El autor tiene una novela casi terminada, que
estará lista en dos meses más. Además, luego
de un viaje a Nueva York, está listo para finalizar la trilogía
de historias que se inició con La boda del poeta . Mientras,
en Italia preparan una película sobre El baile de la Victoria.
Y también tiene tiempo para un especial de TV sobre el Quijote.
Se mueve rápido, sonríe
siempre, jamás olvida su perfecta pronunciación, parece
desplazarse eternamente sobre un escenario. Camina por la calle Mosqueto
y las personas lo reconocen. Él lo sabe, no deja de sonreír.
Entra al restaurant, los meseros lo saludan amistosamente.
Se sienta y pide un agua mineral y un té. Después de
mucho tiempo de viajes, puede darse el gusto de sentarse con calma.
Quien crea que Antonio Skármeta es un escritor no sabe
lo suficiente. Lo es, desde luego, pero entre varias otras pasiones
y ocupaciones. Es también actor, filósofo, guionista
y conductor de televisión. Aunque ahora ha estado alejado de
las pantallas nacionales, sigue ligado a distintos proyectos televisivos.
El más importante de ellos, en este momento, es un proyecto
llamado “Las rutas del Quijote”, una serie documental, con
entrevistas, sobre el personaje de Cervantes. Son cinco capítulos,
cada uno conducido por un autor de renombre: Carlos Fuentes, José
Saramago, Arturo Pérez Reverte, Lucy López-Baralt y
él, que está a cargo del último capítulo.
“Mi viejo amor por los programas de televisión sigue tan vivo
como siempre”, explica y los ojos se le empequeñecen aún
más en la sonrisa.
Entre sus planes a corto y mediano plazo figuran terminar dos novelas,
apoyar la filmación de una película basada en su libro
El baile de la Victoria y el montaje de un musical en Broadway
basado en Ardiente Paciencia. Nadie puede culparlo por andar
acelerado.
Una
cena en Il Postino
El autor de El entusiasmo tenía pendiente un viaje
a Nueva York desde hacía varios años. La tercera parte
de la trilogía que se inicia con La boda del poeta -y
que sigue con La chica del trombón- fue en realidad
la primera que escribió, y transcurre en la Nueva York actual.
Antes de que se publicara, el atentado a las Torres Gemelas le anunció
que debía rescribir ciertos tramos. Hace unos meses, por fin
saldó su deuda.
“Quería vivir en el barrio en el que viven mis personajes,
para saber qué había pasado”, relata. Y eso fue lo que
hizo. Permaneció tres semanas sintiendo la ciudad, los ritmos,
la atmósfera. Viviendo con el clan Coppeta (o Emar) de sus
creaciones, aprehendió la ciudad post 11 de septiembre. Ahora
está listo para escribir la novela final, y con tanto ánimo
que asegura que estará en condiciones de entregarla en abril
a su agente literario.
Un aspecto divertido de su estadía en la Gran Manzana fue
encontrarse con un fino restaurant que rinde culto a la película
basada en El cartero de Neruda. “Fui a cenar al restaurante
Il Postino –cuenta-, que está en la calle 49. Es un restaurante
más o menos caro, adornado con retratos al óleo de escenas
de la película. Tiene afiches también. Es como un templo”.
No quiso revelar su identidad, aunque un par de camareros ecuatorianos
lo reconocieron como el animador que conducía “La Torre de
Papel”.
La
novela ‘minimalista’
Un microcuento de Skármeta: “¿Y qué pretendes?
¿Qué viva desnudo en el tejado?”. Fin. El escritor conoce
los recovecos de la complejidad y también la llaneza de decir
lo justo y necesario, sin efectismos.
Por estos días se apronta a terminar una novela en la que
está trabajando desde hace dos años. “Estará
lista en dos meses más”, anuncia, tajante. Y es una novela
que, dice, tiene un ambiente minimalista, y una atmósfera muy
definida. “Mi obsesión desde hace mucho tiempo son las relaciones
entre padres e hijos. Este tema me tiene vuelto loco, y ése
es el material de la novela. Es lo que te puedo contar.” No quiere
dar más detalles, tiene la teoría de que si se cuenta,
la energía creativa se diluye, se debilita o se escapa por
los costados.
Sin embargo, ya tuvo un buen augurio con esta obra por nacer. Un
signo. Fue invitado al Festival de Literatura de Roma, para leer un
texto inédito. Skármeta leyó uno de los capítulos
de la novela. “Escribí este texto con mucha pasión.
Me parecía un texto muy divertido, pero profundamente emocional,
a pesar de que era muy minimalista. Y me parecía un texto trágico
en el fondo”, relata.
Ante una enorme audiencia inició su lectura, y vivió
una experiencia casi mística. “Mientras voy leyendo el texto,
voy sintiendo la reacción del público. Tú sientes
el feedback de tres mil personas. En la medida en que fui viendo
el texto, comencé a envolverme emocionalmente en él,
como si nunca lo hubiese leído, y esa emoción evidentemente
se transmitió al público. Se creó una atmósfera
dramática y fue una de las cosas más lindas que he tenido
en mi vida: estrenar un texto literario que me gusta, que amo, y que
se generara esa comunicación... fue maravilloso.”
Skármeta
al cine
Hace pocos meses se editó su novela El baile de la Victoria
-ganadora del premio Planeta 2003- en italiano. El éxito de
ventas fue inmediato, y rápidamente vino la demanda por comprar
los derechos para hacer una versión fílmica de la historia.
La productora que se hará cargo del proyecto es la misma que
hizo la laureada “Il Postino”: Cecchi Gori. La cinta será dirigida
por Ricky Tognazzi, y supuestamente se realizará en coproducción
con España.
Originalmente, cuenta Skármeta, la idea es filmar la película
en Chile. “La intención del director y el productor es hacerlo
aquí. Encuentran que la contingencia y la historia chilena
influyen en los personajes, y que esa atmósfera es algo que
hay que mantener”.
Las intenciones contemplan también que la cinta sea hablada
en español, y que se distribuya al mercado internacional con
subtítulos, no con doblaje, precisamente para no perder la
identificación con una historia a partir de lo sonoro. La idea
es que al menos tres de los actores sean de relevancia internacional,
de modo de facilitar su comercialización.
"The
postman" en Broadway
La obra más conocida de Skármeta, Ardiente paciencia
tendrá una versión en el género musical. Y nada
menos que en el West End, en Broadway. Desde hace dos años,
productores londinenses vienen trabajando en este proyecto, un espectáculo
de primera clase que implica gran cantidad de recursos y preparación.
Durante su estadía en Londres, Skármeta pudo escuchar
las canciones y enterarse de detalles del guión y la música.
Se confiesa un entusiasta del musical, y lo que ha oído hasta
ahora le ha gustado. “Las canciones las encuentro maravillosas; independiente
de que la historia sea mía, creo que el aspecto musical es
sensacional. Creo que puede ser un hit. ”, dice, aunque advierte que
este tipo de espectáculos son lentos de montar, por lo que
no cree que la obra esté lista para su estreno antes del 2007.
Por primera vez en cerca de tres meses, sale del restaurante y puede
recorrer el barrio Mosqueto a su antojo. Descubre un almacén
y un ciber café que no conocía. Se demora en las vitrinas
todo lo que puede. Se ha reencontrado con su tiempo.