"La mejor poesía se sigue escribiendo en los baños públicos"*
Por
Diego Velasco Andrade
Universidad Católica de Lovaina Bélgica
* Fragmento y adaptación del ensayo: 2001, Odisea del poeta, Nuevas
poéticas en la Literatura del Ecuador o, Contra el sermón del canon y de sus acólitos
inquisidores, que K-Oz Editorial publicará próximamente.
Entre la diversidad y variedad de nuevas voces y tonos en
la joven poesía ecuatoriana, destacamos aquella de Augusto Rodríguez, con su registro
parco, prosaico y minimalista, más fulgurante.
Su Arte Poética es deliberada y conciente: zaherir con palabras comunes la idea del poeta
"pequeño dios" o la fatuidad del poeta sermo nobilis que detesta al
sermo vulgaris; destemplar el cuchillo de algún nuevo poeta decapitado; o sacar
soberanamente la lengua, al monje y vate, instaurador de canónicos cánones, en secretos
países y folletinescas comarcas.
...............
"Me escondo en el corredor y sigo pensando que no hay nadie.
............... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. ...
es inútil respirar
...............cuando tenemos la muerte
...............tan cerca"
Su prosaica expresión es premeditada, asumir el tono del peatón angustiado,
tartamudo y vulnerable; tropezando entre excrementos de perro y literarios fetiches, que
se atraganta diariamente de pastiches y echa a volar en el tumulto, aviones impresos
de garabatos. Para Rodríguez, la esencial poesía, parece estar simplemente ahí, en lo
intrascendente, en lo melifluo y banalmente cotidiano, no hay pues necesidad de poner
a hervir esotéricas retortas y alambiques porque:
..............."Nada somos
...............mas que un poco de sol
........................ .. .. .. .. ..........
en los ojos
...............y aire movido
............. .. .. .. .. .. .. ....por los labios"
Quizás Augusto Rodríguez quiere advertirnos, que si nos detenemos a mirar la poesía con
los cristales del animal poetikus que todos llevamos dentro, ella se pasea desnuda
ante nuestras narices y rebota juguetona en el fulbito de la calle, duerme descobijada
frente al cajero automático o se la lleva cualquier día, sin pena ni gloria, el camión
de la basura o aquel de la funeraria:
..............."Mi cuchillo tiembla en mi puño.
............ .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .
.....No hay nadie en la casa,
...............me escondo en el corredor
...............y sigo pensando
.............. .. . .. .. .. .. . .. .. .. . .. .. ...
que no hay nadie"
Para Rodríguez la mejor poesía y, -advertimos que a veces la peor-, se estampa en las paredes
del gran libro-ciudad; se puede aceptar como anónima, "chola" y descachalandrada; asume
las voces del inventor de nonadas y anda más "chira" y solitaria que la cola de un perro
vagabundo, cargando a cuestas su impecable y sarnosa vacuidad.
..............."¿quién pudiera ser
........ .. .. .. ........todavía un niño que juega al
balón
...............y no tuviera miedo
... .. .. .. .. .. .. .............
de envejecer o morir?"
Clandestina de sí misma, y sin posibilidad cierta de reconocerse en los ojos del poeta
exquisito y cultivado, se asume con fiereza en el pellejo de algún poeta suicida y
funámbulo, a quien nadie retratará en la crónica roja o, en la página cultural del
pasado-mañana:
..............."Mi corazón estallará como piñata de
fiesta
...............de lo que algún día fui no queda nada
........ .. .. .. .. .. .... .. ... . . ........solo
vómitos de transeúntes
...............la borrachera es la última victoria
.... .. .. .... .. .. .. .. . . .. .. .. . .. .............
en estos días
...............
la mejor poesía se sigue escribiendo en los baños públicos"