-¿Por
qué el laberinto?
-El laberinto es un símbolo que pertenece a toda la cultura
humana desde la Torre de Babel. El laberinto representa un estado
espiritual y diría que cualquier sujeto humano que reflexione
sobre el sentido de su vida y de la totalidad humana, culmina con
una reflexión de laberintos. Puede que estén representados
en forma de un mandala o de la catedral cristiana, o las espirales
naturales de los caracoles. El laberinto es una imagen que representa
el proceso de la humanidad.
-¿Como el laberinto de la soledad de Octavio Paz?
-Los escritores de Occidente hacen uso de este mismo concepto. En
muchos, la idea del laberinto se refiere al lenguaje. Me gusta, por
ejemplo, que en el libro de Eco "El nombre de rosa", Adso,
el discípulo de Guillermo, le dice en una parte: pero maestro
estamos en un laberinto de palabras. Y bueno, responde Guillermo,
"de eso se trata todo esto".
-¿El mito del laberinto puede extenderse a la época
actual?
-Más que laberíntica, ésta es para mí
una época de fin. La modernidad acaba y estamos a las puertas
de un fenómeno que no sé cómo llamarla. A nivel
de escritura esto se refleja en la crisis del yo occidental, cartesiano.
Es por eso que una ética y una poesía personal puede
volverse difícil de entender o de comprender para algún
tipo de escritor. Más ahora en que es cada vez más fuerte
la sensación de un yo carnavalesco, paródico, bufonesco
e invadido.
-En el primer poema de "El laberinto..." hay un ritmo
similar al primer poema de "'Vírgenes del sol"...
-Usé el primer poema del mismo modo que usé el primer
poema de Vírgenes. Es como una invitación y un prólogo
poético, donde me encargo de mostrar mi universo espiri-tual,
que después en "otros poemas", va a ser tratado en
forma puntual.
-Este segundo libro, ¿es más complejo que el primero?
-Sí. Es más complejo, más contenido, más
intelectual, ya que su problema básico es el sentido del lenguaje
y la escritura en este momento.
-¿Por qué le preocupa tanto la palabra?
-Me preocupa porque la poesía parece ser un arte cada vez más
amenazado y prescindible. Creo que la poesía comparte el mismo
espíritu de la filosofía en tanto es develación
y estética.
-Y en todo esto, ¿qué tiene que ver Alicia, el personaje
de Lewis Carroll, quien le asigna un rol protagónico?
-Creo que eso me sorprende. Desde adolescente la figura de Alicia
y su amante imposible me ha atraído. Tal vez sea la fragilidad
romántica del ideal enfrentado a la realidad decimonónica.
No tiene que ver con los amores imposibles bajo la moral decimonónica
sino con el hecho de que algún tipo de amor va a ser siempre
perseguido por cualquier sociedad. Eso es lo que representa para mí
Alicia. El amor de una niña con un diácono que es sinónimo
de los amores imposibles. Por otro lado, Alicia es la gran metáfora
del laberinto y a la vez, Alicia está presa en el lenguaje,
porque sólo es un libro que nos muestra un amor que a lo mejor
nunca existió.
-¿No deja ninguna salida?
-El libro está lleno de galerías que se conectan con
otras escrituras y hay una alusión directa al poema de Enrique
Lihn, que dice "Nunca salí del horroroso Chile".
El laberinto del lenguaje y de los signos humanos sólo son
autosustentables y su realidad crece, se cultiva y desaparece como
el hombre. Ahora depende de su proyecto como ser individual y social,
cuan amplios sean los círculos de la espiral.
-¿Edén alfatemático es el único poema
en que se refiere directamente al lenguaje y a los poetas?
-Edén alfatemático es un poema que se burla de la
poesía misma, se burla de Rimbaud, de Zurita, se burla de la
admiración de los poetas por los rituales. del buen o mal gusto
de otros poetas. Pero lo hace suavemente con amabilidad, para alejar
el espíritu de la pesadez que tanto le disgustaba a Nietzsche
y Poe. Por eso que la palabra Rimbaud en el texto lleva la erre de
marca registrada.