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BELLO
Y SARMIENTO: DISCUSION EN TORNO A LA LENGUA
por Alfredo Canedo
En América, donde quiera que surge posibilidad
de paisaje, tiene que existir posibilidad de cultura y de
voces José Lezama Lima: "Confluencias"
..... El referente ideológico de
la primera generación dieciochesca de escritores hispanoamericanos fue
de tono original en las locuciones y voces regionales, sobriamente
recaladas y limpias de toda mácula de sofistería o de bastardos
afectos. Obvio entonces que marcaba el final de la literatura
aristocrática, exótica con antiguas reglas del gusto y el comienzo de
otra, la de emancipación mental, la de temas civiles, locales y
temporales resultante de las transformaciones culturales y políticas
en el continente. ..... Andrés Bello en
su faz de poeta es romántico con aplicada sensibilidad americana,
sabiamente artificiosa, bruñida y pintoresca. Ya en su poema juvenil
el colorido paisaje campestre mezclado con lo idílico y mitológico, lo
bucólico con lo didáctico, el significado con el significante. Tal
especie de ligera fuga hacia la naturaleza en versos como estos : el
maíz es "jefe altanero de la espigada tribu", el algodón
"rosa de oro y vellón de nieve", el cacao "urna de coral"
y el cielo crepuscular "cambiante nacar". Más nítidamente
en esta octava con irregular número de sílabas:
Tú, verde y
apacible ribera del Anauco para mí más alegre, que
los bosques idalios y las vegas hermosas de la plácida
Pafos, resonará continuo con mis humildes
cantos. (1)
..... Indicios agudos,
inequívocos y reiterados en su canto de madurez con virtudes de
erudicción y universalidad, por donde el americano ámbito campero es
generosamente fecundo en deseos, inquietudes y
símbolos:
Del obstruido estanque
y del molino recuerden ya las aguas el camino; el
intrincado bosque el hacha rompa, consumado el fuego; abrid
en lenguas calles la oscuridad de su infructuosa pompa.
…………………………………………………… y allá lejos el opimo fruto, y
la cosecha apiñadora pinta, que lleva de los campos el
tributo, colmado el cesto, y con la falda en cinta, y
bajo el peso de los largos vienes hacer crujir los vastos
almacenes. (2)
..... La lengua es para Bello
instrumento de formación cultural; por tanto, así
Andrés
Bello | como admitía signos propios
del parlante hispanoamericano también palabras flamantes tomadas de
voces antiguas y modernas. De ahí, no circunstancial que mira con
delectación verdaderamente sensual y gozo desbordado el paisaje
natural por varios matices y frutos de sabrosísima miel. ..... Romántico además de clásico por el fondo
inmenso de su cultura; de ahí, sus poesías celebradas por floridas y
animadas, resabios de afección, aridez escolástica, entusiasmo
sostenido, variedad y hermosura de cuadros, armonía perpetua,
sentencias esparcidas, sin violentos cortes del metro ni ritmo
empalagoso o monótono. Reflexionaba en carta enviada desde Santiago de
Chile al argentino Juan María Gutiérrez sobre la
poesía:
Yo no recuerdo ningún poeta
de primer orden que haya sido otra cosa que poeta. El gran mundo,
de bullicio de los negocios, y sobre todo de los negocios
políticos, tan favorable a la oratoria, no lo es para la poesía
que gusta de la contemplación aun en el seno de la sociedad. Y si
aun las altas combinaciones del gabinete y de los ejércitos la
ahuyentan, ¿qué serán el fastidio y la monotonía de una oficina
subalterna? (3)
..... Ahí, su ética literaria en
reconocer la poesía por fiel compañera de viaje a lo largo de sus
numerosas años de vida.
..... Bello, como todo buen
hablista y latinista, comprendió, presintió y sintió que la unidad
política hispanoamericana sólo habría de garantizarse en formas
dialectales propias, remozada con nuevos apuntes lingüísticos,
ortográficos y semánticos, sin enfatismos y parafarnalias verbales,
menos todavía con voces del vulgar comercio idiomático. Razón de que
deslumbrara, más allá de los claustros universitarios, por sus obras
sobre la escritura en América castellana, y opiniones unas veces a
favor otras en contrario al "Diccionario de la Lengua"
de la Real Academia de Letras de España. (4) Pero en
cualquiera de sus puntos de vista, seducido en decir y escribir la
lengua de los hispanohablantes sin mayores coliciones con la heredada
de España. Tales razones concurrente expuso en 1824 en uno de sus
mejores trabajos literarios sobre la lengua de los
hispanohablantes:
No se crea que recomendando la
conservación del castellano sea mi ánimo tachar de vicioso y espurio
todo lo que es peculiar de los americanos. Hay locuciones castizas
que en la Península pasan hoy por anticuadas y que subsisten en
Hispano-América. ¿Por qué proscribirlas? Si según la práctica
general de los americanos es más analógica la conjunción de algún
verbo, ¿por qué razón hemos de preferir la que caprichosamente haya
prevalecido en Castilla? Si de raíces castellanas hemos tomado
vocablos nuevos según los procederes ordinarios de derivación que el
castellano reconoce, y de que se ha servido y se sirve continuamente
para aumentar su caudal, ¿qué motivos hay hoy para que nos
avergoncemos de usarlos? Chile y Venezuela tienen tanto derecho como
Aragón y Andalucía para que se toleren sus accidentales
divergencias, cuando las patrocina la costumbre uniforme de la gente
educada. (5)
..... Más de una oportunidad en
su copiosa bibliografía, elogiada y exaltada por la crítica literaria,
confesó que gracias a los románticos españoles Alberto Lista, José
Manuel Quintana y Gaspar Melchor de Jovellanos le había nacido la
inclinación a ennoblecer al dialecto criollo en correctas voces, y que
a lo largo de su carrera de docente, primeramente en Caracas y más
tarde en Santiago de Chile, no dejó de recomendar con ahínco a sus
alumnos las lecturas en la colección de la "Biblioteca de
Autores Españoles", que su amigo Manuel Rivadeneyra había
emprendido con afán de conocerse en Hispanoamérica los clásicos
castellanos. ..... Entrado en
años, aunque sin rescindir de su ortodoxia en el tema, no dio espaldas
a engalanarse la escritura criolla con vocablos de procedencia no
castellana. No fue la primera vez que asentaba ese principio. Por
caso, cuando en 1827 al cubano José María Heredia recomendó de incluir
en sus versos además de giros de clásicos castellanos también griegos
y latinos a fin de dar brillo al dialecto americano. O en 1842 con la
cita de Horacio refiriéndose a palabras rigurosamente nuevas en la
escritura hispanoamericana:
Siempre lícito fue, lo
será siempre Con el sello corriente acuñar voces.
(6)
..... Años más tarde, Marcelino
Menéndez y Pelayo comentaba la obra gramática del caraqueño
"Análisis ideológico de los tiempos de la conjunción
castellana" por entre las mejores tras las independencias
americanas:
Es la más original y
profunda de sus estudios lingüísticos. Razón de que no vemos
jamás con horror la introducción de voces nuevas, que no confunden
las acepciones recibidas. (7)
..... A pesar de su fervor
americanista, Bello no dejaba de estar del lado español. Y en ese
sentido, su mayor dictamen en lo estrictamente castellano fue el
sesudo ensayo gramatical y morfológico de 1847 ‘Gramática de la
lengua castellana destinada al uso de los americanos’.
Recomendaba allí, muy especialmente, la conservación de voces
españolas en la lengua hispanoamericana; preguntándose a la vez por
qué proscribirlas, o por qué no honrarlas como en Castilla o por qué
motivo no emplearlas en la escritura corriente o literaria. Tres
nítidas proclamas en su obra. Una, contra el recelo de gramáticos
españoles a negar el derecho de incorporar al castellano usos
idiomático del hispanohablante; otra, someter reformas ortográficas a
las costumbres del decir criollo, y, por último, tachar de espurio y
vicioso las anticuadas locuciones castizas en las letras americanas.
Pese a esas reservas, Bello en ningún momento predicó la independencia
idiomática del castellano español, como desde su tiempo reclamaban
algunos escritores nacionalistas del continente, sino al revés, el
derecho de los americanos a participar con toda dignidad en la
permanente formación de la lengua común:
Mis lecciones se dirigen a mis hermanos,
los habitantes de Hispanoamérica. Juzgo importante la conservación
de la lengua de nuestros padres en su posible pureza, como un medio
providencial de comunicación y un vinculo de fraternidad entre las
varias naciones de origen español derramadas sobre los dos
continentes. Pero no es un purismo supersticioso lo que me atrevo a
recomendarles. El adelantamiento prodigioso de todas las ciencias y
las artes, la difusión de la cultura intelectual y las revoluciones
políticas, piden cada día nuevos signos para expresar ideas nuevas,
y la introducción de vocablos flamantes, tomados de las lenguas
antiguas y extranjeras, ha dejado ya de ofendernos, cuando no es
manifiestamente innecesaria, o cuando no descubre la afección y mal
gusto de los que piensan engalanar así lo que escriben.
(8)
..... Partía de pecarse menos en
la pureza de la lengua hispanoamericana mediante el uso de voces
españolas que con locuciones originariamente indígenas y afrancesadas.
Y en esa tesis sus recomendaciones por escribirse versos
hispanoamericanos con las mismas distinciones ortográficas de los de
Rafael Alarcón, Sor Juana Inés de la Cruz o Tirso de
Molina. ..
Domingo F.
Sarmiento | Como no podía ser de otra
manera, sus enfáticas defensas a los españolismos eran pretexto de
quienes veían la identidad americana desde una lengua si castellana no
a la zaga de los dictados de la Academía de Letras. Aunque por encima
de esas reservas, muchas de las cuales bastante bien fundamentadas en
ensayos sobre la lengua, la escritura hispanoamericana aún hoy es
deudora del entusiasmo de Bello en embellecerla con afán y
maestría.Para
los doctrinarios militantes en asuntos idiomáticos Bello por sus
galanteos clasicistas, sumisión a la autoridad a la Academia Española
de la Lengua y desprecio al romanticismo era enemigo al afianzamiento
del dialecto criollo hispanoamericana. Domingo F. Sarmiento fue
artífice de esa imagen, cual le daba una nueva oportunidad para
condenar la ‘vanidad castellana’ de un segmento
importante de escritores criollos. Muchas de sus páginas con abundante
vocabulario castizo, neologismos pintorescos y barbarismos poderosos
en rusticidad son de una constante dedicación a atacar no tan sólo al
solemne venezolano también a la gramática y ortografía académicas.
..... Leyó el 17 de octubre de 1843
ante académicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades de Santiago
de Chile su ‘Memoria sobre la ortografía americana’. Lo
central allí, motivo del encrespamiento del rector Bello, el
reemplazo en la ortografía castellana de la ‘ve’ con la
‘be’, la ‘zeta’ con la ‘ese’, la ‘y’
griega con la ‘i’ latina y la ‘ge’ con la ‘jota’;
además de la supresión de la ‘hache’, ‘ch’ la
‘exis’ y la ‘u’ muda en ‘que’ y ‘gue’. Y
en consolidación de su ponencia advertía:
...si la comisión ha estudiado los
antecedentes ortográficos de nuestro idioma; si se ha empapado de
las doctrinas de todos los escritores españoles que han continuado
trabajando sobre la ortografía, habrá encontrado que la mayor parte
de las reformas por mí propuestas, están reconocidas ya como
oportunas y necesarias por el sentir unánime de los que escriben la
lengua; habrá descubierto los principios que reclaman estas
innovaciones , y las que ya están introducidas en la práctica.
Siguiendo la tendencia general, lejos de desechar todo mi sistema,
debió de ver hasta dónde lleno en él las necesidades actuales de la
ortografía, y en qué me separo de las doctrinas recibidas. Y como lo
he dicho antes, el informe de la comisión de manera alguna descubre
que sus miembros se hayan hecho cargo del asunto, pues resulta de
los principios que asienta, de las doctrinas ortográficas que
sostiene, y de los hechos que arguye en su apoyo, que el informe de
la comisión es en ortografía castellana un "escrito único", sin
antecedentes en los anales literarios, que contraría la tendencia
general de los escritores españoles, en una palabra, que intenta,
sin utilidad y sin motivo, una revolución retrógrada en la marcha de
perfección que lleva hasta hoy la ortografía española.
..... Tales innovaciones
ortográficas tenían para Sarmiento la virtud de evitarse la parálisis
espiritual del hispanohablante con signos afines a la gracia y el oído
del criollo. Así y todo ese texto del argentino fue por mayoría de la
comunidad universitaria considerado en escandaloso, mal gusto y
engendro de barbaridades ortográficas. Para Bello, quien presidía la
Comisión de Lengua de la Facultad, todo en la "Memoria"
sarmientina era:
"un disparate mayúsculo", "un brusco e imprudente rompimiento
con las convenciones universales de los pueblos españoles en
punto a la ortografía y un caos en el cuerpo de la literatura
castellana". (10)
..... Su concepto consistía en
que las reformas de Sarmiento afeaban la ortografía castellana y las
reglas idiomáticas prescritas por la Real Academia de Letras con
arcaísmos hispanoamericanos y modernos términos vulgares; principales
argumentos del escrito que leyera el 19 de febrero de 1844 ante el
cuerpo académicos de la Facultad:
El proyecto presentado por el señor
Sarmiento proponía una reforma radical y completa de la ortografía
actual, desterrando las consideraciones de etimología, derivación y
demás principios adoptados por la Academia Española, y basando el
nuevo sistema exclusivamente sobre la pronunciación de los pueblos
hispanoamericanos (…) Pero por más deseable que sea el arreglo
lógico de la ortografía basado sobre la pronunciación, creo que no
puede adaptarse, sin graves inconvenientes, de la manera repentina y
absoluta que el señor Sarmiento propone. (11)
.....
Pero no sólo hasta allí en sus críticas a Sarmiento, ya que pidió
también a miembros del decanato pronunciamientos individuales en
sostener la pureza de la lengua castellana:
amenazada por lingüístas advenedizos y
aventureros enfrascados en guerra sin cuartel contra el buen gusto
en el decir y escribir castellanos”. (12)
.....
Inmediatamente después de ese veredicto, respaldado abiertamente por
el lingüísta chileno Victoriano Lastarría, envió Sarmiento a la
Comisión de Lengua de la Facultad de Humanidades el ‘Informe’
escrito con su natural genio áspero:
No sé si incumbía a una
comisión de la Facultad de Filosofía y Humanidades indicar las
omisiones que se notan en un escrito puramente literario. Es esta a
mi juicio una cuestión de crítica que, a tener lugar, habría sido
del resorte de la prensa. Ignoro asimismo si era necesario para los
miembros de la Facultad que se les trazase el camino que ha seguido
el espíritu humano hasta llegar a formar una ortografía en cada
idioma. Lo que sé es que esta manera de apreciar una ‘Memoria’ que
tiene por objeto de apuntar reformas sobre lo que ya existe, habría
parecido pedantesca y extemporánea. (13)
..... En una de entre sus
apuntaciones, al menos más importante, atribuyó a conceptos acertados
en modificar la ortografía castellana como de suprimir "ciertas
palabras del modernismo español arbitrarias e inútiles",
incompatibles con la diáfana pronunciación del parlante
hispanoamericano. Empresa frustrada por decisión de Bello,
preguntándose, a la vez, si no era imprudente dar el ejemplo de un
rompimiento brusco con las convenciones universales de la Real
Academia de Letras de España en punto a la gramática y ortografía. Y
en ese sentido, sus biógrafos le atribuyen haber redactado del informe
de la Facultad de Humanidades el capítulo
siguiente:
La facultad cree que la reforma
de la ortografía debe hacerse por mejoras sucesivas. Esta ha sido la
marcha que ha llevado especialmente en el presente siglo, marcha
prudente que no violente el curso de las cosas humanas; que concilia
todos los intereses, y que sin causar controversias estrepitosas, ha
ido insensiblemente operando en el convencimiento general, hasta
permitirnos usar en el día una ortografía depurada de mucho de los
defectos que dominaban en el siglo anterior. La abolición
instantánea de las que restan aún, no es en manera alguna Necesaria.
..... A pesar de esos
entredichos, finalmente los miembros de la Facultad habían de
reconocer la conveniencia en estudiarse para más adelante algunas de
las propuestas de Sarmiento. Las razones en cuanto a que la depuración
en la ortografía debía de hacerse no con súbitas mudanzas más bien en
etapas pausadas y sucesivas, sin rupturas parciales o definitivas ni
controversias estrepitosas con la Real Academia de Letras.
BIBLIOGRAFIA (1)‘El
Anauco’ (2) Bello, A. ‘La agricultura en
la tórrida’. (3) Archivo Nacional de la Historia. ‘Colección
Enrique Fitte’ (4)Léase el breve ensayo ‘Sobre el manejo de la
gramática’ de Rufino J. (5) Bello, Andrés. ‘Indicaciones
sobre la conveniencia de simplificar y uniformar la ortografía en
América’. (6) Bello, Andrés. ‘Repertorio americano’. (7)
Menéndez y Pelayo, Marcelino. ‘Historia de las ideas
estéticas’. (8) Bello, Andrés. ‘Gramática de la lengua castellana
destinada al uso de los `americanos’. (9) Sarmiento. Domingo F.
‘Obras completas’. (10) Consúltese ‘Observaciones a la
‘Gramática de Bello’ de Niceto Alcala-Zamora Torres. (11)
Bello, A. ‘Obras completas’. (12) ‘Ibidem’. (13)
Sarmiento, D.F. ‘Ibidem’. (14)
‘Ibidem’.
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