La
leyenda de los siglos
Por
Camilo Marks
Revista de Libros de El Mercurio.
Domingo 17 de septiembre de 2006
Entre
nosotros, nadie hay más calificado para dar una nueva versión del
poema épico "Beowulf" que Armando Roa, un virtuoso traductor
de Shakespeare, Pound, Browning.
El poema épico Beowulf constituye la
máxima expresión de la literatura anglosajona, sus 3 mil 182 líneas,
que sobreviven como manuscrito, son la gesta más antigua de las letras
europeas y aunque sus episodios ocurrieron a comienzos del siglo VI, fue escrito
entre los años 700 y 750. Inicialmente sin título, se le llamó
según el nombre del hijo del rey gauta Hygelac, un noble escandinavo cuyas
hazañas y personalidad dan a la obra el tema principal. No existe evidencia
histórica de Beowulf (como
sí la hay de Rolando o el Cid), pero algunos personajes, lugares y hechos
de la narración en verso han sido comprobados.
El texto se
divide en dos partes. La primera comienza en Dinamarca; el espléndido palacio
del Hrothgar ha sido saqueado durante 12 años por las visitas nocturnas
del monstruo Grendel, quien devora a los guerreros del soberano. De pronto llega
Beowulf, joven príncipe de los gaudos de Suecia para salvar a los súbditos
del engendro. El monarca se asombra de tal valentía, le ofrece un banquete
y lo deja al mando de la ciudadela. En la noche arriba Grendel, engulle a uno
de los soldados y se enfrenta con Beowulf, quien le arranca el brazo y lo hiere
de muerte. La madre de Grendel acude para vengar a su hijo, mas Beowulf la derrota
en el fondo de un lago. A continuación, el protagonista dirige a los daneses
a lo largo de 50 años de paz. Sin embargo, un dragón asuela el país,
y Beowulf, ya maduro, logra eliminarlo, quedando agónico tras el combate.
La fábula culmina con el funeral y lamento por la partida del héroe.
Beowulf
pertenece en su materia, su estilo y su métrica a la tradición germánica:
numerosos incidentes - la bestia, el descenso a las aguas- son motivos del folclore
de esa nación. Los valores éticos corresponden al código
de la lealtad, el honor, el sacrificio. El espíritu cristiano de la obra
se opone al fatalismo de las sagas islandesas. Beowulf es mucho más
altruista que los actores de otras leyendas alemanas - Hunding, Sigmund, Sigfrido-
o que los semidioses de la Ilíada. Resulta muy significativo que las tres
batallas no estén dirigidas contra hombres y mujeres, sino contra enemigos
de la comunidad y de la misma civilización. Los críticos han visto
en el canto una alegoría, con Beowulf como campeón de la luz y la
bondad en lucha contra las fuerzas del mal y la oscuridad: su inmolación
no habría sido trágica, sino el fin de un gobernante bondadoso.
J. R. R. Tolkien piensa de modo distinto: Beowulf es una extensa y lírica
elegía. Desde el comienzo, la leyenda está preñada de signos
ominosos, Hrothgar vislumbra un futuro siniestro, que destruirá a sus descendientes;
poco a poco, los versos se tornan lentos y tétricos, el ambiente se vuelve
pesado, crecientemente sombrío a medida que la suerte de los escandinavos
va cerrándose sobre Beowulf.
Entre nosotros, nadie hay más
calificado para dar una nueva versión de esta epopeya que Armando Roa.
Él es uno de los mejores poetas chilenos del presente - así lo atestiguan
Zarabanda de la muerte oscura, Los hipocondríacos no se mueren
de miedo, entre otros excepcionales títulos- y un virtuoso traductor
de Shakespeare, Pound, Browning; Beowulf le debe haber consumido un tiempo
y energía considerables. El fruto de semejante trabajo está a la
vista: un volumen límpido, vivaz, en prosa que bordea la perfección,
por lo que la trama puede seguirse con total holgura. Roa siente una afinidad
natural hacia la poesía inglesa y si bien Beowulf está compuesto
en un idioma muy distinto, es el punto de partida de una de las dos tradiciones
literarias más ricas del Viejo Continente (la británica y la francesa).
En otras palabras, esta tarea sólo pudo llevarse felizmente a cabo por
él.
La edición, además, contiene un brillante ensayo
del propio Roa que sitúa a Beowulf dentro del panorama moderno y demuestra,
con sencillez, una formidable preparación. El tomo comprende también
el ensayo de Tolkien, "Beowulf: Los monstruos y los críticos",
extensa disertación del maestro de Oxford con abrumadores pasajes de arcana
sabiduría. Y se completa con cuadros cronológicos en los que la
inmortal ficción es cotejada con los contextos históricos y culturales.
En suma, un lujo de libro.
El
autor
Armando
Roa Vial : Nació en Santiago en 1966. Poeta, ensayista, traductor y
narrador, ha publicado El Apocalipsis de las palabras/ La dicha de enmudecer
y Hotel Celine, entre otros libros de poesía. Es también
autor del ensayo Elogio de la melancolía, del volumen de relatos Para no
morir tan despacio y de las antologías Ezra Pound. Homenaje desde Chile,
en coautoría con Armando Uribe, y La invención de Chile, en coautoría
con Jorge Teillier. Ha traducido a Robert Browning, Ezra Pound, Shakespeare, y
la elegía anglosajona del siglo IX El Navegante.
BEOWULF
Poesía
Anónimo
Versión,
ensayo y notas de Armando Roa Vial, Norma, Bogotá, 2006.