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Asesinato en
la cancha de afuera (texto escogido)
Jaime
..... Estaba oscuro... Hacía rato que la luz venía fallando, iba y
venía, de a tantos, y cuando sucedió el hecho toca que estaba oscuro y
yo para peor andaba medio retirado... ¿Borracho?, no fijesé, no tanto,
nadie estaba muy borracho, no sé, será que escasea el
dinero, falto de billete, como le decía, pero las chiquillas
insistieron y yo, que había estado toda la tarde mirando hacia la
cancha, observando los preparativos y con el ánimo de quedarme acá
arriba escuchando la radio, cedí a las palabras de convencimiento de
la tía Graciela y las chiquillas. La tía quería ir, bien arreglada, de
taco alto, usted la vio, ¿total?, qué tanto iba a ser el consumo?,
bailar y reírse un poco, no seai tonto, aparte que las fiestas que
organiza la Junta siempre resultan buenas, con orquesta y parlantes,
música de primera, premios, total, dijeron las chiquillas, ¿no venís a
divertirte acá al campo?... Y fui, usted sabe, pero cómo le digo,
justo para el hecho, toca que está oscuro, apenas un par de velas en
la cantina y otro par para la orquesta, y como la electricidad iba y
venía, el Aguilera ni siquiera había encendido la lámpara a parafina,
molesto estaba con el contratiempo, los músicos se quedaban sin
energía y cargaban con él, guitarra eléctrica tocaba el director y era
el que más perdía el genio... De repente escuché los gritos y me
acerqué a tropezones, me caí, y desde el suelo hasta vi las velas de
la gruta del cerro de la Virgen, bonito porrazo. Llegué al lugar del
hecho y las chiquillas estaban arremolinadas alrededor de la tía, dos
de la mañana serían, ya se había sacado los de taco alto, adentro de
la cartera los andaba trayendo, hacía días que le dolían, de cuando la
vez que fue a bañarse al río y tuvo que cruzar todo el pedregal a pie
pelado, las piedras hirviendo, tanto que el Lucho la tuvo que llevar
hasta la playa en brazos... ¿Nosotros provocando? No, nosotros muy
tranquilos, pero haciéndonos respetar, como usted nos ha enseñado, y
más todavía que andábamos con mujeres, usted entiende, y viera las
miraditas que les daban, pregúntele a ellas, los viera usted, al Ciro,
al Adolfo, al mismo Senón. Yo pegué un solo golpe, uno solo, al Ciro,
que lo agarré justito y que se fue como saco de porotos al suelo,
justito, al Ciro hay que golpearlo más que sea por si acaso, aparte
que me debía ese golpe de cuando lo voltió a usted... Y no se levantó
por un buen rato, quietito, lo vi venir saliendo de en medio de la
rosca y como apurado, y entonces yo dije, mejor golpiarlo, es lo que
corresponde, y justo vuelve la electricidad y nos topamos cara a cara,
y como que se sorprendió y dio un saltito y golpe, y al suelo, y
quietito.. Después, puros gritos y carreras y el Aguilera como loco,
los de la orquesta histéricos, más todavía contrariados con los cortes
de la electricidad, decían que ni llorando volvían a Lavaderos, y el
más enojado era el director, uno flaco con una mata de pelo como
lámpara de palacio, lleno de brillos, que a cada rato le gritaba al
Aguilera que la cortara con el hueveo de la electricidad, y el viejo
en una le dijo payaso pelotudo, y el director toca que lo escucha y lo
amenaza con que de inmediato me llevo de vuelta la orquesta, huaso mal
agestado, y el Aguilera tuvo que entrar las patas, tómense un trago y
disculpen, lo que pasa es que ando muy re nervioso con esto de las
fallas eléctricas y más todavía como autoridad de esta fiesta para
reunir fondos para la capilla de afuera... El cura Aurelio también
estaba pero se retiró oscureciendo, hizo su discurso y se fue
insatisfecho con los de la orquesta, a cada rato ensayando los
instrumentos, decía una palabra y déle el de los tambores, uno que se
curó como saco, gordo y con anteojos, que de repente se fue de
espaldas y quedó con las patas para arriba. El director le sacó la
madre, ya se curó de nuevo este ciego desgraciado. Continuaba el cura
Aurelio y en seguida ensayaba el de la trompeta, uno de barba, cara de
degenerado, que cuando no la tocaba se la ponía entre las piernas y
seguía el ritmo cagado de la risa, Aguilera tuvo que llamarle la
atención y de ahí que se enemistaron, mientras el cura Aurelio cejudo,
bien enojado... ¿Y no le estoy diciendo que de nosotros no hubo
provocación alguna?, pregúntele a la tía Graciela y a las chiquillas,
ni siquiera cuando el Ciro sacó a bailar a la tía, y claro que ella
bailó, por qué no le pregunta a ella, qué me dice a mí, total era una
fiesta y en las fiestas la gente baila, ¿no es así?... Yo no me meto
en opiniones, cada uno hace su vida, total, somos grandecitos. El
Lucho la meneó bien meneada, por eso terminó con los zapatos dentro de
la cartera... Tiene buen trasero la tía, usted lo sabe, y no es falta
de respeto, y lo meneaba, para que se lo voy a ocultar, lo hacía para
acá y para allá, ¿provocando?, yo diría que un poquito, con los
vaqueros bien apretaditos y aunque lo sepa la mami, los hechos son los
hechos, pero el Senón puras miradas solamente y algunas palabras, y la
tía que se sonrió, eso sí, se las traía el Senón, puta con las
mujeres, pero igual yo pienso que fue mala suerte, borracho que
estaba, tanto como el Lucho, y no estoy echándole la culpa a la tía,
porque sepa usted que las chiquillas también bailaron y con los
vaqueros apretaditos también, lo que pasa es que los hombres cargosean
a las más mujeres, dejan caer ahí las palabras ya que es más posible
que entiendan y en una de esas... Bueno, ¿le cuento o no le cuento,
entonces? ..... Estoy preocupado, si
hasta a mí me andan corriendo que estaba involucrado en el hecho,
¿yo?, cuando es sabido que estaba con Aguilera cuando se fue la luz, y
claro que eso no significa ninguna garantía ya que el policía déle con
insistir que participé en el hecho, que no me cree, que no está claro
y que hay otra versión, testigos, que me tengo que andar con cuidado,
pero yo también tengo testigos que cuando llegué el Senón ya estaba
cortado, y eso que perdí un par de minutos para darle el golpe al
Ciro... Después puros gritos y carreras, viera usted como chillaba el
cabeza de lámpara, el director, asesinos cuchilleros, mientras al de
la trompeta le dio por tocar a todo pulmón, desafinado el infeliz, esa
tonada con que terminan las películas de guerra... En que estuve que
no fui a calmarlo pero volvió a cortarse la luz que si no lo cago,
gritón el tonto, después apareció Aguilera, llegó y dijo, ¡chucha!, y
también comenzó a gritar, que trajeran un vehículo, que su camión
estaba descompuesto, otro vehículo para llevar a Senón a Talca, que se
está desangrando, rápido aturdidos, la citroneta del Aceituno, pero el
Aceituno estaba botado quizás donde, como saco de borracho, usted sabe
que no aguanta media hora, entremedio de unas moras amaneció, bien
rasguñado y hediondo, y habrá pasado una hora y el Senón arriba de la
mesa de la cantina con el Aguilera tapándole el tajo en la guata con
una venda envuelta alrededor de una botella de cerveza, ¿será
aturdido?, para hacer fuerza decía, después vamos a investigar,
repetía a cada rato mirando para todos lados, yo ya como que sospecho
gritaba, y hasta a mí me miró feo, ¿a mí?, viejo
chamullero... ..... ¿El Lucho?
Arrinconado estaba el pobre. ¿El Ciro? Ya le dije, quietito en el
suelo... El único el de la trompeta, déle que suene hasta que el
Aguilera se puso los pantalones y lo hizo callar, cállate
chuchaetumadre, le grito y ahí el atorrante se calló, bueno, dijo, se
acabó esta cagá de fiesta y metió la trompeta dentro de un canasto de
mimbre. Arriba de la mesa murió el Senón, lanzó un alarido ronco, y el
Aguilera miró pal suelo y sin levantar los ojos dijo, por Diosito
Santo, como cresta nos vamos a estar matando entre nosotros, hombres,
medio lloriqueando y entero ensangrentado, y ahí fue que recién
escuché llorar al Lucho, ¿por qué llorai?, le pregunté, porque yo lo
maté, hermano, fui yo, Jaimito, ¿y cómo que fuistes vos Lucho por
Dios?, fui yo con mi cortapluma, con ésta lo maté, y me mostró la
cuchilla ensangrentá ... El Lucho estaba ahí, medio a medio del hecho,
pero no era el único, había otros, el Ciro, que para mí es el
sindicado, a usted no es al único que ha voltiado por la espalda, y
también estaba el Adolfo, que curado es bruto y que ha estado en la
cárcel, de desconfiar por muy amigo del Senón que fuera. Un año
adentro se tuvo que mamar por el asesinato del carrero Mejías.
Recuerda usted que el Mejías le ganó hasta la camisa, harta plata, y
que en la noche de vuelta cruzando el río comentan que Adolfo se le
dejó caer. Finalmente salió sobreseído y anduvo tras esos testigos
amigos del finao que luego echaron pie atrás. Todavía debe estar
esperando la oportunidad para cobrar venganza... ..... Ahora, que el Senón era hombe decidido,
era, algo le dijo a la tía que la puso nerviosa, palabras que
molestaron a las chiquillas, algo que no se le debe decir a una
señora, pero la tía no se quejó, ningún reproche para el Senón, y por
algo será digo yo, mientras que del Ciro sí que se quejó, que qué se
había creído el desgraciado... ¡Buen trasero la tía Graciela!, y no es
falta de respeto, es la verdad, atrevida para colgarse la ropa,
capitalina, como sería que el de la guitarra cuando ella salía a la
pista a bailar gritaba, ¡guajira!, a todo pulmón y hacía chillar la
guitarra eléctrica como si estuviera desperfecta ...Bailó bastante la
tía, bastante, y con el Lucho más que ninguno, conmigo unos pocos, con
el Ciro, uno, sí señor, pero con el Senón ni uno solo, la sacó a
bailar, pero que yo sepa ella lo negó, pero para más seguridad usted
tendría que preguntarle a las chiquillas, ellas estaban atentas, dos
veces parece que él la pidió ...Hombre entaquillado el Senón, pobre
pero de aperos, bonito sombrero, buena chaquetilla, espuelas, jinete y
con consideración del patrón, ¿para qué más?... Anda haciendo
averiguaciones, dicen que quiere saber la verdad del hecho, bueno,
digo yo, ¿y para qué está la justicia?, ¿qué tiene que entrometerse
él?, eso digo yo, pero como le tenía consideración tal vez está
disgustado con nosotros, ¿mire?... Pero el Senón era atrevido, a mí no
me vienen con cuentos. Un día que bajamos al río, andaba por las islas
con un ganado, lado de arriba de la roca cruzó, con el agua al anca de
la bestia, las piernas cruzadas sobre la cruz, fumando y cantando,
despacito se vino orillando, saludó a cada una de las chiquillas,
Melania buenas tardes, que lindo traje de baño, Lucy, muy buenas, y
que bien le sienta el cintillo, señorita Josefa cuidado con el sol,
señora Graciela, para usted no me alcanazan las palabras, que disfrute
el agüita, ¿qué le parece?, insinuante el hombre, sin barrera, siendo
la mujer hembra, usted entiende, y lo mismo para las bestias, siendo
gallardas él las montaba, a su padre salió, sabía escoger, aparte que
era considerado y podía apartar monta, nada de cabezones, solamente
patitas finas, cola larga y cogote arquiado, así da gusto trabajar en
el campo... Simpatía siempre le tuve, de chico que era derecho y sin
rodeos, sin palmoteos en la espalda, diferente al Ciro, maricón, el
golpe estuvo acertado... ..... ¿Las
chiquillas? Venirse querían, el Senón muriéndose ahí cerquita, ¿qué
tiene el Senón?, preguntaban medio lloriqueando y la noche como que se
enfrió, mientras la tía Graciela decía que quería cooperar y el
Aguilera le contestaba que para qué se iba a quedar para ver sangre,
que más mejor se fueran, y se vinieron, y al poco rato quedábamos
solamente el Lucho, el Adolfo, Aguilera y el que habla, los que
sabíamos que Senón iba a morirse. ¿Por qué no vamos a pedirle el
automóvil a don Octavio?, repetía el Adolfo, pero Aguilera insistía
que en la comunidad también habían vehículos y que no habia para que
ir a molestar al caballero, que la ambulancia tenía que estar en
camino, aparte que la hemorragia ya como que la tengo medio controlá,
mientas tanto busquen al Aceituno, ¿qué le habrá pasado al crestón
ese...? ..... Cuando Senón expiró, el
Aguilera se puso pálido, del mismo color de la amanecida que ya
asomaba, ¡cómo cresta no hay comportamiento en la fiesta con finalidad
religiosa y justo venir a tocarme a mí!, voy a renunciar, lo juro por
la conchaeimadre, se quejaba casi llorando, voy a renunciar, repetía
patiando el suelo, como loco, medio loco se puso. El Lucho se
arrodilló y comenzó a llorar bien fuerte, el Adolfo se escabulló para
la oscuridad, el Aguilera se quedó mirando fijo el suelo y a mí me
vinieron ganas de estar en otro lugar. Los otros que habían eran los
de la orquesta que roncaban adentro de la carpa que tienen para salir
de gira, gallos raros, tanto que gritaban y en seguida mudos,
asustados los maricones. Al ciego de los tambores no pudieron meterlo
entero en la carpa y dormía medio en pelotas, con el ombligo al aire
... Los pacos llegaron con el sol asomando y al poco rato volvió la
gente, todo Lavaderos se juntó para ver al Senón morado como fruta
tierna... ..... Yo no puedo afirmar
quien lo hizo, el Lucho en caliente dijo que había sido él, pero ahora
usted sabe que afirma que no está seguro, que no le calzan los hechos,
vaya uno a saber, ahora que como hermano por natural tengo que
escorarme pal lado de mi sangre, ¿cómo a usted se le puede ocurrir lo
contrario, papá...?
"Un hecho de sangre, el
homicidio de un joven campesino durante una fiesta popular en
algún lugar precordillerano al sur del río Maule ,le permite a
Oscar Bustamante indagar en la psicología campesina, sus
limitaciones, mitos, fantasías, temores y valores. La novela
se presenta estructurada en base a los relatos individuales de
diez personajes, cada uno de los cuales nos entrega una
versión diferente de los hechos. Bustamante va exponiendo las
argumentaciones, pero al mismo tiempo las va desconstruyendo
en un juego vital de creencias y falsedades". ..."Es un
buen narrador que sabe manejar con elegancia y precisión el
lenguaje. Esa misma facilidad narrativa le permite captar
sutiles pliegues de la psicología de los personajes: las
diferencias entre el modo de pensar de la cultura urbana y la
mentalidad campesina".
Javier Pinedo
Castro, Doctor en Literatura, Diario La Epoca.
..."Su estilo nos
recuerda al de Juan Rulfo, en sus cuentos de "El llano en
llamas", merced a su economía de recursos, a la creación de
atmósferas sugeridas y a las ópticas diferentes del mismo
acontecimiento".
Eduardo Guerrero
del Río, Diario La Segunda.
... "Nos muestra la
realidad profunda del campo chileno mejor que muchas novelas
no ya criollistas, sino incluso directamente realistas: sus
valores o antivalores morales sus presupuestos culturales, su
actitud ante el sexo y el amor, la muerte y el juicio de los
hombres y el de Dios. Debe ser destacada por su prosa de buena
ley, por su excelente retrato de caracteres, por su honda
penetración en la psicología del campesino chileno y por la
sabia modestia del autor que sabe desaparecer detrás de las
diez voces dramáticas que pone hábilmente en
juego".
Ignacio
Valente, Diario E Mercurio.
de la
contraportada
Asesinato en la cancha de
afuera Oscar Bustamante Editorial Sudamericana.
1999 139 págs.
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