OSCAR BUSTAMANTE

 
 

 

 

Asesinato en la cancha de afuera
(texto escogido)

Jaime


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Estaba oscuro... Hacía rato que la luz venía fallando, iba y venía, de a tantos, y cuando sucedió el hecho toca que estaba oscuro y yo para peor andaba medio retirado... ¿Borracho?, no fijesé, no tanto, nadie estaba muy borracho, no sé, será que escasea el dinero, falto de billete, como le decía, pero las chiquillas insistieron y yo, que había estado toda la tarde mirando hacia la cancha, observando los preparativos y con el ánimo de quedarme acá arriba escuchando la radio, cedí a las palabras de convencimiento de la tía Graciela y las chiquillas. La tía quería ir, bien arreglada, de taco alto, usted la vio, ¿total?, qué tanto iba a ser el consumo?, bailar y reírse un poco, no seai tonto, aparte que las fiestas que organiza la Junta siempre resultan buenas, con orquesta y parlantes, música de primera, premios, total, dijeron las chiquillas, ¿no venís a divertirte acá al campo?... Y fui, usted sabe, pero cómo le digo, justo para el hecho, toca que está oscuro, apenas un par de velas en la cantina y otro par para la orquesta, y como la electricidad iba y venía, el Aguilera ni siquiera había encendido la lámpara a parafina, molesto estaba con el contratiempo, los músicos se quedaban sin energía y cargaban con él, guitarra eléctrica tocaba el director y era el que más perdía el genio... De repente escuché los gritos y me acerqué a tropezones, me caí, y desde el suelo hasta vi las velas de la gruta del cerro de la Virgen, bonito porrazo. Llegué al lugar del hecho y las chiquillas estaban arremolinadas alrededor de la tía, dos de la mañana serían, ya se había sacado los de taco alto, adentro de la cartera los andaba trayendo, hacía días que le dolían, de cuando la vez que fue a bañarse al río y tuvo que cruzar todo el pedregal a pie pelado, las piedras hirviendo, tanto que el Lucho la tuvo que llevar hasta la playa en brazos... ¿Nosotros provocando? No, nosotros muy tranquilos, pero haciéndonos respetar, como usted nos ha enseñado, y más todavía que andábamos con mujeres, usted entiende, y viera las miraditas que les daban, pregúntele a ellas, los viera usted, al Ciro, al Adolfo, al mismo Senón. Yo pegué un solo golpe, uno solo, al Ciro, que lo agarré justito y que se fue como saco de porotos al suelo, justito, al Ciro hay que golpearlo más que sea por si acaso, aparte que me debía ese golpe de cuando lo voltió a usted... Y no se levantó por un buen rato, quietito, lo vi venir saliendo de en medio de la rosca y como apurado, y entonces yo dije, mejor golpiarlo, es lo que corresponde, y justo vuelve la electricidad y nos topamos cara a cara, y como que se sorprendió y dio un saltito y golpe, y al suelo, y quietito.. Después, puros gritos y carreras y el Aguilera como loco, los de la orquesta histéricos, más todavía contrariados con los cortes de la electricidad, decían que ni llorando volvían a Lavaderos, y el más enojado era el director, uno flaco con una mata de pelo como lámpara de palacio, lleno de brillos, que a cada rato le gritaba al Aguilera que la cortara con el hueveo de la electricidad, y el viejo en una le dijo payaso pelotudo, y el director toca que lo escucha y lo amenaza con que de inmediato me llevo de vuelta la orquesta, huaso mal agestado, y el Aguilera tuvo que entrar las patas, tómense un trago y disculpen, lo que pasa es que ando muy re nervioso con esto de las fallas eléctricas y más todavía como autoridad de esta fiesta para reunir fondos para la capilla de afuera... El cura Aurelio también estaba pero se retiró oscureciendo, hizo su discurso y se fue insatisfecho con los de la orquesta, a cada rato ensayando los instrumentos, decía una palabra y déle el de los tambores, uno que se curó como saco, gordo y con anteojos, que de repente se fue de espaldas y quedó con las patas para arriba. El director le sacó la madre, ya se curó de nuevo este ciego desgraciado. Continuaba el cura Aurelio y en seguida ensayaba el de la trompeta, uno de barba, cara de degenerado, que cuando no la tocaba se la ponía entre las piernas y seguía el ritmo cagado de la risa, Aguilera tuvo que llamarle la atención y de ahí que se enemistaron, mientras el cura Aurelio cejudo, bien enojado... ¿Y no le estoy diciendo que de nosotros no hubo provocación alguna?, pregúntele a la tía Graciela y a las chiquillas, ni siquiera cuando el Ciro sacó a bailar a la tía, y claro que ella bailó, por qué no le pregunta a ella, qué me dice a mí, total era una fiesta y en las fiestas la gente baila, ¿no es así?... Yo no me meto en opiniones, cada uno hace su vida, total, somos grandecitos. El Lucho la meneó bien meneada, por eso terminó con los zapatos dentro de la cartera... Tiene buen trasero la tía, usted lo sabe, y no es falta de respeto, y lo meneaba, para que se lo voy a ocultar, lo hacía para acá y para allá, ¿provocando?, yo diría que un poquito, con los vaqueros bien apretaditos y aunque lo sepa la mami, los hechos son los hechos, pero el Senón puras miradas solamente y algunas palabras, y la tía que se sonrió, eso sí, se las traía el Senón, puta con las mujeres, pero igual yo pienso que fue mala suerte, borracho que estaba, tanto como el Lucho, y no estoy echándole la culpa a la tía, porque sepa usted que las chiquillas también bailaron y con los vaqueros apretaditos también, lo que pasa es que los hombres cargosean a las más mujeres, dejan caer ahí las palabras ya que es más posible que entiendan y en una de esas... Bueno, ¿le cuento o no le cuento, entonces?
..... Estoy preocupado, si hasta a mí me andan corriendo que estaba involucrado en el hecho, ¿yo?, cuando es sabido que estaba con Aguilera cuando se fue la luz, y claro que eso no significa ninguna garantía ya que el policía déle con insistir que participé en el hecho, que no me cree, que no está claro y que hay otra versión, testigos, que me tengo que andar con cuidado, pero yo también tengo testigos que cuando llegué el Senón ya estaba cortado, y eso que perdí un par de minutos para darle el golpe al Ciro... Después puros gritos y carreras, viera usted como chillaba el cabeza de lámpara, el director, asesinos cuchilleros, mientras al de la trompeta le dio por tocar a todo pulmón, desafinado el infeliz, esa tonada con que terminan las películas de guerra... En que estuve que no fui a calmarlo pero volvió a cortarse la luz que si no lo cago, gritón el tonto, después apareció Aguilera, llegó y dijo, ¡chucha!, y también comenzó a gritar, que trajeran un vehículo, que su camión estaba descompuesto, otro vehículo para llevar a Senón a Talca, que se está desangrando, rápido aturdidos, la citroneta del Aceituno, pero el Aceituno estaba botado quizás donde, como saco de borracho, usted sabe que no aguanta media hora, entremedio de unas moras amaneció, bien rasguñado y hediondo, y habrá pasado una hora y el Senón arriba de la mesa de la cantina con el Aguilera tapándole el tajo en la guata con una venda envuelta alrededor de una botella de cerveza, ¿será aturdido?, para hacer fuerza decía, después vamos a investigar, repetía a cada rato mirando para todos lados, yo ya como que sospecho gritaba, y hasta a mí me miró feo, ¿a mí?, viejo chamullero...
..... ¿El Lucho? Arrinconado estaba el pobre. ¿El Ciro? Ya le dije, quietito en el suelo... El único el de la trompeta, déle que suene hasta que el Aguilera se puso los pantalones y lo hizo callar, cállate chuchaetumadre, le grito y ahí el atorrante se calló, bueno, dijo, se acabó esta cagá de fiesta y metió la trompeta dentro de un canasto de mimbre. Arriba de la mesa murió el Senón, lanzó un alarido ronco, y el Aguilera miró pal suelo y sin levantar los ojos dijo, por Diosito Santo, como cresta nos vamos a estar matando entre nosotros, hombres, medio lloriqueando y entero ensangrentado, y ahí fue que recién escuché llorar al Lucho, ¿por qué llorai?, le pregunté, porque yo lo maté, hermano, fui yo, Jaimito, ¿y cómo que fuistes vos Lucho por Dios?, fui yo con mi cortapluma, con ésta lo maté, y me mostró la cuchilla ensangrentá ... El Lucho estaba ahí, medio a medio del hecho, pero no era el único, había otros, el Ciro, que para mí es el sindicado, a usted no es al único que ha voltiado por la espalda, y también estaba el Adolfo, que curado es bruto y que ha estado en la cárcel, de desconfiar por muy amigo del Senón que fuera. Un año adentro se tuvo que mamar por el asesinato del carrero Mejías. Recuerda usted que el Mejías le ganó hasta la camisa, harta plata, y que en la noche de vuelta cruzando el río comentan que Adolfo se le dejó caer. Finalmente salió sobreseído y anduvo tras esos testigos amigos del finao que luego echaron pie atrás. Todavía debe estar esperando la oportunidad para cobrar venganza...
..... Ahora, que el Senón era hombe decidido, era, algo le dijo a la tía que la puso nerviosa, palabras que molestaron a las chiquillas, algo que no se le debe decir a una señora, pero la tía no se quejó, ningún reproche para el Senón, y por algo será digo yo, mientras que del Ciro sí que se quejó, que qué se había creído el desgraciado... ¡Buen trasero la tía Graciela!, y no es falta de respeto, es la verdad, atrevida para colgarse la ropa, capitalina, como sería que el de la guitarra cuando ella salía a la pista a bailar gritaba, ¡guajira!, a todo pulmón y hacía chillar la guitarra eléctrica como si estuviera desperfecta ...Bailó bastante la tía, bastante, y con el Lucho más que ninguno, conmigo unos pocos, con el Ciro, uno, sí señor, pero con el Senón ni uno solo, la sacó a bailar, pero que yo sepa ella lo negó, pero para más seguridad usted tendría que preguntarle a las chiquillas, ellas estaban atentas, dos veces parece que él la pidió ...Hombre entaquillado el Senón, pobre pero de aperos, bonito sombrero, buena chaquetilla, espuelas, jinete y con consideración del patrón, ¿para qué más?... Anda haciendo averiguaciones, dicen que quiere saber la verdad del hecho, bueno, digo yo, ¿y para qué está la justicia?, ¿qué tiene que entrometerse él?, eso digo yo, pero como le tenía consideración tal vez está disgustado con nosotros, ¿mire?... Pero el Senón era atrevido, a mí no me vienen con cuentos. Un día que bajamos al río, andaba por las islas con un ganado, lado de arriba de la roca cruzó, con el agua al anca de la bestia, las piernas cruzadas sobre la cruz, fumando y cantando, despacito se vino orillando, saludó a cada una de las chiquillas, Melania buenas tardes, que lindo traje de baño, Lucy, muy buenas, y que bien le sienta el cintillo, señorita Josefa cuidado con el sol, señora Graciela, para usted no me alcanazan las palabras, que disfrute el agüita, ¿qué le parece?, insinuante el hombre, sin barrera, siendo la mujer hembra, usted entiende, y lo mismo para las bestias, siendo gallardas él las montaba, a su padre salió, sabía escoger, aparte que era considerado y podía apartar monta, nada de cabezones, solamente patitas finas, cola larga y cogote arquiado, así da gusto trabajar en el campo... Simpatía siempre le tuve, de chico que era derecho y sin rodeos, sin palmoteos en la espalda, diferente al Ciro, maricón, el golpe estuvo acertado...
..... ¿Las chiquillas? Venirse querían, el Senón muriéndose ahí cerquita, ¿qué tiene el Senón?, preguntaban medio lloriqueando y la noche como que se enfrió, mientras la tía Graciela decía que quería cooperar y el Aguilera le contestaba que para qué se iba a quedar para ver sangre, que más mejor se fueran, y se vinieron, y al poco rato quedábamos solamente el Lucho, el Adolfo, Aguilera y el que habla, los que sabíamos que Senón iba a morirse. ¿Por qué no vamos a pedirle el automóvil a don Octavio?, repetía el Adolfo, pero Aguilera insistía que en la comunidad también habían vehículos y que no habia para que ir a molestar al caballero, que la ambulancia tenía que estar en camino, aparte que la hemorragia ya como que la tengo medio controlá, mientas tanto busquen al Aceituno, ¿qué le habrá pasado al crestón ese...?
..... Cuando Senón expiró, el Aguilera se puso pálido, del mismo color de la amanecida que ya asomaba, ¡cómo cresta no hay comportamiento en la fiesta con finalidad religiosa y justo venir a tocarme a mí!, voy a renunciar, lo juro por la conchaeimadre, se quejaba casi llorando, voy a renunciar, repetía patiando el suelo, como loco, medio loco se puso. El Lucho se arrodilló y comenzó a llorar bien fuerte, el Adolfo se escabulló para la oscuridad, el Aguilera se quedó mirando fijo el suelo y a mí me vinieron ganas de estar en otro lugar. Los otros que habían eran los de la orquesta que roncaban adentro de la carpa que tienen para salir de gira, gallos raros, tanto que gritaban y en seguida mudos, asustados los maricones. Al ciego de los tambores no pudieron meterlo entero en la carpa y dormía medio en pelotas, con el ombligo al aire ... Los pacos llegaron con el sol asomando y al poco rato volvió la gente, todo Lavaderos se juntó para ver al Senón morado como fruta tierna...
..... Yo no puedo afirmar quien lo hizo, el Lucho en caliente dijo que había sido él, pero ahora usted sabe que afirma que no está seguro, que no le calzan los hechos, vaya uno a saber, ahora que como hermano por natural tengo que escorarme pal lado de mi sangre, ¿cómo a usted se le puede ocurrir lo contrario, papá...?

 

 

"Un hecho de sangre, el homicidio de un joven campesino durante una fiesta popular en algún lugar precordillerano al sur del río Maule ,le permite a Oscar Bustamante indagar en la psicología campesina, sus limitaciones, mitos, fantasías, temores y valores. La novela se presenta estructurada en base a los relatos individuales de diez personajes, cada uno de los cuales nos entrega una versión diferente de los hechos. Bustamante va exponiendo las argumentaciones, pero al mismo tiempo las va desconstruyendo en un juego vital de creencias y falsedades".
..."Es un buen narrador que sabe manejar con elegancia y precisión el lenguaje. Esa misma facilidad narrativa le permite captar sutiles pliegues de la psicología de los personajes: las diferencias entre el modo de pensar de la cultura urbana y la mentalidad campesina".

Javier Pinedo Castro, Doctor en Literatura, Diario La Epoca.

..."Su estilo nos recuerda al de Juan Rulfo, en sus cuentos de "El llano en llamas", merced a su economía de recursos, a la creación de atmósferas sugeridas y a las ópticas diferentes del mismo acontecimiento".

Eduardo Guerrero del Río, Diario La Segunda.

... "Nos muestra la realidad profunda del campo chileno mejor que muchas novelas no ya criollistas, sino incluso directamente realistas: sus valores o antivalores morales sus presupuestos culturales, su actitud ante el sexo y el amor, la muerte y el juicio de los hombres y el de Dios. Debe ser destacada por su prosa de buena ley, por su excelente retrato de caracteres, por su honda penetración en la psicología del campesino chileno y por la sabia modestia del autor que sabe desaparecer detrás de las diez voces dramáticas que pone hábilmente en juego".

Ignacio Valente, Diario E Mercurio.

de la contraportada

 


Asesinato en la cancha de afuera
Oscar Bustamante
Editorial Sudamericana. 1999
139 págs.

 



 

 
 

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letras.s5.com , proyecto patrimonio, OSCAR BUSTAMANTE: Asesinato en la cancha de afuera. 1999. (1967)

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