CAFÉ CORTADO
de
Oscar Bustamante
por
Alejandra Costamagna
en Santiago Cultura, Mayo de 2003
"Todo había nacido de una infortunada coincidencia", apunta el
narrador de "Café cortado" (Ediciones B, 2002) hacia el primer tercio
de la novela. Y deja entrever con esta sentencia, el exacto alcance
del epígrafe escogido por Oscar Bustamante, su autor, para componer el
libro: "Si en cierta altura/ ¡Hubiese doblado a la izquierda en vez de
a la derecha!/ Si en cierto momento/ Hubiese dicho sí en vez de no
(...)". La cita de Fernando Pessoa establece así el sentido de esta
historia articulada como un delicado engranaje de relatos sinópticos
que se topan y se alimentan por coincidencias más o menos
infortunadas.
... Con la gracia de quien se
desprende de toda pretensión y afina su pulso en el despliegue de una
historia tan envolvente como reservada, Bustamante crea un universo
cotidiano protagonizado por sujetos un poco solitarios, ligeramente
sombríos, que han participado desde distintas esquinas en la historia
reciente y nebulosa de Chile.
... "Café cortado" funciona como un puzzle que el lector deberá
ir armando progresivamente (y que podría ser leído también, si se
quiere, como una azarosa serie de cuentos) hasta completar la intriga
del cuerpo total. El tiroteo callejero ocurrido una mañana de 1978 en
Santiago, no sólo marcará el inicio de una trama protagonizada por el
malogrado detective Emilio, sino que muy pronto hallará su debido nexo
con la presencia del médico que ve películas de Antonioni y se pasea
solitario por el Parque Forestal, del músico ambulante que improvisa
"A mi manera" en una micro desierta, de la candorosa vendedora del
café con piernas, de la militante presa, fugada y lista para matar,
del ejercitado prefecto Carter y de quien intenta escribir esta
historia que es, a fin de cuentas, la radiografía de un Santiago
demasiado ingrato para ser venerado, demasiado cierto para ser sólo
una sombra.
Café cortado
OSCAR
BUSTAMANTE+EDICIONES B
98 PAGINAS
por Alvaro Bisama
en
Guía de La Tercera, 20 de diciembre de 2002
Hay hartas similitudes
entre Carne de Perro, de Germán Marin y Café Cortado, de Oscar
Bustamante: ambas hablan de la resaca natural de los grupos
extremistas, describen los símbolos de una época pasada y
apuestan por una revisión del concepto de thriller en el espacio
agobiado de la metrópoli santiaguina. Lo interesante es que Marín
asume el reto desde la febrilidad de una escritura sin derecho a
réplica, Busta mante se la juega por una obra coral, pausada que tiene
al tema del deseo y el desgaste como ejes centrales.
... Café Cortado es una sutil
red de historias que revisan el pasado reciente del país con el ánimo
literario de complejizar nuestra memoria política. Sus personajes (un
detective expulsado de la institución, una mesera de un café con
piernas, unos cuantos agentes de la DINA, una terrorista confundida y
un músico callejero) se enlazan entre medio de un asesinato que revisa
revela desde los hilos del poder hasta el orden de las familias. No
está mal. Café Cortado es fácil de leer y juega a cierta profundidad
que tiene algo políticamente incorrecto.
... La complejidad colectiva
del texto es sólo nominal. Bustamante esconde en la trama un montón de
momentos sordos cuya gran virtud es ofrecer viñetas desencajadas que
aluden al tema de la ruina y el
deseo: la terrorista que guarda
para sí los momentos pasados con un desconocido en cárcel, una
conversación silente entre un ex tira y una mesera, y el gesto
perplejo de un narrador que ata para sí las piezas de una historia
irresoluta. Ejecutada de forma correcta, Café Cortado es un texto
sencillo
que sale airoso donde narradores como Poli Délano o Ariel
Dorfman han fracasado. Bustamante Io intuye en sus páginas: a estas
alturas la idea del héroe está degradada y toda verdad es una arcilla
blanda y gris. Eso hace a estos relatos/novela un policial atractivo,
a ratos elegante.