.................................. MIGUEL ARTECHE


Caminos de dolor y libertad

Una línea clave en la poesía de Miguel Arteche culmina en su Cantata
para el Congreso Eucarístico


Arteche y el silencio: motor de partida para elocuente creación

por Ana María Foxley

.......... Hermética y pálida por fuera, luminosa y acogedora en su interior, la casa de Miguel Arteche quizá sea una reproducción fiel de su propia personalidad. Gusta del árbol que le da sombra, goza del verde de un rústico prado, se apasiona con una conversación entre amigos, saboreada con un vaso de vino. Lo inspiran.
.......... Pero cuando esas vivencias lo llevan a su punto de máxima tensión creadora, busca refugio en una estrecha cabina metálica de cinco por tres metros cuadrados, ubicada en el patio adyacente a la cocina de su casa. Abrigada por libros y carpetas de brillantes colores, su refugio se atiborra con objetos inesperados. En una mesa reposa un tablero de ajedrez, mientras un par de tijeras, un alicates y una escuadra cuelgan del estante superior. Por ahí una estufa se esconde en un rincón, y un vetusto diccionario con aire de misal preside su escritorio sobre un atril manual y cómodo.
.......... Todo sobriedad y silencio en esos instantes, Arteche descansa su mente de vez en cuando. Le bastan un breve coloquio con su cómico perro motudo o con su albo y estilizado gato que le coquetea con un ojo azul y el otro verde, jugando a despistarlo mientras él toma la enésima taza de té.
.......... Ahí estaba cuando a mediados de marzo le pidieron que escribiera el texto de una Cantata para el Congreso Eucarístico de octubre próximo. No lo dudó un instante. Su inquietud cristiana y su esperanza de que el Congreso se centraría en una dimensión humana de la Eucaristía se reforzaron cuando supo que era probable que viniera el Papa Juan Pablo.

Miseria y opulencia.- Hundido en su cubículo, en trece agotadores días, Arteche terminó su séptima versión de la Cantata, dejándola lista para los que tendrán la misión de componer la música.
......... En la mejor tradición europea de Scarlatti, Bach y Haendel, en Chile se comenzaron a componer cantatas por allá por 1920. Lo central de la poesía y de la historia social del continente quedó plasmado en algunas de ellas: Alturas de Macchu Picchu, de Gustavo Becerra, la Cantata Santa María, de Luis Advis, o la de los Derechos Humanos, con texto de Esteban Gumucio y música de Alejandro Guarello, iniciaron una nueva época. Desde entonces el cello y el clavecín no tuvieron vergüenza de mezclarse con la quena y el charango, en ese conjunto de arias, recitativos y coros populares.
.......... Arteche, con larga ruta de poeta religioso, le dio a su Cantata una estructura cuadrangular. Pensó en el Apocalipsis y en el sentido de la Eucaristía, y delinió sus personajes: Adán, Eva, Cristo y la Virgen serían los protagonistas de una historia que para él tiene mucho sentido. El de la Eucaristía como "una escuela de amor activo al prójimo", en las palabras del Papa. Y enfatiza Arteche, citando a Juan Pablo II: "Si nuestro culto eucarístico e auténtico, debe hacer aumentar en nosotros la conciencia de la dignidad de todo hombre". Por eso (...) "debemos hacernos particularmente sensibles a todo sufrimiento y miseria humana, a toda injusticia y ofensas, buscando el modo de repararlos de manera eficaz".
.......... Este párrafo, y la relectura de la Biblia, provocaron en Arteche un impulso lírico incontrlable. "No se puede tomar la Eucaristía como un acto ritual, para seguir haciendo después las mismas bellaquerías e injusticias con los demás, así como tampoco se puede abusar de la libertad, explotando a otros ayudado por estructuras económicas inmorales", pensó. Por eso se acordó la encíclica Redemptor Hominis, donde habla de "un desarrollo gigantesco de la parábola del rico Epulón y Lázaro", el rico en el banquete y el pobre en la miseria. Allí dice: "...la civilización consumística consiste en un cierto exceso de bienes necesarios al hombre, a las sociedades enteras -las sociedades ricas y muy desarrolladas- mientras las demás... sufren el hambre y muchas personas mueren a diario por inedia y desnutrición".

Denuncia y testimonio.- La Cantata golpea a reminiscencias apocalípticas, se inicia con una evocación del estado caótico en que quedó la Humanidad con la caida, el mal, la oscuridad. Un narrador, Adán, Eva y el Coro se turnan en su lamento: "perdimos el amor que no muere y no muere. / Y vagaremos solos por la tierra desnuda". Es el Paraíso en descomposición: "Entonces la muerte nació como una niebla / que sube en los días de otoño. / Y en la tierra la muerte vagó sin adversario".
.......... La desigualdad y la injusticia se multiplican, y así también la voz del coro, el pueblo:

"¿Quién nos protege en la noche total de estas tierras?
Cae en la noche la sangre, la nuestra, la sangre.
Lázaros somos befados por rico Epulón.
¿Quién nos entrega su mano y el pan nos entrega?
Lazaros somos befados, con muerte y con hambre
Cae en la noche la sangre
¿Dónde ese pan de la Vida y el Agua que brota en la Roca?
Nos clavan y clavan y clavan al muro del oro
Cae en la noche la sangre".

Y continúa:

Narrador: "La ciudad ya no existe".
Coro: "Por la soberbia".
Narrador: "Destruyeron las aguas".
Coro: "Por el poder".
Narrador: "Destruyeron las tierras".
Coro: "Por el dinero"
Narrador: "Mataron a los hombres".
Coro: "Mataron por odio y por miedo".
Narrador: "Y entonces construyeron otras ciudades. Y añadieron casas a casas. Y Añadieron campos a campos. Y escarnecieron al pobre".

.......... Pero no todo es destrucción y codicia. La Cantata anuncia un nuevo Adán y una nueva Eva: Cristo y la Virgen con su misión redentora.
.......... Explica Arteche: "El Paraíso y la Muerte, la ciudad destruida por el mal, el aspecto demoniáco, y las escenas escatológicas intentan transformarse en una conciencia para los hombres invadidos por una civilización consumística y deshumanizada". Más allá de la denuncia, Arteche trata de provocar una reacción de equilibrio en "un cristianismo ni tan encarnado que olvide lo sobrenatutral, ni tan descarnado que olvide a los seres humanos".

La mística y el dolor.- El estudio de su poesía confirma esta tendencia que ya existía en su creación anterior. En La dimensión apocalíptica de la poesía de Miguel Arteche, Juan Villegas reflexiona, en revista Atenea, sobre el motivo central del poeta: "El despertar de la conciencia del tiempo". Su poema El ojo es un buen ejemplo. Según Villegas, hay allí una tónica: "Consciente de las calamidades del mundo, asume como función esencial alertar de la proximidad del castigo o de la aniquilación del mundo como consecuencia de fuerzas poderosas que están más allá del control de los seres humanos".
.......... El propio Arteche explica su poesía religiosa y visionaria. "Todo artista y poeta es un creyente. No creo en los ateos. A veces, desde su vigilia y su conciencia son ateos, pero en el inconsciente están referidos a la divinidad. Aunque sea para rechazarla. Y si se rechaza algo es porque existe". Lo que sucede con la poesía mística o religiosa, a juicio de Arteche, es que no sólo es una búsqueda de Dios, sino del hombre. "Porque el artista, sea asesino o santo, homosexual o ladrón, noble o proletario, en el momento que crea, pertenece a todos los seres humanos".
.......... La poesía de Arteche es también poesía del dolor. Pensando siempre en el valor de la Eucaristía para los cristianos, cree que "sólo el dolor compartido une", y que si hay ofensa o injusticia contra una persona, no se puede silenciar. "No puedo quedarme callado si asesinan o torturan a mi hermano; cae dentro de mi responsabilidad el denunciarlo".
.......... Y ése es el sentido que da a lo que escribe. Mientras en su prosa se permite usar la denuncia sarcástica sobre temas contingentes, en su poesía tiene tres esferas de creatividad: "la terrestre", que se refiere al hombre concreto, al hambriento, al exiliado; la de "duda metafísica", que corresponde a sus vacilaciones en la fe, y la "visionaria", que es la que lo define más profundamente. Para explicarla recurre al sicólogo Jung. "Hay una energía síquica que está más allá de lo consciente: nace del interior, del inconsciente, y se identifica con arquetipos sociales conocidos universalmente. Allí hay contrastes, hay zonas de luz y de oscuridad".

Libertad del espíritu.- De ahí a estamparlo en el papel hay largo trecho. Hay un estado de progresiva tensión de corregir, armar, ordenar. Al final queda agotado, "como después de un parto". Con catorce libros de poesía, tres novelas y numerosos artículos periodísticos publicados, Arteche siente que sin la lectura de los clásicos españoles y de los escritores ingleses todo habría sido distinto. Fue determinante también, para él, la visión de la España contemporánea, primero como estudiante, en la década del 50, y luego como agregado cultural en el gobierno de Eduardo Frei. Una convicción le surgió de allí: "En España la represión fue muy dura; todo estaba aparentemente dormido en el plano creativo. Pero quedó comprobado que al espíritu humano no lo ahoga ninguna dictadura. El hombre tiene algo que no le quita nadie: su libertad interior".
.......... Para este escritor, periodista, gozador y místico que es Arteche, la felicidad radica en escribir poesía, en la buena amistad y en los ratos de silencio sin los cuales no podría resistir. Para este "ajedrecista y cantador de tangos frustrado", que vive con seis de sus siete hijos, "de puro milagro", porque nunca le ha interesado mucho ganar dinero, la situación de los escritores en Chile es angustiosa. "La actividad editorial es el desierto de Atacama más el Sahara juntos. Pero, paradójicamente, hay mucho interés en la poesía, ya que la juventud tiene cerrados otros cauces de participación. Cuando haya real libertad de expresión, todos estos gérmenes brotarán con mayor fuerza".
.......... Y eso para él es natural. Porque, con Camus, está convencido de que el papel del escritor es difícil. "Por definición, hoy no puede ponerse al servicio de los que hacen la historia: está al servicio de los que la sufren", decía Camus en 1957. Según Arteche, al final siempre triunfa la razón. Como ya lo había expresado Napoleón en una carta Fontanés, que él cita con fruición: "¿Sabeís... lo que más admiro en el mundo? Es la impotencia de la fuerza para fundar algo. No hay más que dos poderes en el mundo: el sable y el espíritu. A la larga el sable es vencido siempre por el espíritu".

 

en Revista HOY, semana del 30 de abril al 6 de mayo de 1980



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