Proyecto Patrimonio - 2007 | index | Arnaldo Donoso | Ernesto González B. | Autores |







Arnaldo Donoso

Por Ernesto González Barnert


Arnaldo Donoso (San Fernando, 1980) Ha publicado Aproximación a la situación anómala y oblicua del lenguaje (Contrabando del bando en Contra, 2004), y Del estado del arte (Contrabando del bando en Contra, 2004), además de ensayos en variadas revistas y páginas web, extranjeras como nacionales. Cómo se ve, Arnaldo fue un poeta que rápidamente se acomodó en la incipiente movida poética que Héctor Hernández tituló novísima. Confluyendo en una serie de aspectos comunes a muchos de los que ahí estaban signados. Por supuesto, no sin reparos, distinciones, crítica, pero reconociendo un lugar ahí, con todo lo precario y callampero del constructo, pero también con todo el desamparo, necesidad, urgencia y rabia que hay detrás de un hito así, de hablar de más de una treintena de poetas interesantes menores de 30 años. Poetas jóvenes que a pesar de múltiples distinciones, publicaciones, encuentros, les estaban haciendo china en el pantano. Con esto, favor, no quiero decir que es uno más, sino uno entre ellos. Y que aunque comparte cierta cosmética común y un fuerte sentido reflexivo sobre la poesía, el lenguaje, la escritura, el cuerpo y el arte. Todo esto mezclado en la juguera académica de lecturas filosófica literarias. Y con las aristas de la marginalidad provinciana. Etc. Siempre hay algo más. Bueno, todo esto ha resultado un raro zumo y con el cual Donoso ha ido dando forma a un verdadero milkshake delirante, a contra pelo, suyo. Y se agradece.


- ¿Cómo llegaste a la poesía?
- Mira, no sé bien. Pero, parte esto a los trece años, parece, con ciertas lecturas: Poe, Conan Doyle, Mallarmè, la antología de Anguita (la de la lengua castellana), la poesía de los textos de estudio, el conocimiento del genio de ciertos escritores en enciclopedias. Por ahí. Pero decisivo fue leer a algunos poetas jóvenes en los 90' en la Zona de Contacto. Yo había escrito algunos textos ya, de corte irregular. Al leer fragmentos de Yo Cactus de Alejandra del Río, me impregné demasiado de esa estética. En enseñanza media tenía a un profesor muy extraño; nunca hizo clases y conversaba solamente. Pero allí estaba, Ferrada, presentándonos a Parra, al Neruda de las Residencias, a Pezoa Véliz, a Becket, a Huidobro, un montón de tipos que nos importaban una hueva. Nos hizo escribir una creación estilo libre sobre cualquier cosa, así era el tipo; compuse un poema acerca de cómo veía el liceo y te aseguro que aunque decía cosas terribles de éste, Ferrada quedó feliz, le encantó. Ya trabajando (pues estudié administración), en una oficina maldita, seguía escribiendo, subversivo, pero dejando que me explotaran. Decidí seguir estudiando. Quería estudiar antropología, cosa que no resultó. Ingresé a Pedagogía en Castellano. Allí me llegó la teoría. Escribí mucho, mucho, entre el 2000 y el 2002. Circunstancias aparte, perdí ese material. Empecé de nuevo. A principios del 2004 conocí a Héctor Hernández Montecinos, quien leyó mis textos. Hicimos lo imposible para que fueran publicados. En octubre del mismo año apareció Aproximación a la situación anómala y oblicua del lenguaje, y al año siguiente Del estado del arte. Recién allí podría decirte que llegué. Es linda la metáfora, la poesía como un lugar, como un paradero, de veras, pero la poesía no es un destino, es un proceso, es el camino mismo, no el fin. Eso en términos de la historia, ahora creo que no todo es parte de las circunstancias, sino de quizá otra cosa. No sé. Además, nada de poesía, así con destacado, uno escribe no más.

- ¿Qué ha significado para ti la Poesía?
- Salvar mi cabeza de la extinción. No te podría decir la gueá posera que si no escribo me muero, esto no es un película gringa, pero el ejercicio de escribir lo que uno le da la regalada gana, putas, le inyecta fuerza para patear el esqueleto, como decía De Rokha. La contemplación, ha significado también, creo que en alguna medida. Intensidades, logros, fiestas, conocer a gente maravillosa, y a sacos de huea también, pero aprendizaje.

- ¿Para quién escribes?
- La verdad para los amigos, básicamente. Es innegable que las relaciones fraternales me llevaron a escribir. Pero también para los enemigos, para cambiar de a poquito esta patada en el hocico que nos venden. Para mi hijo Camilo. Escribo también para los nuevos y futuros amigos. No expondré las teorías acerca del destinatario de un texto poético. Te digo la firme. Creo que para los conocidos no más. Para aquellas complicidades políticas, económicas, amicales, delictuales, amatorias, etcétera.

- ¿Cuándo escribes necesitas algo a tu alrededor, alguna cosa, haces algo en particular, etc?
- No mucho, en verdad nada. Asumo que el computador, ahora último. Diccionarios, otros libros con los cuales confrontar ideas. Ojala amigos que deambulen pero que no entorpezcan la escritura. Cigarrillos, como una constante, y lugar común, cliché. Cerveza ojala, o café, en la medida de lo posible. Putas, bueno es un teléfono para llamar en caso de dudas. Música, siempre que sugiera sensaciones que me ayuden a escribir. Azúcar, para la sinapsis. Ganja. No sé; se puede usar de todo. Nada, de repente vas caminando, clinck! un verso, simple, lo memorizas, va el otro, lo memorizas, el otro. Yo cacho que puedo recordar hasta unos 15 versos, más no. Después lo escribes, lo armas, desarmas.

- ¿Cómo es tu proceso escritural? ¿Cómo trabajas hasta concretar un poema?
- La verdad no escribo poemas. Un crítico argentino, del Clarín, en el 1987, por ahí, hacía hincapié en que los poetas chilenos escribían libros, no poemas -y dice esto a raíz de su lectura del libro De la Tierra sin Fuegos, de Juan Pablo Riveros (trataré de buscarte la ficha, entre el súper orden en que tengo mis cosas, pero recuerdo que aparece en Ostria 1992, en Acta Literaria)-. Cosa que comparto en absoluto. Es decir, lo veo por ejemplo en lo que hago y hacemos varios. Es extraño. Zurita también tiene un idea interesante en su ensayo "Chile: Literatura, Lenguaje y Sociedad (1973-1983)": postula que en algunas obras, como la de Maquieira, de Jolly, Gonzalo Muñoz, hay una fragmentación para llegar a la totalidad. Veo eso. Es decir la articulación de fragmentos para realizar obras de complejas interrelaciones; parece que eso. Ahora también no todo es como taaaaan científico así como la composición que postulaba Poe o Baudelaire, siempre obediente a un plan, a un circuito referencial que progrese y al que se recurra, progresión y recurrencia, mundos ficcionales (no los posibles, no los de Eco, sino los de Pozuelos Yvancos), campos internos y externos de referencia, bla, bla, bla, sino que de repente sueltas intensidades, flujos de energía emocional, psíquica, esquizofrenia, paranoia, y puede que el coeficiente sea un texto bello, intenso, que conmueva, intensión e intención, fricción. Luego de eso revisar, confrontar con (insisto) diccionarios, con música, con amigos; intentar ver qué suena mejor, cómo dices mejor lo que quieres decir, ajustes de tuercas a la diagramación, los espacios blancos.

- ¿Qué poetas, escritores, artistas o experiencias han marcado tu cocina literaria y también la propia vida?
- Hugo Chávez, Antonio Cornejo Polar, De Rokha, Rosamel del Valle, Díaz Casanueva, Carmen Aldunate, Tzara, Dvorák, The Smiths, Roots Manuva, Jean Franco, Fidel Castro, Jameson, Eagleton, Juan Liscano, Raúl Zurita, Dj Vadim, el Neruda de las Residencias y del Canto General, Sarduy, hasta Spielberg y Bush (hijo, de puta), putas, mi padre, mi hijo… No sé. Te quiero decir con esa lista descabellada que todo marca al hombre. No creo que haya circunstancias inocentes, para nada. Me gusta pensar que todo es un gran, gran, juego; ojo que ese es un topos barroco, de la representación, cierto… Que justo cuando uno está leyendo un texto aparece alguien que realiza una relación de ese texto con otra cosa, o escuchas una canción que tiene que ver con eso. Llegas a un lugar y las coincidencias abundan, la fortuna te sonríe. O te topas medio a medio con un graffiti en la calle y te da la idea precisa para acabar un texto. Huidobro. O el amor hace que todo concuerde. O tienes problemas, muuuchos problemas, y alguien te salva o te hunde… cacho que todo. Sería fome darte una lista y los porqués. Se me olvidó, hablando de personas, al Héctor Hernández, a Juan Gabriel Araya, el amigo Ricardo Espinaza, Jorge Luis Muñoz, Santiago Bonhomme, Jorge Sánchez, a Patricio Espinoza Henríquez, Federico Pastene, Fidel Torres (aún cuando se haya tornado uno de los tipos que no quiero ver nunca, nunca más)… un largo etcétera. Mauricio Ostria a quien he visto una vez pero súper. Mis alumnos, he tenido unos geniales. El poeta Gonzalo David, también. Etcétera… se me quedan hartos en el teclado, no uso tintero, como dijo Lira en carta al Mercurio fechada 9 a 11 de julio de 1981. John Ashbery, Robert Duncan.

- ¿Cómo ves la poesía actual chilena? ¿Y en ella a tu generación con respecto a las anteriores y la nueva?
- Bien, o sea mal. Ojala se agudicen ciertos problemas sociales para que esto reviente y allí se vea la poesía que viene como micropolítica y violencia anti-servidumbre tecnocrática. Allí el poema de Hernández en su súper Coma, "A ustedes les hablo", dirigido a los pokemones. Veo un show extraño, una farandulilla triste. La pregunta clásica, ¿cuántos aguantarán, putas, 15 años más de circo? (me excluyo de inmediato). La poesía actual chilena es la que se lee, escucha, declama y escribe. Mal hecha la pregunta creo. Creo que Temblor de Cielo de Huidobro es más actual, más nuevo, más vivo y más vanguardia que cualquiera. Más vanguardia que hablar de las últimas tendencias y hacer reescrituras. El problema al que se refiera tu pregunta, según interpreto (según quiero interpretar, intencionalmente, claro), es esa tensión entre tendencias y vanguardias y nuestra relación con lo "chileno (léase shileno) en poesía", ese ombiliguismo. Generación: drama absoluto. Esquemas generacionales, Goiç, Shaw, y todo el Instituto Caro y Cuervo en Bogotá. A ver: Se ha discutido caleta, caleta, si es plausible el hablar de generaciones en este momento para realizar crítica histórica de la literatura. Morales, Espinoza Guerra, Carrasco (Iván), tienen estudios interesantes sobre eso. Hoy, se ha privilegiado el corte sincrónico antes que el diacrónico, superación de tipos de estudios empíricos y ligados a posiciones revisionistas. Cosa que está muy bien… pero, qué haríamos sin los libros de referencia como los de Promis o Goiç, Yurkievich, Rodríguez Monegal, putas, Fernández Retamar. Ahora bien, la idea es que son necesarios, pero nosotros, las últimas promociones (prefiero hablar de promociones, da más libertad) hemos privilegiado un estudio, un aprendizaje de la literatura que parte desde lo sincrónico, lo hipertextual, la búsqueda, el link, no lo arbóreo, el rizoma. La poesía es un proceso constante, no un fin. Los poetas del futuro, así como todos los anteriores a ellos, tienen la misión de incendiar Babilonia, su propia Babilonia. Así de simple.

- ¿Cómo ves el panorama actual poético desde la provincia, Chillán, específicamente?
- Ese sí que está mal, pues. Dale con lo actual. Mira, en verdad he cortado muchos puentes y mantengo muy pocos amigos. Lo haré extensivo, para que veas. Es un lote de cómo 11 o 13, no sé, la cosa es que ni siquiera nos vemos seguido. Pero cuando nos vemos siempre se plantean visiones interesantes. Somos tan distintos todos. Me gustan esos amigos: te los nombro viejo: Eduardo Lund, Santiago Bonhomme, Milton Leiva, Araya, Ricardo Espinaza, Gonzalo David, Hlousek, Gerardo Quezada, tú mismo, el Hernández, Patricio Morales, otros más. No sé.

- ¿De tu obra si tuvieses que elegir un poema o fragmento...cuál?
- Mi obra… suena súper pretencioso. Qué obra. Un fragmento: "se terminó de imprimir en diciembre de 2005". En ese caso te ofrezco un texto inédito:

I

Esperaré la llamada de la entraña cuando
El ojo postrero se me llene de visiones. Cuando
Se me llene el aliento de arena. Cuando
La boca se me hiele de tan cerca
Cuando la cera mental de lo olvidado se cierre
Y exploten las escamas que me devoran tanta sangre

La muerte es un sonido de pies azules
Una furia invisible de leyes horizontales
Una mordaza total atardeciendo el infortunio
Una estrella filosa que acaricia y degüella vástagos

II

Niego el viaje como una lejanía que fosforece en el centro de una lumbre
Aquí van unas manos aullando
El bosque es un vórtice que atesora fetiches:

Aguarda el óxido y una campana que sangra hambre por la boca
Aguarda piedras de carne, niños de papel, sentencias circulares
Aguarda huesos que rascan otros huesos
Aguarda antiguas monedas
Aguarda un estanque minúsculo que pierde su quietud con un soplo.


- ¿Cuál es de tus libros, hasta el momento, el favorito? ¿Y por qué?
- He publicado dos, o sea, qué favorito. Sería ridículo decirte algo más.

- ¿Qué libros nunca has podido terminar de leer?
- Muchos, te lo aseguro. Lata en todo caso. Ulyses, La Vida Nueva, La Biblia, El tambor de hojalata, La montaña mágica, El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, El poema de Mío Cid, , y un largo etc.

- ¿Si no fueras poeta...qué serías?
- Profesor, obvio. No pagué 7 años de U para tirarlos al desagüe. Además me gusta el magisterio.

- ¿Qué poeta chileno no volverás a leer jamás?
- A Claudio Bertoni… nunca más. Pero dijiste poeta, así que no vale. No puede jugar con todo, viejo (verde); Stella Díaz Varín nos dijo una vez (a Quezada, Hlousek, Hernández, otros más) que uno entregaba un pedazo de corazón (un pedazo de corazón, o sea) al declamar un poema o al escribirlo, al publicar un libro. Me quedé con eso. Así que a los payasitos, no los leo mucho, a menos que sean negros. Muy, muy oscuros.

- ¿Cuál es para ti el gran libro olvidado de la poesía chilena?
- Mira, no sé si olvidado, pero creo que debiese dársele más pelota: De la Tierra sin fuegos de Juan Pablo Riveros (1986, reedición en el 2001). Trata de la homologación del la catástrofe, la matanza, el exterminio de los selknam, yámanas y qawashqar, y la represión en tiempos de dictadura. Es un buen libro de la neovanguardia aunque se ha privilegiado el estudio de sus adjuntos culturales, sociohistóricos, suprahistóricos, paratácticos, de discurso étnico, incluso desde la ecocrítica, y no su categorización como texto inscrito en una modalidad escritural desarrollada en Chile desde 1970. Lo celebro por su excentricidad; y es excéntrico porque fue escrito desde fuera de la órbita literaria metropolitana… Pero, sabes, no hay libros olvidados. Pienso que decir que un libro está olvidado es hablar en términos institucionales, de la institucionalidad literaria chilena ¡y esa es una güeá muy rancia! Todo poeta y libro tiene sus lectores. Hay ciertas posiciones curiosas, como la que se da con la poesía de Pablo de Rokha: se dice, dicen, que no ha sido valorado íntegramente, bla, bla, bla; homenajes, ya casi… soviéticos. Mucha onda. Es patético. De Rokha fue un genio en la escritura, incluso con sus altos y bajos, humano como todos, y no se merece esas expresiones de lástima. Hasta murió a lo hombre, nada de mariconadas. En la medida que leemos y comunicamos lecturas como micropolítica, ya sea en la crítica, en la casa, en la micro, en el parque fumándote uno, en un bar, en clases, con tu pareja, con tus amigos, en discusiones, con tus hijos, cacho que ese poeta y/o libro ya no está olvidado.

- ¿Cuál fue el último libro de poesía chilena que leíste?
- Morales Lizana, Patricio. 2007. Hojas caídas de otoño. Buenos Aires: Patagonia. Poeta chileno, amigo, compañero.

- ¿Qué libro estás leyendo ahora?
- Ahora estoy en Coma, en El baile de lo niños, en Obra poética de Huidobro (la de Goiç, justamente). Los ríos profundos de Arguedas… ufff. Y otros creo. Siempre revisando cosas. La cabeza no sólo es para echarse gel, tinturas de color raro, o crema de peinar. Es para ocuparla.

- ¿Qué piensas de los Premios literarios?
- Nunca he recibido uno. Así que ni pienso. Ni he participado en concurso alguno. Poesía de premios: poco brillo. Ahora que otro tipo se los gane, dentro del círculo de amigos, conocidos, súper bien, genial, cuando es por reconocimiento de méritos y no por movidas de coca. Y ojala inviten una cerveza con el monto, un chacarero y un schop por último, mínimo, no como Lund. Ahora, nada, absolutamente nada, constituye mérito, así que filo.

- ¿Quién te gustaría que recibiera el Premio Nacional de Literatura?
- Mi hijo, Camilo Donoso Höfflinger. Y todos los que se lo merecen y no se lo dieron cuando vivían.

- ¿Qué te parece este Chile ad portas del Bicentenario? ¿Su política cultural para con la Poesía?
- Es un circo. "Jesús frito"… cambian los payasos pero el circo sigue. Las personas con buenas intenciones son siempre eliminadas, en el discurso, en la historia, en todo. O los mataron o los dejaron de lado por lúcidos. No me he metido mucho, pero creo que no falta el vivo que intenta sacar una tajadita de la torta. Me da pena el Estado, no por la gente que trabaja en él, sino como constructo simbólico. Hemos perdido tanto en tan poco tiempo. Cuánto debió pasar para llegar a constituir formas de agenciamiento que intentaran homogeneizar espacios de igualdad social, cultural, educacional: millones de años, millones. Para qué, para que el CMI se lo coma con zapatos. Qué pena. Si me llegara a ganar la beca del Fondo del Libro, obvio que la ocupo. Pero me da más pena el Estado.

- ¿Qué palabras le dirías a alguien que está comenzando en esto de la poesía, alguien que ha decidido ser poeta?
- Que se cuide la espalda. Y el corazón. Siempre.

- ¿Cuáles son los 10 libros que recomiendas leer?
- No hay que recomendar nunca nada. Esto no es una vitrina, además mi horizonte es súper reducido. Pero, digamos que he disfrutado hartos libros: Autorretrato en un espejo convexo, de John Ashbery; La miseria del hombre, de Gonzalo Rojas; El cantar de los cantares, adjudicado al Rey Salomón; Temblor de cielo, de Huidobro; Purgatorio, de Zurita; Cantares, de Pound sí pues; eso por ahora y recomiendo que los vejestorios lean a toda la supuesta "novísima", pero con altura de miras, para que vean la evolución. Pero que los lean a todos sí, así como nosotros tratamos de leer todo para atrás, toda "la tradición" (putas que les gusta esa palabra). Me pareció bien tu parada de carros a Campos, Ernesto, fue atropellada, media delirante, pero muy seca.

- ¿Qué te escandaliza?
- El CMI, el capitalismo mundial integrado, obvio, y sus artistas (y sus aristas).

- Y por último ¿A qué le tienes miedo?
- Al futuro de mi descendencia. Los malditos, la mafia neoliberal, tienen el planeta muy mal. No quiero que mis parientes del futuro se mueran por lo que han hecho los grandes intelectuales post Milton Friedman… ese es un problema que los poetas debemos atacar. No queremos seguir viviendo con miedo. Menos a nuestro 'oikos', a nuestro lugar.

 

 

 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2007 
A Página Principal
| A Archivo Arnaldo Donoso | A Archivo Ernesto González Barnert | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Arnaldo Donoso.
Por Ernesto González Barnert.