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Antonio Skármeta
El adolescente perpetuo


Por Camilo Marks
Revista de Libros de El Mercurio. Viernes 11 de Junio de 2004.

En 1967, Antonio Skármeta había obtenido algunos premios en varios concursos y se decidió a recopilar todos los cuentos galardonados en el volumen titulado El entusiasmo, nombre que no corresponde a ninguna de las historias de la colección. Sin embargo, pocas veces en la literatura chilena un libro ha sido denominado en forma más adecuada. Como el mismo autor lo ha dicho, él sentía entonces que nuestra narrativa era conservadora, formal y que su repertorio de héroes consistía en burgueses o empleados. En su primer texto, Skármeta expresó algo tan sencillo como el asombro de estar vivo, conviviendo con la realidad de manera gozosa, sin intentar cambiarla, sin criticarla o clasificarla. El resultado fueron ocho aventuras donde predomina un lenguaje sensual y pleno de imágenes, una escritura lírica donde se exponen personajes jóvenes, sin prejuicios, abiertos, sin rebeldías impostadas y, en general, disfrutando tanto de la existencia como su propio creador parecía hacerlo en aquellos momentos.

Se ha exagerado bastante con respecto a la influencia anglosajona en la obra temprana de Skármeta. La verdad es que se trata más de un estilo de vida, pues el narrador fue un trotamundos comparable con Kerouac y ello se refleja, naturalmente, en estos relatos. Pero además fue un lector omnívoro y adquirió una sólida formación académica, lo cual es imposible de ignorar. La diferencia entre Skármeta y sus predecesores reside en lo que él ha llamado "estética de la promiscuidad"; es decir, la mezcla de elementos de una alta cultura con otros callejeros y populares, como el rock, los boleros y los comics. La pasión por el fútbol, la hípica, la vida de barrio, la pertenencia a un grupo, la iluminadora alusión a rincones de Santiago o ciudades de provincia, son factores que, pese al estilo en apariencia norteamericano, hacen tan chilenas a estas crónicas.

El entusiasmo es una de las raras selecciones dedicadas al genero breve, de la década del 60, que ha soportado bien el paso del tiempo. Algunas piezas son ya de antología y se han editado y reeditado en numerosos tomos sobre las letras actuales en Latinoamérica: «La Cenicienta en San Francisco», «Días azules para un ancla» y «Nupcias».

En 1969, Skármeta repitió la hazaña anterior con Desnudo en el tejado, que contiene la más célebre de sus contribuciones al arte cuentístico : «El ciclista del San Cristóbal». Como sucede en el conjunto previo, aquí se manifiesta la totalización de un universo en un microcosmos, un ambiente pequeño y absoluto, donde, al parecer, no hay nada fuera de él. Y se repite el programa vital de Skármeta con respecto al arte literario, en cuanto a la apropiación del intelecto, para después hacerlo descender a las plazas y comunas, combinándolo con los fenómenos plebeyos de aquellos años. En Desnudo... hay epígrafes de Gabriela Mistral o Samuel Beckett e innumerables referencias a intérpretes como los Ramblers, Ray Charles, Lucho Gatica... Y aunque aun produzca placer la lectura de estos notables trabajos juveniles, a más de 30 años desde que vieron la luz, se advierten en ellos rasgos que después predominarían en el Skármeta maduro: un narcisismo galopante, un culto hacia la juventud, casi una fijación obsesiva por lo adolescente, un experimentalismo a ratos gratuito.

Cuando se tienen 26 o 28 años, eso carece de importancia y ésta es una de las razones, aparte de las artísticas, gracias a las cuales El entusiasmo y Desnudo... se han convertido en clásicos y siguen perviviendo como recurrentes ejemplos de lo mejor que la prosa nacional generó durante la segunda mitad del siglo pasado. Tiro libre (1973), la siguiente compilación de Skármeta, es inferior y en el futuro abandonó la narración corta, proyectándose en una multiplicidad de actividades de la más variada índole, entre otras, la producción de novelas. En realidad, la carrera de Skármeta ha sido tan diversificada, que resulta un milagro que todavía pueda seguir escribiendo, aunque nunca superó sus dos primeras series de cuentos.

EL ENTUSIASMO / DESNUDO EN EL TEJADO
Antonio Skármeta, Random House.
Barcelona, 2004.

 
 

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Viernes 11 de Junio de 2004.