No es fortuito que en la página 45 de su libro "Lo
que la tierra echa a volar en pájaros", edición
de la Universidad Católica del Norte, nº 84, 2003, el
poeta copiapino, Arturo Volantines Reinoso, Primer lugar "Juegos
Florales de Vicuña" 1995, apunte: "Y distraído
en el fresco atardecer de la posmodernidad", y luego, en página
97, explique con palabra a
la vez lugareña y universal, el código emotivo del sujeto
de su pasión, que "entre el rouge y el vino blanco",
decía, "que el barroco era clítoris de la modernidad".
Porque tales versos orientan la captación exacta del contenido
lírico expresado por su decir que, siendo tenue a ratos y tonante
casi todo el tiempo de lectura en su superficie, en su densa profundidad
es torrente de sonido sinfónico, cadencioso y comunicativo
de que el lector no sólo será convocado por informaciones
y/o referencias latentes en el imaginario colectivo regional, sino
-y lo importante- será estimulado en su subjetividad fundacional
de participante de la vida del lugar, del país y del planeta.
El primero de estos estímulos es la combinación de vivencias
nacidas de lecturas temáticas variadas con percepciones surgida
del trajín diario en los entornos natural y urbano, rasgo que
por persistencia se proyecta como instrumento provocador de contradicciones
y asombros, concordante y coherente respecto del contenido lírico
formulado: el amor es relación sensual y vitalista en la medida
en que es también actitud pragmática y reflexiva. Se
consolida y confirma dicha noción en consonancias más
sensitivas que conceptuales en un segundo estímulo, el basado
en la creatividad de seres reproducidos por hibridaje inventivo lingüístico
de una especie con otra: "flameñandúes", "páramosantos",
"óvulabras", "queltehuanaco", "loicañores",
"jozorrotes", "alpacactáceos", "aractáceas",
"tataramontes", "comecabellos","guardaire",
"quirquintáceos", que, como la "mamaíz"
y el "Popolgallo", contribuyen a la configuración
de un espacio, no por poético, menos real, si se piensa en
la índole onírica de los antes creados por jitanjaforización.
Asimismo refrenda, y categoriza la idea de amor sensual y reflexivo
el estímulo apoyado en imágenes de cuño plástico
y cinematográfico tal "girasol desdentado en un escaño",
"pampa celuloide", "jotes (que) duermen en el mecer
de las victrolas", "acordeón del viento" "boleros
que dejan los tordos en hojas del bosque", "boca: tumba
de los besos", "trompo del sol", y otras que marcan
y demarcan el tono de himno trágicorromantico de los versos.
Estas imágenes de efectividad preciosista, pero de consistente
función comunicadora del mensaje señalando, se potencian
en la relación ineludible que mantienen con los referentes
literarios, pictóricos, musicales, históricos, geográficos,
arqueológicos, míticos, legendarios y culto-populares,
constituyentes del cuarto estímulo, el que sedimenta lecturas
y vivencias intelectuales del poeta en su exploración y estudio
del sistema de trabajo aplicado en su obra, incluso intertextualidad
facilitadas por estructuras narrativas o propias de la canción
citadina popular como el tango y el bolero, en especial con sus modos
de ser melodramáticos y tremendistas.
Un último estímulo lo configura la serie de engarces
idiomáticos a la manera inconexa del superrealismo en que se
unen situaciones por el estado de ánimo o la aproximación
brotada de la aparente lejanía de los opuestos: "ataúd
abrochado al monumento amado" lagartos de torsos "desnudos
detrás de la carroza", "flotas de navíos por
la neblina", "sequía devorando cabras y carnavalitos",
y "pala que cava dentro de las nubes", "loro cantando
por el cielo".
Los estímulos indicados, por sostenido afán de información
y formación del lector para un auténtico entendimiento
de los versos, se compaginan finalmente como procedimiento poético
central establecido en el poemario, y en su calidad comunicacional
y artística se familiarizan con las poéticas de Pablo
Neruda en su "Canto General", Vicente Huidobro" en
su "Altazor" (en particular en su canto II), Humberto Díaz
Casanueva, en su "Réquiem", Rosamel del Valle, en
su "Orfeo" y Eduardo Anguita, en su "Venus en el Pudridero";
pero no en subordinación de estilo o repetición de palabra
creada, sino -y nada más que en esto- en el carácter
fundacional del verbo dispuesto, que en el caso de Volantines captura
la visión de un Copiapó cosmogónico y a medias
fabuloso y planificado, pleno de historicidad y leyenda, palpitante
en sus dominios real e imaginario, aunque no expresado literariamente
en el sentido con que "Lo que la tierra echa a volar en pájaros"
lo fundó: espacio en que se revela el amor sensual y reflexivo,
enriquecido en su formulación de amor por la tierra, la región,
el lugar (sin por ello por relacionarse con la poesía lírica,
pues a diferencia de ésta, el contexto de la obra de Volantines
es muy cosmopolita, acorde las técnicas de formatividad empleadas).
Los versos de las páginas 91-92, en que se organiza a nivel
paradigmático, la intuición y el pensamiento poético
puestos al servicios de un territorio artístico, como si en
él "poéticamente habitara el hombre" (Holderlin),
exaltan y completan el amor por la amada, encuentro y desencuentro,
compañía y soledad límites, fascinación
y desencanto alienantes, ya que es Eros urbi et orbi posicionándose
y poseyendo la comarca toda, con el fortalecimiento, en consecuencia,
del femenino regional, la zona novia, la provincia esposa, la mujer
telúrica, por quién y desde quién se funda la
vida geográfica, histórica, mítica y económica.
Volantines proyecta así, desde aldea a metrópoli, un
ritual oficiado con liturgia preparada en cánones del mejor
verbo lírico traditivo y taraceado de sonoridades coloquiales
y cultos, y sin menoscabar su romántica nostalgia y su anhelo
fundacional atacameño, precisa que si "lo majestuoso amanece
en mí de esta tierra....me basta ser grillo debajo de la piedra"
para que "la plegaria de los memoriales elevándose"
sea "el carnavalito del charantánceo borracho por el florecer
del desierto" y "las palabras sean para procrear árboles
y no corvo".
Poesía fundacional, ética y estética en grado
sumo, en síntesis.