QUIERO RESCATAR LA NOBLEZA DEL
CAMPESINO
por Beatriz
Berger
en Revista de Libros
de El Mercurio de Santiago
5 de abril de 1992
... Amante de la naturaleza y
del jazz este arquitecto que desde hace diez anos se dedica a
escribir, irrumpe en el mundo de las letras chilenas con la
publicación de su primera novela: Asesinato en la cancha de afuera (Mosquito
Editores, Santiago, 1991).
...
Con la
alegría que otorga haber descubierto una nueva pasión en su vida, este
hombre buenmozo y barbón, que sobrepasa el metro noventa de estatura,
asume con rigor esta vocación de escritor que siempre le piso los
talones, pero que salió a la luz cuando la madurez lo había llevado a
despojarse de mascaras y frivolidades, porque sentía que el tiempo se
le escapaba por entre los dedos.
...
Rodeado
por las telas de su etapa de pintor, en el taller de su casa de piedra
en la calle Marín, este arquitecto de la Universidad Católica, fue
moldeando su primer libro donde basado en la complejidad de las cosas
y lo relativo de la verdad intenta rescatar el mundo del campesino
chileno.
Así, Oscar Bustamante (casado con Carmen Cruchaga
desde hace 25 años, tres hijos), premunido de su talento, sin
formación académica en el campo de la literatura y siendo su propio
maestro, recorre los intrincados caminos que le plantea este nuevo
desafio.
... A pesar de su figura
imponente, el nuevo escritor se muestra vulnerable, nervioso, en esta,
su primera entrevista. Sin embargo, paso a paso, va derribando sus
corazas para finalmente dar rienda suelta a su historia y hablar como
hacía mucho tiempo que no hablaba.
Me
pegué todos los costalazos que uno debe pegarse
-
¿Por que dejó la pintura para dedicarse a
escribir?
- Ahhh... porque la escritura tenia la capacidad maravillosa de
descubrir mundos interiores fantásticos, que me interesaban y era
necesario volcarlos hacia afuera.
- Debía canalizar sus
inquietudes de alguna manera...
- Claro, además, es un proceso
de compromiso donde tu creas un mundo con el cual, aparentemente,
podrías hacer lo que quieras, pero no puedes porque tiene sus propias
circunstancias. El escritor queda atrapado y solamente puede salir a
flote en base a rigurosidad.
- ¿Y
no ira a ser la literatura un amor efímero también?
-
(Tajante) En ningún caso la pintura fue un amor efímero Yo pinte
durante veinte años, pero me sentía agotado en la pintura. A través de
la literatura, en cambio, me siento mas vital, mas cómodo, porque
encontré un cauce natural.
-
Recién conocemos su primer libro cuando tiene cincuenta
años...
- Si (nostálgico), porque fue una inquietud casi escondida hasta
que, hace diez años, escribí una novela muy larga que hoy día, al
releerla, la considero frustrada. Mucha de mi pasión por la literatura
comenzó en esa epoca. Después aprendí a escribir. Me pegue todos los
costalazos que uno debe pegarse para sentirse seguro.
- En
ese entonces ¿creó algo más?
- Tres novelas: Asesinato
en la cancha de afuera; otra acerca de un detective que se inserta
en un hecho trágico, y la tercera, Recuerdos de un hombre
injusto, también vinculada a lo agrario. Ambas están en proceso de
revisión.
Además tengo escrito un libro de cuentos rurales. Ando
buscando caminos para resolver estas obsesiones que uno tiene.
-
¿Ocurrió algo en su vida que lo hizo emprender estos
rumbos?
- Es muy extraño, fíjate. (Trata de aclarar sus ideas) Esto es
casi una anécdota, pero yo escribí una novela, que mi mujer me paso en
limpio, cuando tenia 19 años. (Se ríe) Pero no tenia la fe, el impulso
ni la obsesión en ese momento. Entonces, 25 anos después empecé a
escribir de nuevo, es raro.
-
¿Como se fue generando en usted la vocación de
escritor?
- Siempre sentí que estaba circunscrito a un mundo de
inquietudes literarias. La biblioteca del fundo donde yo viví de niño
estaba repleta de clásicos latinoamericanos. En mi casa se leía y se
hablaba mucho de literatura. A mi padre le gustaba hacer referencia a
los mundos que creaban los autores.
A través de la escritura voy
calmando mis inquietudes
-
¿Hay vivencias personales que también pueden haber influido?
-
Si. (le cuesta
decirlo) Desde los siete anos estuve interno en un colegio de Talca,
porque vivía en un fundo. Después, cuando tenia doce, nos fuimos a
Inglaterra, pues mi padre fue Ministro Consejero de la Embajada
durante el gobierno de Ibañez. Allí estuvimos cinco anos y también me
internaron.
-
¿De que manera le afecto esa educación?
- Fue una experiencia muy
dolorosa. Me hizo tener muchas añoranzas y mantener una cierta
distancia con el mundo exterior, pues sentía que me estaba agrediendo.
En Inglaterra todo era distinto, empezando por el clima. Había que
soñar mucho por las noches, en los únicos momentos de recogimiento que
uno tenia, formarse una cascara y tratar de aislarse para defenderse.
-
Pero algo bueno habrá sacado de todo esto...
- Si, claro. Si uno lo mira
en retrospectiva... me ayudo a generarme corazas para resistir otro
tipo de cosas. Eso me marcó.
- Al
leer su obra, se observa un conocimiento a fondo de la vida
campesina...
- Mira, si. (A sus anchas) Tuve una infancia ligada muy
fuertemente al campo. Considero que es una parte integral de mi vida,
sobre todo en este país donde el paisaje, la naturaleza es aun
gravitante en la personalidad de la gente. Siento que estoy vinculado
casi dramáticamente con el campo. Los acontecimientos que ocurren me
preocupan y los siento muy míos. En el fundo que heredamos de mi padre
agricultor, siguen vigentes los mismos dramas que salen reflejados en
la novela.
-
¿Considera, en consecuencia, la literatura como una
catarsis?
- Debe ser que sí, porque a través de la escritura voy calmando
mis inquietudes, encontrando caminos para ocupar mi tiempo.
-
Lavaderos, el lugar donde transcurre la novela, ¿es real o
imaginario?
- Es un sector de la mina El Chivato, la ultima mina que
explotaron los Incas al Norte del río Maule.
Mis personajes me
persiguen
-
¿La intencionalidad de su obra donde diez personajes plantean sus
puntos de vista frente a un crimen está referida a la complejidad de
las cosas?
- Claro, hay muchos puntos de vista, tantos como personas. La
verdad es relativa, cada uno tiene su propia verdad... Pero también
aprovecho para mostrar un mundo del cual, aparentemente, es poco lo
que se ha hablado en la literatura chilena actual.
-
¿Entonces usted, al igual que Octavio Paz piensa que la literatura
es una revelación de la complejidad del mundo y que cada ser y cada
cosa es doble, triple...?
- Alguien dijo que cuando una
persona se moría, con ella moría una visión del mundo. En Cien Años de
Soledad la suma de visiones hace que el libro sea maravilloso.
- Se
advierte, en su libro, un esquema delineado a priori. ¿El hecho de ser
arquitecto le ayudó en este ordenamiento formal?
- Sin duda. Los arquitectos
tendemos a englobar la temática para poder resolver un sinnúmero de
problemas. Los procesos creativos de la arquitectura y la literatura
son similares: a través de ambos hay una búsqueda de la solución más
verdadera. Pero son mundos distintos en cuanto a sus leyes. Porque, en
la literatura, por mucho que tu quieras guiar a los personajes, te
llevan, irremediablemente, hacia lo que ellos son, porque han cobrado
vida propia...
-
¿Entonces, el personaje lo domina?
- Tienes que tratar con
mucha delicadeza al personaje: indagar en el, trabajarlo, encontrar su
verdad. No puedes traicionarlo, porque te obliga.
- ¿Y
también lo asedian, lo obsesionan sus personajes?
-
Si.
(Entusiasmado) Ellos me persiguen y me inquietan. Presionan
fuertemente. A veces te desesperas y sufres por no encontrarles su
propia ley.
-
¿Cómo trabajó la obra literaria? ¿Investigó?
- No. Realmente ocurrió una
muerte en el campo. Entonces yo averigüé cuales fueron los motivos.
Todas las personas con quienes converse me dieron distintas versiones.
Luego invente los personajes fundamentados en que era muy dificil
llegar a saber que había acontecido. No tome notas, creo conocer la
mentalidad de los campesinos. Primero hice un esquema, luego escribí
el manuscrito y lo pase al computador.
- ¿Y
mantiene alguna disciplina para escribir?
- Trabajo los sábados y
domingos, todos los días por las tardes, a veces de madrugada... Yo
quería darle una vuelta de tuerca al lenguaje.
-
¿Que libros considera que han influido en su formación
literaria?
- Una novela que me marcó de sobremanera fue La vorágine,
de Eustacio Rivera, Dona Barbara, de Rómulo Gallegos, los
cuentos de Horacio Quiroga. Gabriel García Márquez con Cien Años de
Soledad, los libros de Arguedas y Juan Rulfo. El brasileño Joao
Guimaraes Rosa con Grande Sertao. En general, toda la
literatura relacionada con este mundo donde la naturaleza forja a los
hombres de una determinada manera. Además, también hay influencia de
la literatura sajona, las obras de Faulkner, Truman Capote y de los
otros, Madame Bovary ...
-
Corregir implica un esfuerzo grande, Kavafis decía temblando en cada
palabra y demoraba años en este afán...
- El proceso de la
corrección es doloroso, el que más cuesta. Las dudas arrecian. Uno se
siente un poco huérfano en esta aventura, pero con mi hermano Juan
Carlos, el cineasta, tenemos grandes conversaciones. El es el primer
critico de mis obras y yo de sus películas. También he sometido a mis
amigos al calvario de leer mis manuscritos.
- Su
escritura tiene diálogos muy largos, pocos puntos aparte... ¿No cree
que ese estilo puede entorpecer la comprensión del texto?
-
Es
posible... Pero yo pensé que si ponía desde el comienzo reglas claras
en cuanto al lenguaje, el lector se iba a insertar en la obra. Si yo
hubiera escrito exactamente como hablan los campesinos, habría hecho
una fotografía de ellos. Yo quería darle una vuelta de tuerca al
lenguaje para convertirlo en algo diferente.
-
¿No le parece que el libro esta escrito desde el punto de vista del
patrón?
- Probablemente, a pesar del esfuerzo que uno hace por
colocarse en los distintos personajes. Pero, desgraciadamente, en el
campo siguen habiendo más factores negativos. Por favor, no se vaya a
entender que soy apatronado.
-
Usted habla de los rumores, la flojera, el alcohol, la influencia de
la televisión. ¿Hay algún rescate del campesino chileno?
-
Si, yo quiero
rescatar la nobleza de esta gente en forma objetiva: su ingenuidad, su
impresionante capacidad de sufrimiento, su religiosidad, su relación
con la naturaleza...
... Los campesinos
tienen virtudes y defectos como todo el mundo, pero a pesar del drama
de sus vidas tan mínimas y grandes a la vez, mantienen su dignidad.
-
¿Como se definiría?, ¿quién es usted?
- ¿Como soy? (riéndose).
Esa es una pregunta que me hago siempre, pero no se si me la puedo
responder. Aparte de ser un tipo grande que tenia que doblarse en las
micros... te insisto, soy una persona terriblemente timida y esa
timidez me hace tener mundos ocultos. Los escritores somos los
cronistas del espíritu de la gente.
-
¿Que aficiones tiene?
- Me gusta pescar para
contemplar la naturaleza, el silencio de los ríos. Me gusta el jazz,
internarme en la cordillera, leer mucho y las conversaciones con la
gente entretenida...
- Al
parecer, tuvo que conversar bastante para escribir su
libro.
- Me gusta conversar con la gente del campo porque sus mundos
interiores son muy especiales. Les cuesta hablar porque no han tenido
educación, pero han encontrado modos de expresarse que son muy ricos.
-
Hay quienes definen a los escritores como los profesionales del
descontento, los rebeldes con causa... ¿Se considera un rebelde con
causa?
- Si, claro. Uno siempre tiene una actitud de rebeldía. Las
inquietudes de uno son siempre a partir de un cierto descontento. Uno
empieza, a través de las obras, tratando de mostrar algunas cosas
dolorosas o conflictivas que desea resolver. Los escritores somos los
cronistas del espíritu de la gente.
-
Dígame, Oscar ¿está contento con lo que ha hecho en su
vida?
- Uno nunca esta contento. Hay un proceso de arrepentimiento muy
alto en mi. Si no, no estaría haciendo arquitectura, escribiendo. Uno
siempre esta tratando de redimirse en los próximos actos que realiza.
Siempre que da un paso, piensa que el próximo lo va a dar mejor. Y esa
es la esperanza que tengo a medida que van pasando los años y uno se
va poniendo viejo.
- Y
a usted, como a Octavio Paz, ¿le parece un escándalo que el hombre sea
mortal?
- Ahhh. Esa es la gran pregunta. Vivimos sabiendo que vamos a
morir y no tomamos conciencia de este hecho, porque si lo hiciéramos,
seria intolerable. Día a día buscamos mecanismos para evadir ese gran
momento. Mientras estemos vivos tenemos la posibilidad de encontrarle
alguna razón a este asunto.
-
Entonces ¿no cree en la vida eterna?
- Creo en un creador.
Cuando en la noche miro las estrellas y pienso en la teoría de
Einstein, que el mundo sigue en expansión, no me imagino que se
hubiera podido crear así no más.
-
Después de publicar su primera novela ¿cómo se siente?, ¿como ve su
futuro como escritor?
- (Relajado) Me siento cada
día mas comprometido, con una responsabilidad que no tenia antes de
publicar. Eso me hace ser mas cauto y riguroso. Carmen, mi mujer,
continua, generosamente, dándome su apoyo silencioso. Creo que mis
hijos están sorprendidos, les parece insólito que el papa haya sacado
un libro. Ellos estaban acostumbrados a verme pintar, pero yo nunca
hice exposiciones. Las noventa o cien telas que pinte las he regalado,
están aquí, algunas arrumbadas, otras en el campo. Pero esto no, la
literatura... Ahora empieza un ciclo casi inquietante, vienen las
sorpresas.