POESÍA
Los bajos fondos del cielo
Bernardo Rafael
Alvarez
Lima, Perú
Merdre
Tierra de baldones y racionamiento
De insurgencia canina y vaginal/
Este paisaje rasgado de carcajadas vegetales
Y desaparecidos que duelen
Horizonte cuadrado incombustible/
Qué es lo que pasa aquí:
La miseria genera su propia ideología y color/
No es la materia purulenta que me obsede
Sino la carne y la queresa de mi malvada parálisis
Mi marxismo sensorial y luético
Vaya la metafísica lírica del cardo y la coliflor
Humectada en timolina
En el salmo de los geranios y el agua consagrada
Este cielo ah este cielo
Donde el alma abandona al cuerpo
Y retorna a su afán y hedor y es la
Palabra negada por filosofías antropologías y semiologías
Edificios derretidos
Su ombligo su humedad amniótica
Este cielo sí hablo de este cielo de trapos y chatarra
Trabazón gordiana en la dignidad del cerdo y sus escrúpulos
Vómito adverso a los ojos y la eternidad ubuesca del doctor
Faustroll y su Reinado Vegetal
Más esta épica de las tripas y los flujos
Donde no soy más que una anécdota
Quiero decir un pretexto una sesión de absurdos
Es que somos animales somos animales
Merdre!
Mercado de frutas
La corrosión pútrida casi fragante
de las palabras
Sucede a la náusea bautismal de los virtuosos
Que navegan ebrios de mar y catecismo
El secreto venal embozado por la hoja de parra
Y el examen de conciencia
Denuncia una alegría escarlata y coagulada:
Una multitud de desharrapados
Defeca sobre esta desgarrada
Caricatura urbana de seis millones de narices
Como feto expulsado contra la voluntad de los parques
Y su sorpresa de geranio
Digo es un decir que
Escupe contra el siglo y sus vergüenzas el oprobio nuestro
Que corroe la memoria turbia de los gallinazos
Dibujados con pétalos de cardo y mucosidad
En las pizarras cuarteadas de los cabildos /Ciudad
Oh gran ciudad de héroes hechizos
Y saltimbanquis desfachatados y turbios meones
Arqueología de la pasión y la embriaguez
Circo rotoso en el paradero inicial de la pobredumbre
Y la ilusión desencantada en un vaso de leche
Camino tortuoso hacia la limpieza de la memoria
Desde el silencio el extravío
Y la confusión de los balcones
Los edictos
Y la chirimoya triturada en las patas de una carreta sin fe/
Finalmente una nube de aserrín
Oculta el registro insidioso
De la transparencia moral: el
Incorregible rito de los dioses menores
Ebrios de castidad y lujuria
Que consagra la indigestión
Y la incertidumbre de sus ministros
Como penitencia de los cadáveres
Untados de oración y uña de gato: piadosa
Quimera que seda y edulcora acarameladamente
Las convulsiones de la necesidad
Y la melancolía
De la necedad y la tropelía
El sol se pudre y hiede Sí pues todo se pudre
Como la lacerada memoria
De estos borrachos estampados
En la erumnosa noche que tose esputa y vomita
Junto al semáforo tornasolado
Que extravía el aroma resbaladizo y macerado
Del mercado de frutas/
Bernardo Rafael Alvarez,
nació en Pallasca (Ancash, Perú), el
12 de noviembre de 1954. Sus primeros estudios los hizo en su pueblo
natal, hasta el 4º de secundaria y los culminó en Trujillo.
Ya en Lima, estudió cooperativismo y ciencias administrativas
en las universidades Villarreal y Garcilaso, llevando además
cursos libres de lingüística en San Marcos. Se sumó
al grupo de poetas fundadores del Movimiento Hora Zero, a fines de
1972 y es con el sello de dicho movimiento que en 1974 publica "Aproximaciones
& Conversaciones", un libro que, según confiesa,
tiene menos de él que de los poemas Pimentel, Verástegui
y Ramírez Ruiz. Publicó, también, poemas en diversas
revistas y periódicos. En 1977 dio a conocer "K"
que andando el tiempo se convirtió en el primero del libro
"Dispersión de cuervos", que apareció
en 1999. Este libro responde a lo que algunos críticos han
llamado una poética de la deconstrucción, la fetidez
y el desenfado. El año 2003 publicó "Toro de
trapo y algunas otras deudas". Alvarez vive en Lima y ha
viajado poco, pero ha vivido intensamente los gozos, sufrimientos,
hedores y traiciones de una ciudad como Lima, grande y tormentosa.
Esta casado con Edna y es padre de tres muchachos: Omar, Helder e
Igor, a quienes quiere con toda la ternura con que quieren los pobres.
Tiene para publicar su cuarto grupo de poemas: "Los bajos
fondos del cielo" al que pertenecen los textos aquí
ofrecidos.