CUENTOS
DE MUJERES INFIELES
Por
Aristóteles España
"Cuando
las mujeres deciden engañar a sus parejas, no existe esposo, novio o amante
que pueda sorprenderlas; sospechar, tal vez, pero pillarlas en el acto, no";
dice el adagio popular. En cambio, debido a la cultura machista imperante, el
hombre puede hacerlo y vanagloriarse de ello.
"Cuentos de mujeres
infieles" (Editorial Andrés Bello, Santiago, 2006), es un libro
donde escritores de distintas geografías, lenguajes, y estilos intentan
atrapar esos momentos en que ellas seducen,
conquistan, abandonan, y vuelven a amar, a ratos en la penumbra de hoteles, rincones,
baños, ciudades extrañas en países cercanos o remotos como
Madrid, Montevideo, Santiago, Ciudad de México, Lima, Viena, Estocolmo,
Londres, Nueva York, Moscú, París, Sao Paulo o alguna ciudad del
territorio chileno como Punta Arenas, o La Rioja en el norte de la Argentina.
El
tema de la fidelidad e infidelidad femenina, es decir, la monogamia y el adulterio
ha sido un tema recurrente en artistas en diferentes etapas de la humanidad, y
adquiere categoría de tabú o mito cuando depende de las circunstancias
históricas y de los personajes que sufren o se benefician de la sexualidad
del objeto de sus deseos como decía Juan Carlos Onetti.
En Chile,
la escritora uruguaya Blanca Luz Brum sedujo al monógamo Pablo de Rohka
causando gran escándalo entre los familiares del poeta y amigos de la época,
y varias mujeres casadas fueron amantes de Jorge Teillier cuando éste era
el príncipe de la poesía chilena, en plena juventud. Si los maridos
de éstas se enteraron, nadie supo. O tras la paletada nadie dijo nada,
nadie dijo nada, como afirmaba Carlos Pezoa Véliz a comienzos del siglo
XX. Famoso es el caso del poeta Gonzalo Contreras a quien tres mujeres, una de
ellas recién casada, lo secuestraron en una caleta de Valparaíso,
en la década del 80, mientras los esposos, respetables académicos
de la capital chilena buscaban por cielo mar y tierra a sus féminas, creyendo
que se habían extraviado o abandonado el hogar. Otro caso notable es el
del escritor Roberto Araya Gallegos, quien fue perseguido a balazos por un marido
engañado, en una finca de Peñalolén.
Araya corrió
kilómetros hasta llegar al departamento del poeta Rolando Cárdenas
en pleno centro de Santiago. La leyenda cuenta que el escritor llegó en
calzoncillos y con dos libros de Neruda bajo el brazo. De la mujer, integrante
de un Grupo literario de la Sociedad de Escritores de Chile, nunca más
se supo.
Hay historias de mujeres de destacados políticos chilenos,
uruguayos, directoras de revistas, doctoras, sociólogas, juezas, profesoras
de inglés, psicólogas, parvularias, odontólogas, editoras
de páginas web, escultoras, pintoras, abogadas, actrices, diputadas, secretarias
bilingües, dueñas de boutiques, periodistas de espectáculos,
locutoras de radio, azafatas, gobernadoras, ministras de estado, peluqueras, cineastas,
artesanas, en fin, mujeres de todos lados y de este tiempo y del otro, parafraseando
a Enrique Lihn, otro poeta que estuvo en estos menesteres con destacadas artistas
cubanas, mujeres de destacados revolucionarios e intelectuales. Recordemos que
los dos grandes poemas épicos que inauguran la literatura occidental como
la Iliada y la Odisea, tratan como uno de sus asuntos principales la fidelidad
e infidelidad de la mujer.
Este compendio de textos, con prólogo
de Fernando Emmerich, contiene relatos de Mario Benedetti, Augusto D"Halmar,
Stefan Zweig, William Somerset Maugham, Edith Wharton, Antón Chejov, Guy
de Maupassant, Alphonse Daudet, Joaquín María Machado de Assis.