Alejo
Carpentier: Realismo mágico
Se advierte en la
obra de Carpentier cierto desarrollo evolutivo relativamente fácil de
identificar. Desde Ecue-Yamba-O hasta El acoso muévese
en una búsqueda -vertical y horizontal- de las raíces mitológicas
americanas para enfrentarlas en un afán de comprender los signos
secretos que dividen su facultad creadora y su conciencia social.
Fundamentalmente, le obsesiona la idea de traspasar los límites del
tiempo, de superarlos y conseguir una síntesis histórica monumental en
que el hombre cambia de circunstancias pero no de esencia y, en el
fondo, repite una eterna fábula, cuyo diseño es posible captar y fijar
en la obra de arte.(...)
Carpentier escribe,
como los cronistas españoles de la Conquista, para un público europeo.
Le domina la obsesión de probar a gentes que subsisten ya de la
quinta-esencia del artificio, que en América existe un depósito activo
de fuerzas mitológicas -a veces dormidas bajo una capa de occidentalismo
superficial- cuyo funcionamiento, en el terreno del arte, da
realidad a todo un sistema de símbolos que la cultura europea
no concibe sino en un plano estático, abstracto. Lo que en la tradición
surrealista es caos organizado, en su obra es un caos natural e
irracional; el artificio es realidad, lo exótico se convierte en
primitivismo auténtico. (...)
El idioma de
Carpentier se levanta como una catedral en la selva, se asienta o vuela,
se ilumina o ensombrece, se enjoya hasta cegarnos, se retuerce o se
estiliza, resuena en infinitas cadencias, estalla en colores, o se
afirma en patina de pintura antigua. Es, al fin, instrumento mágico.
(...)
No es el idioma de
Carpentier una acumulación de sonidos soplados en cuerno sonoro y hueco,
al modo del preciosismo verbal de comienzos del siglo que se ha
denominado tradicionalmente tropicalismo. Lo "tropical" en el
lenguaje es como un crecimiento vegetativo que aparece en la superficie
de las palabras: una mancha de hongos, o una apretada formación de
corolas de pasajera estabilidad; es una impostación de la voz y una
traducción del gesto en vocablos.
En la obra de
Carpentier no observamos esta invasión vegetal en la estructura del
lenguaje. El frenesí de sus extensas y minuciosas descripciones es
racional; en el fondo, encierra un dominio de la exaltación; es, en una
palabra, estilo.(...)
Consideramos como
legítimo el uso del vocablo tropical para designar la variedad del
barroco que constituye el estilo de Carpentier. Tropicalismo en
su obra -como en la de Asturias- sería el nombre para una expresión
artística en que el fondo mágico de las culturas primitivas de América
se funde con la belleza formal de la tradición barroca europea en un
espléndido intento de interpretar el espíritu y la realidad ambiente del
hombre del Caribe y de la América Central en la época contemporánea.
Ningún otro estilo sirve para tamaña empresa: ni las viejas normas
costumbristas, ni el seco y rudo regionalismo, ni el impresionismo
modernista. Se necesita un instrumento para crear mitos o para
rescatarlos del pasado pre-colombino, para hacer vivir al hombre y al
paisaje en la unidad esencial que exige la creación artística moderna,
para llevar la voz de la América indígena al intelectualismo cansado de
la Europa de hoy.
Fernando
Alegría
en Homenaje a Alejo Carpentier
Helmy
F. Giacoman, Editorial Las Américas, Publishing Co., N. York, EE. UU.,
1970
(texto abreviado)