DE:
EZRA POUND. CANTICO DEL SOL
(beuvedrais
editores, 2004-2007)
Traducción:
Armando Roa Vial
Sestina:
Altaforte
Loquitur: En Bertrans de Born.
...
.. .. . .. . Dante Alighieri condenó a este hombre al infierno por
ser un pendenciero.
... .. .. . .. . ¡Eccovi!
...
.. .. . .. . ¡Juzgadlo!
... .. .. . .. .
¿Acaso lo he resucitado?
La escena tiene lugar en su castillo de
Altaforte. "Papiols" es su juglar. "El Leopardo" es la divisa
de Ricardo (Corazón de León).
i
¡Maldita
sea! Todo nuestro Sur hiede a paz.
¡Tú, Papiols, perro hijo de
puta, acércate! ¡Venga la música!
Sólo hay vida
para mí si las espadas chocan.
Pero ¡ah!, cuando veo los estandartes
de oro, vero y púrpura combatiendo,
y los vastos campos bajo ellos tornarse
carmesí,
entonces aúllo con mi corazón loco de júbilo.
ii
En
el cálido verano voy ardiendo de júbilo
cuando las tormentas
devastan la tierra y su estúpida paz,
y cuando los relámpagos,
en el cielo oscuro, fulguran carmesí,
mientras los truenos con furia
me rugen su música
y los vientos gimen a través de las nubes,
combatiendo,
y a través de todas las hendiduras del cielo resuenan las
espadas cuando chocan.
iii
¡Quiera el
infierno que escuchemos otra vez las espadas cuando chocan!
¡Y los estridentes
relinchos de los corceles en la batalla, su júbilo,
pecho contra pecho,
combatiendo!
¡Es mejor una hora de lucha que todo un año de paz
con
opulentos festines, alcahuetas, vino y suave música!
¡Bah! No
hay mejor vino que la sangre carmesí.
iv
Amo
el ascenso del sol, bañado en sangre carmesí;
contemplar cada
uno de sus rayos, cual lanzas que desgarran la oscuridad y chocan.
¡Oh!
Mi corazón se llena de júbilo
y mi boca se colma de veloz música
cuando
lo veo desafiar y despreciar la paz
y salir al ruedo de las sombras, con su
sola fuerza, combatiendo.
v
El hombre que teme
luchar y se agazapa, no combatiendo
al oír mi llamado a la guerra, desconoce
la sangre carmesí;
sólo sabe pudrirse en su lánguida paz,
lejos
de donde triunfa el valor y las espadas chocan;
¡oh! La muerte de esas
perras es mi júbilo,
sí, yo que lleno todo el aire con mi música.
vi
¡Papiols,
Papiols! ¡A la música!
No hay sonido comparable al de las espadas
combatiendo;
Ni aullido semejante al fragor de la batalla, mi gran júbilo,
cuando
nuestros codos y espadas chorrean carmesí
y cuando nuestras huestes,
enfrentando la embestida de "El Leopardo", chocan.
¡Que Dios
maldiga para siempre a todo aquel que grite "paz"!
vii
¡Y
que la música de las espadas los vuelva carmesí!
¡Quiera
el infierno que escuchemos otra vez el clamor de las espadas cuando chocan!
¡Que
el infierno oscurezca para siempre la idea de la "paz"!
EL
Manto *
Conserva tu pétalo de rosa
hasta que el
tiempo de las rosas toque su fin.
¿Piensas acaso que la Muerte habrá
de besarte
o que en la Casa de las Sombras
habrás de encontrar un
amante
como yo? ¿Te extrañarán las nuevas rosas?
Prefiere
mi manto al manto de polvo
que yace sobre el paso de los años.
Desconfía
del tiempo, no de mis ojos.
* Asclepíades, Julianos
Ægyptus.
Mandato
Vayan,
mis canciones, a los solitarios e insatisfechos.
Vayan también a los
angustiados, a los complacientes,
que muestren mi desprecio por sus opresores.
Vayan
como grandes olas de agua fría,
que muestren mi desprecio por sus opresores.
Que
hablen en contra de la opresión inconsciente,
que hablen en contra de
la tiranía de los que no poseen imaginación.
Que hablen en contra
de las ataduras.
Vayan a la burguesa que se pudre de hastío,
vayan
a la mujer de los suburbios.
Vayan a los infelizmente casados,
vayan a todos
aquellos que encubren su fracaso,
vayan a las parejas malogradas,
vayan
a la esposa que se vende,
vayan a la mujer impuesta.
Vayan a quienes padecen
de lujuria,
vayan a todos aquellos insatisfechos en sus delicados deseos,
vayan
como una plaga sobre la somnolencia del mundo;
que empuñen el filo contra
todo esto,
que fortalezcan las sutiles cuerdas,
que lleven confianza hasta
las algas y tentáculos del alma.
Que vayan amistosamente,
con palabras
sinceras.
Que anhelen encontrar nuevos males y un nuevo bien,
que estén
en contra de todas las formas de opresión.
Vayan a aquellos cuya madurez
los ha apagado,
a los que han perdido el interés.
Que vayan al adolescente
ahogado por la familia-
¡Ah, qué terrible es
ver reunidas
a tres generaciones bajo un mismo techo!
Es como un árbol viejo con
brotes
y ramas que pútridas caen.
Que salgan y desafíen convenciones,
rebelándose
contra la vegetal esclavitud de la sangre.
Que vayan en contra de todas las
formas de amortización.
CantarXIV
Io
venni in luogo d'ogni luce muto;
el hedor a húmedo carbón, políticos
.
. . . . . . . . e y . . . . . n. . . sus muñecas atadas
a los tobillos,
el
culo al desnudo,
caras untadas al trasero,
ojo abierto sobre una nalga
sosa,
con un arbusto por barba,
dirigiendo a la chusma con el hoyo del
culo,
dirigiendo a la chusma en el fango,
tritones, babosas, gusanos acuáticos,
y
con ellos. . . . . . . r,
una servilleta escrupulosamente limpia
plegada
bajo el pene,
y. . . . . . . . . . . . m
que no gustaba del lenguaje coloquial,
engolado
y emporcado, cuellos
circundándole las piernas,
piel peluda y repleta
de granos
asomándose por la orilla del cuello,
profitadores bebiendo
sangre endulzada con mierda
y tras ellos…………f y los financistas
azotándolos
con látigos de acero.
Y los traidores del idioma
. . . . . . n y
el pandillaje de la prensa
y todos aquellos que habían mentido a sueldo;
los pervertidos, los que prefieren la lascivia del dinero
al placer de
los sentidos;
aullidos, como de un gallinero en una imprenta,
el estrépito
de las prensas,
el vuelo del polvo seco y el papel tirado,
hediondez, sudor,
la inmundicia de rancias naranjas,
excremento, la última letrina del
universo,
mysterium, ácido de azufre,
los pusilánimes, fastidiando;
arrojando
joyas en el lodo,
chillando por encontrarlas sin mancha;
sádicas
madres iniciando sexualmente a sus hijas en la decrepitud,
puercas devorando
la basura
y aquí la placa:
y
aquí: CAMBIO DE PERSONAL,
derritiéndose como cera sucia,
esperma
descompuesta, los culos hundiéndose más bajo,
caras sumergidas
bajo jamones
y en la ciénaga bajo ellas,
invertidas, planta contra
planta,
palma contra palma, los agentes provocadores,
los asesinos de Pearse
y MacDonagh,
el Capitán H., jefe de los torturadores,
el yerto excremento
de Verres,
¡fanáticos, Calvino y San Clemente de Alejandría!,
negros
escarabajos hurgando en la mierda,
territorio decrépito, el cieno lleno
de bocados,
contornos perdidos, erosiones.
Por sobre la putrefacción
infernal
el enorme agujero del culo,
estallando en almorranas,
suspendiendo
estalactitas,
grasientas como el cielo sobre Westminster,
los invisibles,
buena parte de los ingleses,
lugar para anodinos,
escualidez final, completa
senectud,
los paladines del vicio, tirándose pedos a través de
la seda,
agitando símbolos cristianos,
. . . . . . . .copulando
de a peniques,
moscas trayendo noticias, harpías goteando mierda en
el aire,
la escara de embusteros poco amistosos,
lodazal de estupideces,
malignas
estupideces, y estupideces,
el suelo infestado de pus, lleno de sabandijas,
gusanos
muertos pariendo gusanos vivos,
propietarios de barrios bajos,
usureros
estrujando ladillas, alcahuetes de la autoridad,
pets-de-loup sentados sobre
rumas de libros fosilizados,
oscureciendo los textos con filología,
escondiéndolos bajo sus personas,
el aire desamparado del silencio,
montonera de piojos, en dentición,
y sobre ellos la ampulosidad
de los oradores,
la peorrera desde el culo de los predicadores.
Y la ENVIDIA
la
corrupción, fétido, hongo,
lubricidad animal, osificaciones derretidas,
lenta
descomposición, combustión hedionda,
colillas de cigarro masticadas,
sin dignidad ni tragedia,
. . . . . m Episcopus, agitando un condón
repleto de escarabajos negros,
monopolizadores, estorbadores del conocimiento,
obstructores de la distribución.
Cantar
LI
(Fragmento)
Brilla
Dios en
la mente del cielo,
su creador,
más que el sol
sobre nuestros
ojos.
Quinto elemento: el lodo, dijo Napoleón.
Con usura no hay hombre
que habite en casa
de buena piedra, ni que tenga un paraíso pintado
en el muro
| de su iglesia.
Con usura el escultor es sustraído de
la piedra
y el tejedor es apartado del telar, por la usura.
La lana no llega
al mercado,
el campesino no puede comer su propio grano
y la aguja de la
joven se le afloja de los dedos.
Los telares se silencian uno tras otro,
de
diez mil en diez mil.
Duccio no se entregó a la usura
ni por ella
fue pintada "La Calumnia".
Tampoco Ambrogio Praedis o Angélico
aprendieron
su oficio de la usura.
Ni los claustros de St. Trophime
o la proporción
de St. Hilaire.
La usura enmohece al hombre y su cincel,
destruye al artesano
corrompiendo su arte.
El azur se infesta de cáncer. El esmeralda
no
encuentra un Memling que pueda pintarlo.
La usura asesina al niño en
el útero
y rompe el noviazgo del joven.
La usura envejece a la juventud,
yace
entre la mujer casada y su marido.
La usura es contraria al crecimiento
natural.
Rameras para Eleusis.
Bajo el mandato de la usura no hay piedra
de corte liso y adecuado.
Cantar
LXXXI
(Fragmento)
[ . . . ]
Sólo
lo que amas de verdad permanece; el resto es escoria.
Sólo lo que amas
de verdad no te será despojado;
en ello radica tu verdadera herencia.
¿De
quién es este mundo: mío, de ellos,
o acaso de nadie?…
[ .
. . ]
La hormiga es un centauro en su mundo de dragón.
Depón
tu vanidad, no fue el hombre
quien hizo el valor, el orden o la gracia.
Depón
tu vanidad, te digo que la depongas.
Aprende del mundo el sitio que te corresponde
en
invención a escala o verdadero arte.
Depón tu vanidad,
..
.. .. .. .. .. .. .. . Paquín, ¡depónla!…
"Sé
dueño de ti mismo; entonces otros te seguirán".
Depón
tu vanidad.
Eres un perro azotado bajo el granizo,
una urraca henchida bajo
un sol caprichoso,
medio negra medio blanca,
no distingues el ala de la
cola.
Depón tu vanidad.
Cuán indignos tus odios
nutridos
en la falsedad.
Depón tu vanidad,
veloz en destruir, pequeño
en caridad.
Depón tu vanidad,
te digo, depónla.
[ . .
. ]
Notas para el
Cantar CXVII
(Fragmento)
M' amour,
m'amour,
¿Qué es aquello que amo
y dónde estás?
Que
he perdido mi centro
luchando contra el mundo.
Los sueños chocan
y caen destrozados.
Y yo, que sólo quise construir un paraíso
terrestre.
~ ~ ~
He querido escribir el Paraíso.
No
te muevas.
Deja que el viento cante,
he ahí el paraíso.
Deja
que los dioses perdonen
lo que he hecho
y que todos aquellos a quienes
he amado traten de perdonar
lo que he hecho.
[ . . . ]