar se extinguieron".
"Poesía lograda, madura, afincada
en lo entrañable de la peripecia humana", dice Emilio Oviedo.
Por
su parte, Ronnie Muñoz Martineaux, señala: "Este libro nos
trae el mar, las islas y el viento que galopa sobre los estambres de la espuma.
Un libro lleno de sortilegios, de ternura y, también de furia".
Versos
de este tiempo y del otro, son lo que nos entrega esta poeta chilena radicada
en Santiago. Yolanda Lagos Garay (Ancud,1929) es autora de "Poemas del archipiélago"
(1959); "Preludio para las sombras" (1960-1967); "La red invisible"
(1984); "Tiempo cautivo" (1988). Pertenece a la Sociedad de Escritores
de Chile.