A
Media Asta de Carmen Berenguer:
La constitución del cuerpo en función
de la validación identitaria
Por
Igor Venegas De Luca
Su
cuerpo estaba dividido: por una parte su cuerpo propio
- su piel, sus ojos
-, tierno, cálido, y, por la otra,
su voz, breve, contenida, sujeta
a accesos de distanciamiento,
su voz, que no daba lo que daba su cuerpo.
Fragmentos
de un discurso amoroso, Roland Barthes.
A
Media Asta de Carmen Berenguer se posiciona como un texto donde una
sujeto lucha por insertarse dentro de una identidad definida. Es el proceso de
identificación donde la sujeto intenta reconocerse en otro, en que la hablante
desarrolla un recorrido por los diversos hechos, actos o momentos a través
de los cuales ha sido permanentemente excluida. Como también la revisión
de las diversas imágenes correspondientes a la identidad local sobre la
cual busca pertenencia.
Es un recorrido por un territorio, por una cultura,
por una comunidad donde la hablante se posiciona, insertando su identidad personal,
la que según Edmond Ortigues está
tradicionalmente arraigada a la comunidad de origen (1).
En palabras de Jorge Larraín (2),
hay que tener en cuenta que la identidad ha sido siempre una de las constantes
del pensamiento latinoamericano, es esa búsqueda permanente de respuestas
en parte por sus orígenes mestizos, y en parte por autoconsiderarse como
permanentemente en crisis.
También el cuerpo es fundamental en el
desarrollo del poema. Es un elemento constitutivo tanto en la sujeto, que a través
de su denuncia se posiciona en un lugar que le había sido privado, como
también en el lenguaje utilizado en el texto, un lenguaje muy sinestésico,
donde la lengua, los genitales, la piel, los ojos y sobretodo los labios (superiores
e inferiores) se encuentran presentes.
Nuestra identidad
no es otra cosa que nuestra individualidad física
(3).
Pero
no es sólo el cuerpo físico de mujer el que se construye. El territorio
también se construye como cuerpo en el desarrollo del texto, produciéndose
una dualidad entre cuerpo físico y territorio, ambos construidos y desarrollados
a través del texto, que también se construye con ellos.
Este proceso identificatorio a través de la construcción de un cuerpo
tiene un origen, un trauma que surge en la violencia sexual. El texto comienza
con la violación de un cuerpo de mujer. Una mujer es agredida, diversas
mujeres han sido abusadas a través de la historia. A lo largo del texto
se nos sitúa en el acto de la violación en diversos momentos, sobre
diversas sujetos históricas que son parte de la construcción de
esta "identidad chilena", todas ellas violentadas.
Toda
pálida
Amelia la cubría con la manta
Y corrió la voz
por los contornos
La ultrajada La ultrajada La ultrajaron (4)
Pero
esta violencia se inicia antes, en el origen. Nos introduce el texto con un epígrafe
de una cita bíblica, que marca la historia de una comunidad entera, por
sobre lo local, en el dolor y la agresión reiterada. "Por qué
no me mató en el vientre/ y mi madre hubiera sido mi sepulcro, (Jeremías
20:17)"
El hecho de recordar una y otra vez estos episodios traumáticos
provoca en el poema una suerte de "mirarse a la cara", la hablante se
reconoce en ese acto, se reconoce en todas esas mujeres violadas, lo que para
Boris Cyrulnik(5) es un elemento fundamental
para poder reintegrarse a la sociedad. Así, identificarse dentro de una
comunidad determinada de la cual ha sido expatriada.
Entonces, este poemario
de Berenguer se construye a través de dos incógnitas fundamentales,
que son, por una parte, el develamiento de un cuerpo que, a través de la
historia ha sido ocultado y, en consecuencia, el develamiento de una herida que
cruza la historia local, que es la herida que carga la mujer en silencio. Por
otra parte, es la inserción de la mujer dentro de esta identidad chilena
y, en consecuencia, dentro de esta identidad latinoamericana, ya que, sin el
cuerpo, que le proporciona un rostro el hombre no existiría. Vivir consiste
en reducir continuamente el mundo al cuerpo, a través de lo simbólico
que éste encarna(6).
Siguiendo
a David Le Breton, se debe tener en cuenta que en la cultura occidental el cuerpo,
permanentemente ha sido ocultado. A través de toda nuestra historia el
cuerpo ha sido objeto de un ocultamiento u olvido, ha sido puesto en la sombra,
en una suerte de presencia ausente que sólo se manifiesta en situaciones
determinadas.
El cuerpo - en las sociedades occidentalizadas - lucha constantemente
por salir de esta sombra donde se le ha confinado, sobretodo en el continente
Latinoamericano, donde la relación con el cuerpo antes de la Conquista
era otra. Generalmente el cuerpo sale a la luz en los momentos de crisis, de
excesos: dolor, cansancio, heridas, imposibilidad física de llevar a cabo
tal o cual acto, incluso, la ternura, la sexualidad, el placer, o, para la mujer,
por ejemplo, el momento de la gestación, las menstruaciones, etc (7).
En este caso, el cuerpo ha sido mantenido en la memoria a través de esta
oralidad silenciosa propia de una "cultura de mujeres". "A media
voz" han sido transmitidos los recuerdos del cuerpo violentado de la mujer,
se ha mantenido en la sombra, en el silencio, pero es parte constituyente de este
"macrocuerpo" que es la patria.
Yo (moi), cuerpo que debe
morir o, al menos, diferirse por amor al Otro y para que Yo sea (8).
Si nos preguntamos cómo es que aparece este cuerpo o quién es
quien devela lo ocultado, recaemos en una de las sujetos retratadas en el texto:
La loca del pasaje. Para Le Breton, el loco es quien perturba los rituales
de interacción, promueve el "juego" donde reina la gravedad de
la comunicación social(9).
En consecuencia, es el loco quien, en este caso, devela el cuerpo silenciado.
Es el que desatina, el que no respeta las normas, quien se desnuda, quien desnuda
esta cultura censuradora y excluyente. El loco tiene la función de hacer
resurgir lo reprimido, no respeta los ritos sociales que le son impuestos.
Pero
esta sujeto del texto no es un loco cualquiera, es un loco local, es "la
loca del pasaje", quien es capaz de develar el cuerpo de la sombra. Lo saca
a relucir con lujo de detalles, plasmando en el cuerpo territorial nacional todas
las heridas abiertas que este cuerpo de mujer acarrea.
20
siglos en vigilia no volverán a dormirme
porque cada sueño es
una espuma debajo de la lengua (10)
Entonces es a través de esta "loca" que se devela este cuerpo
presente en la memoria colectiva de las mujeres. Es la única capaz de sacar
a relucir lo prohibido, esta sujeto que también es madre explota dentro
de su "desatino de loca" y refriega en la cara este cuerpo que no podía
ser mostrado debido a los múltiples impedimentos sociales. Es quien pudo
cumplir con el deseo de todas, pues en su búsqueda, el deseo encuentra
obstáculos para su realización: bien sea porque el sujeto no tiene
el deseo suficiente, bien porque el objeto está ausente, o aun porque está
prohibido(11).
En este caso es
un objeto (cuerpo) ocultado, pero presente. Es un objeto sobre el cual la sujeto
manifiesta un fuerte deseo de alcanzar, debido a su necesidad de identificarse
en este territorio, país, cultura. Pero era un objeto prohibido, censurado,
condenado a existir bajo las sombras, a perdurar "a media voz" en los
silencios de las mujeres.
¿Cuál es la finalidad de sacar
a relucir este cuerpo?. El identificarse tiene un significado mayor en el texto
de Berenguer. El introducir este cuerpo con esta herida, con este relato silenciado
que acarrea saca a la luz estas otras realidades que también son fundantes
de la cultura chilena.
A media asta resitúa en los cuerpos
el significante de la patria en duelo, enunciando la necesidad de inscribir en
la historia, otras hablas, otros cuerpos de lenguajes, otros discursos de la historia
(12).
A media asta reclama
la luz que les fue privada a las sujetos desterradas, pero no se queda sólo
en eso, pues a través de la loca que nadie puede controlar, porque no respeta
nada, se introduce y demarca su espacio. Se vuelve a sentir parte de esta cultura
local marcada por la sangre que recorre el texto de principio a fin, como recorre
a su vez la patria y el cuerpo de mujer en ese rojo propio de la bandera nacional.
Las sujetos silenciadas a través de la historia, remitidas a la sombra,
salen a la luz en el texto de Berenguer y se sitúan, se vuelven a posicionar
a través de su discurso, que es el discurso del cuerpo agredido. Desde
ese punto es que se identifican y se posicionan para sacar la voz en esta "gran
hablada".
Este es el deseo que moviliza a las sujetos del texto a
posicionarse, a retomar su lugar. Es el deseo de hablar, de mover la lengua. Una
lengua curadora, sanadora que a través de la palabra es capaz de sanar
/ posicionar a las sujetos olvidadas de la historia y de la cultura local.
Volviendo a la búsqueda de identidad, ya revisado el cuerpo, está
la localidad, tanto chilena como latinoamericana presentes en esta declamación,
en este posicionamiento, en este luto que es el texto de Berenguer.
Los
pueblos nativoamericanos aparecen como sujetos excluidos de esta historia local
oficial. Mapuches y Onas se encuentran presentes en este recorrido de sujetos
violentadas. La hablante si identifica con esta historia, con esta "otra
historia" de los sujetos desterrados.
Busca diversos actores locales
influyentes en la comunidad de origen, todos ellos excluidos, omitidos, censurados.
En esta posición de exclusión es donde se reconoce la hablante.
La
conciencia de la identidad personal es la aptitud de reconocerse a sí mismo
que tiene el individuo en todas las posiciones necesarias para la existencia de
un sistema de comunicación según sea él mismo quien hable,
le hablen a él, o bien hablen de él (13).
Su sangre es indígena, por sus venas corre esta historia que es la sangre
de sujetos abandonados, ocultados, expatriados, violados:
Madre soñé que te ibas por el precipicio
ayyy como estuco me pego a la pared ahhh
el gato pronto a desgarrarme madre
el muro
Me sacaron la foto María Yagán Yagán (14)
La intertextualidd también está presente en el texto de Berenguer,
Raimundo Contreras, sujeto desarrollado en un texto poético de Pablo de
Rokha aparece relacionado con esta expatriada Reimunda. Acá se identifican
dos sujetos opuestos, pero que se inscriben en una misma localidad. "La expatriada
Reimunda está hablando/ sin tierra les habla desde el aire/ inhala y expulsa
improperios casi/ difunta susurra su lengua espesa/ donde cantar no puede su letanía
(15)."
Así,
esta búsqueda por la identidad, por posicionarse se vuelve un proceso
continuo en que las formas de reconocimiento se van ampliando tanto a nuevas formas
de libertad como a nuevos grupos de personas (16).
La
construcción de esta identidad chilena que se desarrolla en el texto de
Berenguer se convierte en una interacción con diversas sujetos locales
en las que se reconoce, pero también en un intento de ser reconocida dentro
de este espacio que es lo local.
A media asta es un proceso, la modernidad
no queda ajena en este recorrido. Este proceso de búsqueda por posicionarse
en una localidad determinada, tiene que ver con esta modernidad excluyente que
se posicionó en América Latina.
La búsqueda
de reconocimiento personal puede manifestarse y tener una satisfacción
en el movimiento colectivo de lucha. Pero puede también manifestarse como
una proyección personal en los objetos de consumo, que se han convertido
en símbolos de la comunidad imaginada a la que uno quiere pertenecer o
por la que uno quiere ser respetado (17).
Los
sujetos presentes en este texto sufren las consecuencias de la imposición
y posterior consolidación del proceso moderno. A tal punto de terminar
completamente enajenados en esta crisis de los sustentos de la modernidad.
La
expatriada Raimunda está fragmentada, fue golpeada por la inconsistencia
de su entorno y fue desterrada de éste. Onas y Mapuches fueron omitidos
del proceso en curso en el continente. La loca del pasaje perdió su norte,
fue constantemente agredida, terminando completamente enajenada. Y la hablante
se reconoce en ellas, se busca y se encuentra en los silencios, se reconoce en
las sombras.
Reconoce a estas sujetos en la patria, no acepta su expulsión
de la historia oficial. Las reconoce en símbolos patrios, como la bandera
y la cueca, pero con una bandera en duelo nacional por ellos, por su omisión.
Los vuelve a situar en su lugar de origen, en el lugar desde donde se desarrolla
y se proyecta su identidad.
A media asta se convierte en un texto
donde cuerpo, territorio y lenguaje se unen para formar un problema complejo en
torno a la identidad. Es denuncia y declamación a la vez. Es una toma de
terreno, una recuperación o reivindicación de sujetos excluidas
del discurso oficial, frente a las que el país termina en luto con una
bandera a media asta.
NOTAS:
(1)
Kristeva J., Mannoni O., Ortiguez E., Schneider y Haga G. (El) Trabajo de la
Metáfora. Identificación / interpretación. Editorial
Gedisa, Barcelona, 1985. p. 89.
(2) Larraín,
Jorge. Identidad chilena. LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2001. p.8.
(3)
Kristeva J., Mannoni O., Ortiguez E., Schneider y Haga G. Op. Cit. P. 86.
(4)
Berenguer, Carmen. A media asta. Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile,
2002. p. 108.
(5) Cyrulnik, Boris. El murmullo
de los fantasmas. Volver a la vida después de un trauma. Editorial
Gedisa, Barcelona, 2003. p.p. 133 - 134.
(6)
Le Breton, David. Antropología del cuerpo y modernidad. Editorial
Nueva visión, Buenos Aires, 1995. p. 7.
(7)
Ibíd. pp. 123 - 124.
(8) Kristeva J.,
Mannoni O., Ortiguez E., Schneider y Haga G. Op. Cit. P. 52.
(9)
Le Breton, David. Op. Cit. p. 138.
(10) Berenguer,
Carmen. Op. Cit. P. 137.
(11) Dolto, Francoise.
La imagen inconsciente del cuerpo. Ediciones PAIDOS, Barcelona, 1986. p.
53.
(12) Olea, Raquel. Lengua víbora.
Producciones de lo femenino en la escritura de mujeres chilenas, Editorial
Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1998. P. 139.
(13)
Kristeva J., Mannoni O., Ortiguez E., Schneider y Haga G. Op. Cit. P. 87.
(14)
Berenguer, Carmen. Op. Cit. P. 131.
(15) Ibíd.
p. 114.
(16) Larraín, Pablo. Op. Cit.
P. 31.
(17) Ídem.
Bibliografía:
-
Barthes, Roland. Fragmentos de un discurso amoroso, Siglo XXI Editores,
México DF, 1993.
- Berenguer,
Carmen. A media asta. Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile, 2002.
-
Cyrulnik, Boris. El murmullo de los fantasmas. Volver a la vida después
de un trauma. Editorial Gedisa, Barcelona, 2003.
-
Dolto, Francoise. La imagen inconsciente del cuerpo. Ediciones PAIDOS,
Barcelona, 1986.
- Kristeva J., Mannoni
O., Ortiguez E., Schneider y Haga G. (El) Trabajo de la Metáfora. Identificación
/ interpretación. Editorial Gedisa, Barcelona, 1985.
-
Larraín, Jorge. Identidad chilena. LOM Ediciones, Santiago de Chile,
2001.
- Le Breton, David. Antropología
del cuerpo y modernidad. Editorial Nueva visión, Buenos Aires, 1995.
-
Olea, Raquel. Lengua víbora. Producciones de lo femenino en la escritura
de mujeres chilenas, Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1998.
Artículos
en Internet:
- Calderón,
Tatiana. "Cartografía de la ciudad en Naciste pintada de Carmen
Berenguer". En: http/www.bifurcaciones.cl
-
Hernández, Héctor. Teorías Paganas (Desde la escritura
de sí mismo). "Tengo un cuerpo en el cuerpo". En: http/www.ciberhumanitatis.uchile.cl
-
Morales, Andrés. "La poesía de la generación de los
80: valoración de fin de siglo". En: http/www.ciberhumanitatis.uchile.cl
Igor
Venegas de Luca (1980) es miembro de Colectivo Lengua Quiltra, Licenciado
en Pedagogía en Castellano de la Universidad de Santiago de Chile y estudiante
de Magíster en Literatura en la misma universidad.