Roberto Bolaño

 
 

 

 

21 de Agosto del 2003
Mañana lanzan Territorios en fuga
La intensa y perpetua huella de Bolaño en la literatura chilena
por Gabriel Agosin O.



Un “a pesar de los envidiosos”. Un homenaje también, aunque ni póstumo ni oportunista. Luego de más de un año de trabajo, Patricia Espinosa logró reunir, armar y publicar un conjunto de ensayos de 19 críticos literarios sobre la obra de Bolaño que promete situarlo definitivamente a lo más alto de las letras criollas.

"Lo que buscaba con sus salidas de madre en la prensa era ironizar con el escritor de las altas esferas que se presenta como un sujeto inalcanzable y al que no se puede tocar. Esa humanidad que le dio a la literatura es grandiosa, sobre todo en un país donde los escritores se creen súper estrellas", dice Espinosa.

No. De Roberto Bolaño no se ha hablado ni escrito mucho aún. Las palabras saturan y agotan cuando hacen referencia a universos ordinarios tan obvios como predecibles. El bullicio agobiante que envuelve los actos de hombres y mujeres mediocres es en realidad un suspiro que expira con la endemoniada rapidez que arremete. Y se esfuma.

Sí. Hablar de Bolaño no fastidia, sino entusiasma. Generoso a tal punto, sus libros permiten tantas entradas como salidas posibles. Sus potenciales lecturas son múltiples; su escritura es completada por quienes repasan las páginas que acaloradamente escribió con mayor ahínco en sus últimos años de vida, quizás conciente de que su enfermedad no le daría tregua. Prueba de ello, es que la mayoría de sus obras las publicó después de 1996.

Con esa misma pasión, 19 críticos literarios, desde consagrados hasta noveles, reflexionaron en torno a los distintos ámbitos de la obra del escritor muerto hace poco más de un mes hasta alcanzar las 264 páginas que dan vida a Territorios en fuga, de la editorial Frasis, y que fuera anunciado por El Mostrador.cl el 15 de julio del 2002, exactamente un año antes de que su corazón dijera "no más".

“No tengo pudores en decirlo: este libro es un homenaje a Bolaño. Se le rinde un tributo que nadie pensó que sería post mortem, sino en la plenitud de su actividad. Por eso no es oportunista. Territorios en fuga está escrito para el mundo académico, pero también para los fans de Bolaño, a esa comunidad de lectores difusa y extraña”, cuenta Patricia Espinosa, quien estuvo a cargo de la compilación y que además escribe en la revista Rocinante y ejerce la docencia en la Universidad Católica.

Entre quienes participan en este libro crítico sobre la producción del autor de Los detectives salvajes, destacan Javier Edwards, Camilo Marks, Darío Oses, José Promis y Grínor Rojo, los que lo abordan desde ópticas y métodos tan variados como su propio proyecto literario.

“El vació que dejó es terrible”

Como la propia Espinosa lo afirma, este libro se erige en el panorama actual de la crítica chilena como un hito fundacional, puesto que en él conviven una multiplicidad de voces que en ese puro acto rompen definitivamente con la imagen monolítica del crítico único que pareciera haberse agotado con Ignacio Valente. Consciente o inconscientemente, es, o al menos pretende ser, un acto de despedida a la pesada carga de la modernidad para asumir abiertamente el ingreso estético a la posmodernidad.

- En esa misma lógica, Bolaño fractura la dialéctica propia de los 80 entre apocalípticos e integrados, y al hacerlo asume un nuevo espíritu de época. ¿Crees que efectivamente su obra viene abrir una nueva forma de leer el mundo que nos toca vivir?
- Bolaño viene a irrumpir en un contexto donde estaba la Nueva Narrativa como último fenómeno editorial chileno, que era un grupo articulado hasta que de pronto aparece Bolaño con La literatura nazi en América. Con ese texto agita el orden del mundillo de camarilla, y de las redes con editoriales en este pequeña y miserable república. Viene con ironía a basurear cuando corresponde, pero también a desestabilizar esta idea de apocalípticos versus integrados, porque el integrado es que el estaba viviendo tranquilamente en su nicho, mientras que el apocalíptico era el que de algún modo criticaba el sistema estando integrado igual. Esos dos sujetos eran funcionales al sistema que imponía el mundo editorial, mientras que Bolaño aparece con un propuesta estética anarquista que rompe con los cánones a los que estábamos pésimamente acostumbrados.

- Eso, por cierto, le cuesta la antipatía de sus pares.
- Sí, porque además de algún modo les enrostra todo lo que no se habían leído. Y con razón, ya que la ignorancia de los narradores chileno es brutal. Lo que les molesta también es que alguien que está en otro país y que era prácticamente desconocido, publica de pronto en grandes editoriales acompañado sus libros de críticas que lo alaban, lo que terminó por generar una envidia atroz.

- En el plano estético, ¿cómo se diferencia con los escritores que le son contemporáneos en Chile?
- Bolaño retoma un ímpetu sesentero, viendo la lectura como juego y donde el lector tiene también un espacio para mover las piezas de un puzzle. Esa idea de la novela como espacio lúdico, donde el realismo pasa a un nivel secundario, lo diferencian claramente de los Collyer, los Contreras y los Franz. A Bolaño ya no le interesa que la literatura sea representativa, sino que la toma como un acto lúdico asumiendo las múltiples posibilidades que pueden existir en la realidad, desligándose de lo que hizo la Nueva Narrativa y que la siguen haciendo hasta hoy un realismo decimonónico.

- No deja de llamar la atención que a pesar de haber tenido una vida tan sufrida, sus textos, por lo demás profundamente autobiográficos, logran escapar de una nostalgia resentida.
- La nostalgia, con toda la autorreferencialidad, no está presente de un modo burdo. Chile está presente como un fantasma, pero esa fantasmalidad aquietada sin resentimiento y que logró además estetizarla. Él es un sujeto híbrido y sus discursos también lo son. Sin embargo, no podríamos decir que rompió totalmente con el resentimiento, porque sería imposible.

- Bolaño, aun cuando hace constantemente referencia a sus lecturas, desmitificaba el rol del escritor como un ser iluminado por las musas, presentado la literatura como algo mucho más mundano lo que quizás le permite tomar cualquier elemento y transformarlo en literario.
- Hay mucha ironía cuando desmitifica el rol del escritor en el discurso mediático, porque literariamente siempre está la presencia de un poeta en sus textos quizás como un símbolo de los más trascendente y como una figura rescatable de un mundo que se está cayendo a pedazos. Consigue la armonía entre hacer convivir el mito en un ámbito con la desmitificación en otro. Lo que indudablemente buscaba con sus salidas de madre en la prensa era ironizar con el escritor de las altas esferas que se presenta como un sujeto inalcanzable y al que no se puede tocar. Esa humanidad que le dio a la literatura es grandiosa, sobre todo en un país donde los escritores se creen súper estrellas. De todos modos, hay que tener cuidado con las impresiones que daba a la prensa, porque esa trivialización que presenta se entiende desde un Bolaño que tiene atrás una tremenda obra literaria.

- ¿Es posible, entonces, que las declaraciones contradictorias que le daba a la prensa haya sido también un acto de ironía?
- De algún modo deconstruye sus propias opiniones, lo cual no significa contradecirse con la esencia de sus juicios. El haberse burlado de la literatura chilena tan adusta y severa y que se cree tan importante, es parte de la ironía permanente de Bolaño. Al mismo tiempo, sus constantes críticas al panorama narrativo local las formulaba para cuestionar los lugares comunes o paradigmas enquistados por mucho tiempo. Él no trataba de buscar la quinta pata al gato de manera gratuita o simplemente por meter ruido.

- ¿Cuáles consideras que son los tópicos principales que cruzan su obra?
- La neonacionalidad y lo translocal; el hecho de advertir que se rompe con la chilenidad y territorio, pues se trata de un nacionalismo que excede las marcas del estado-nación. Otro concepto también importante es el de cultura híbrida, ya que es capaz de jugar con registros genéricos que pasan por la poesía, la narrativa, el ensayo, por ciertos matices de discurso histórico y con la memoria. En un mismo texto, como el caso de Amberes, se pueden encontrar fragmentos que hacen difícil calificar ante qué género estamos. Otro tema importante es la metatextualidad, es decir, la reflexión que se puede deducir en sus textos sobre qué es la literatura. Cómo la literatura permite apropiarte de la realidad es una pregunta que cruza sus textos.

- ¿Es posible o sería demasiada ficción suponer que muchos escritores en algún momento estaban en trincheras opuestas a Bolaño, ahora, lo erijan y catapulten como un referente para una generación?
- Hay indicios como el de Sergio Gómez, que cuando lo invité a participar en el libro se negó, porque, según sus palabras, “era una mala persona” y que Bolaño no estaba en su círculo de amigos para hacer un artículo. Ahora, cuando vino esta oleada de artículos tras su muerte, él sacó lo suyo en la revista Siete + 7 donde haciendo uso del vil recurso de subirse al carro de los fans de Bolaño, le rinde culto.

- ¿El vació que dejó Bolaño podrá ser ocupado por alguien?
- Es un vacío terrible que nadie podrá ocupar. Sin embargo, en lo personal me gustaría que Lemebel, desde su propia singularidad, logré posicionarse con la fuerza que Bolaño lo hizo.




 

 

 
 

[ A PAGINA PRINCIPAL ] [ A ARCHIVO ROBERTO BOLAÑO ]

mail : oso301@hotmail.com



letras.s5.com , proyecto patrimonio, ROBERTO BOLAÑO: La intensa y perpetua huella de Bolaño en la literatura chilena. Por Gabriel Agosin O. (Entrevista a Patricia Espinosa, compiladora de "Territorios en fuga")

proyecto patrimonio es una página chilena que busca dar a conocer el pensamiento y la creación de escritores y poetas, chilenos y extranjeros, publicados en diarios, revistas y folletos en español

 

te invitamos a enviar tus sugerencias y comentarios