RECADOS:
Ritos de Fiesta, Ritos de Muerte.
Por Carmen Berenguer
ENCUENTRO XXI: Primavera de 1998. Año
4, N°13
1-. .......... ¿QUÉ
PASÓ CON SALVADOR ALLENDE?
Escribir sobre o acerca de SalvadorAllende, no es cosa fácil.
No se trata de hacer la pregunta, de ¿Qué hacías
tú cuando?
Entonces ha pasado Septiembre, para precisar más el tiempo
el 4, el 11, la celebración marcial de la fiesta, el 18 y el
19 de Septiembre.
Entonces Septiembre es anudado por sus ritos de muerte y ritos de
fiesta y esto desde el sacrificio, muerte de Salvador Allende y la
orgía de sangre que sobrevino.
Entonces durante 25 años no ha dejado de ser nuestro pase ritual
a la celebración que nos dice de alguna manera quiénes
somos aquellos que hemos hecho de esa muerte, todas las muertes, y
nos hemos arreglado para hacer de esa fecha, nuestro rito, nuestra
fiesta, nuestra celebración, nuestro velatorio.
Es cierto que esta fecha, 11 de Septiembre , expresa dos Chile, pero
por qué ocurrencia original deberíamos olvidarla o borrarla.
En este país hay dos Chile. El 11, no es una invención,
es el día que se escogió para declarar una idea de guerra
con las consecuencias que ya conocemos. Y más allá del
hecho, el 11, doblemente 1, es el día que señala el
principio de una derrota. Es esa derrota la que ha alimentado nuestra
iconografía a nuestros cementerios imaginarios donde hemos
depositado pequeñas esperanzas, refugio donde no hay letra,
ni humor negro, ni ácido, que resista esa herida.
Bueno pues, Chile tiene sus iconos, tiene sus representaciones reproducidas
en las poleras
juveniles, el che Guevara, Salvador Allende, Violeta Parra, Víctor
Jara, no han dejado de acompañamos. Ellos han sido nombres
proscritos en la guerra sucia.
A principios de 1983, para ser más exacta en Mayo organizamos
junto al escritor y ensayista Jaime Lizama un proyecto a través
de Luisa Ulibarri. Gran recital de poesía en el lnstituto Chileno
Norteamericano, los invitados 33 o más, entre los cuales se
encontraban poetas de la talla de Oscar Hahn, Enrique Lihn, Diego
Maqueira. Yo quería con un ingenuo placer dedicarle un poemita
de no más de cuatro versos a Salvador Allende, (poema que se
publicó en la Revista de poesía de la época editada
por Ramón Díaz Eterovic). Se armó un barullo
más o menos, reuniones, persuaciones, paranoia, en fin, todo
esto creado por el goce íntimo de decir el nombre prohibido.
No hace muchos días me encontré con el profesor Rojo
de la U. de Chile, quién me recordaba por ese hecho. Y es más,
esos recitales fueron sin quererlo el preámbulo de los estallidos
sociales expresados en las primeras protestas en el año 1983.
Siguiendo el orden del nombre, no hace mucho me pidieron escribir
un textito de la familia para el famoso programa del canal 13 de televisión
conducido por Margarita Duchi. Al hablar de la familia obviamente
hice un recuento en el que necesariamente, pasaba por la historia
: el hombre a la luna, la alianza para el progreso, el control de
la natalidad, y Salvador Allende. La sola mención del nombre
hizo añicos mi escrito a la publicidad.
Un año antes del golpe, me encontraba en los Estados Unidos,
y me invitaron a hablar en un colegio sobre el gobierno de Salvador
Allende, la idea consistía que explicara a los jóvenes
adolescentes, lo que estaba ocurriendo en Chile y en Inglés,
que apenas balbuceaba. Yo había leído hacía pocos
días el Newsweek donde se le dedicaba un extenso artículo
a las manifestaciones de la oposición, los caceroleos de las
damas del barrio alto, y aparecían las implicancias de la famosa
I. T. T. en los camioneros en paro pagados por la C. I. A. además
salía en la revista fotos del legendario Hotel Valdivia y su
originalidad en el decorado para adornar las fantasías sexuales
de la época. Creo que hice mi charla en un ininteligible e
inaudito Spanglech, mi lectura del magazine, haciendo una verdadera
ensalada rusa, elogiando a Salvador Allende, para sorpresa de los
muchachos que educadamente con los pies en los escritorios en actitud
desenfadada, me miraban esperando ansiosos el timbre de salida, y
sin entender nada, salvo el nombre de Salvador Allende, lo único
entendible pues escuchaban cada vez que yo decía: you now Salvador
Allende, que cuando sonó el timbre, yo suspiré aliviada,
pensando que quién me habría metido en este embroyo,
mientras los muchachos arrancaban de la sala a todo dar, y solo uno
se me acercó explicándome el significado bíblico
del nombre Salvador, hewill save us, que según el era paradojal,
creo, le respondí sin pensarlo de veras que realmente era paradojal.
Yo era una mujer joven 23 años y de política no sabía
nada. Sin embargo intuitivamente, iba reteniendo las imágenes
de ésa época asociada a la prohibición del nombre.
Entonces, aunque aparezca de rojo o de negro, el 11 de Septiembre
fue el día que murió Salvador Allende, y es una tragedia
para nosotros, es nuestra derrota y querámoslo o no, marca
el fin de un sueño compartido por nosotros inocentes e ingenuos.
Pero no nos obliguen a ser más huevones todavía, y por
decreto. Ahora todo su reverso y hoy, no es lo mismo que ayer, así
hemos visto su nombre motivador de una empresa ya sea editorial, ya
sea eventual.
2-. .......... CUANDO
LAS CAUSAS LLORAN Y EL OLVIDO PENA
Una mujer me ha llamado por teléfono para hacerme un pedido.
El pedido consistía en escribir acerca de un tema que se ha
tornado un tormento: "El punto final" a la historia de estos
años. Escribir acerca de la amnistía en nuestro país.
Me sugiere que puede ser creativo, situación que me confundió
mucho más aún. ¿Puede uno negarse a tal pedido?
¿Entendería alguien que un escritor/a pueda rehuir el
tema, aún cuando la problematice como me sucede a mí
? ¿Y porqué me ocurre? Si bastaría con argumentar
una negación a ponerle punto final al horror vivido durante
la dictadura. A hacer de este texto un rechazo terminante a la anmistía.
Los argumentos pueden ser profundos o no, más allá de
todo, y aquí, se sustentan por los hechos , aún cuando
otros quieran poner en entredicho "la historia oficial",
y negarla con la fuerza que tienen las palabras de colocar el énfasis
en la argucia, para desmentir y hacernos creer en la duda, a poner
en duda y a justificarse en la duda. Tal duda no se justifica en la
verdad, ya que la verdad misma ha sido puesta en duda. Y la duda reside
en el error de aceptar sus justificaciones . Y mi propio hacer de
la palabra un fundamento de resistencia, puesta en duda, por su valor
como mercancia, sospechosa de si misma, en el hueco y vacío
de su propia utilidad: la escritura.
Las palabras tienen más fuerza que los hechos, dependiendo
de quien las emplea. Las palabras pueden ser serviles, ociosas o vacías.
Las palabras pueden hacer que una verdad se convierta en sospecha,
frente a un tribunal, de acuerdo a su astucia. Puede tentarnos a creer
que no es bueno para el país desenterrar una evidencia.
Pero mi duda no se refiere solamente al modo de los planteamientos
acerca del tema. Mi duda es acerca del efecto que puede tener hoy
la fuerza de la palabra de un escritor en la sociedad actual. Mi duda
sospecha de tal efecto, hoy. Como también sospecha de que pueda
argumentarse una ficción para tales efectos.
Sin embargo hay una palabra que me ronda constantemente, y que cambió
mi vida. Es la de DETENIDO-DESAPARECIDO. Pareciera ser una palabra
compuesta en forma arbitraria, y lo es. Una palabra compuesta que
parece un contrasentido, y lo es. Porque en ella se manifiesta todo
el contrasentido de una época. Tendría sentido que alguien
sea detenido y que de acuerdo a leyes de facto o no, arbitrarias o
no, sean expuestos a juicio. Pero no tiene sentido que una persona
sea detenida en las sombras, y que aún cuando vista por la
familia o testigos oculares, posteriormente no se sepa más
de ella; que se haga participar a un país entero de que nunca
existió su detención. Eso es un contrasentido. Hacemos
creer que nuestra memoria falla. Poner en duda una memoria colectiva,
atenta la salud mental de un país. Borrar su memoria hace senil
prematuramente un devenir democrático.
Esta palabra: DETENIDO-DESAPARECIDO, se escuchó incesantemente
durante 17 años. De tanto escucharla, se hizo abstracta. Pero
DETENIDO-DESAPARECIDO tenía sus nombres bajo sus imágenes,
las últimas que cada mujer colgó a su cuello. Aquellos
retratos han sido el testimonio del error, de la falla, del hueco.
Esta palabra compuesta es la novela que nunca se escribió.
Tengo en mis manos la obra Argentina "NuncaMás"
en la que participó el escritor Ernesto Sábato, y constituye
la novela testimonial con el aporte de la fuerza de la palabra de
un escritor.
En unas páginas de crítica norteamericana, JeanFranco
desarrolla un ensayo de los discursos "residuales" en el
que describe las medidas represivas y genocidas de los regímenes
autoritarios del Cono Sur y de Centroamérica que logran crear
la hiperrealidad terrorista, que el filósofo F. Jameson atribuye
a la lógica cultural de la posmodernidad. Y que como bien argumenta
el crítico George Yúdice: "No se trata, por cierto
de prácticas culturales de la simulación a lo Baudrillard
(filósofo) no obstante producen el mismo efecto: por medio
de torturas, mutilaciones y desaparecimientos, se borra el pasado
y se hace imposible toda identidad, aún la del mártir".
"Al extinguir la sociedad política, surgen grupos que
le dan valor público y político a la vida privada. Las
locas de la Plaza de Mayo y las madres de los desaparecidos, en rituales
públicos, recomponen la identidad de sus hijos desaparecidos
o mutilados, permitiéndoles reaparecer en las imágenes
que llevan en procesión o en las fotos de los cadáveres
recompuestos".
Las madres de los detenidos-desaparecidos en Chile carecen de una
Plaza real, pero su Plaza obviamente imaginaria, es la "Plaza
11 de Septiembre".
No se trata de atribuirle al signo de una memoria borrada para argumentar
una identidad posible a través de una nota nostálgica,
sino que por el contrario de la fuerza de una recomposición
que requieren nuestros cadáveres mitologizados y deshumanizados.
De la fuerza que se requiere para que nuestros cadáveres no
sean el cadáver futuro de una America Latina amnésica
y afásica. Que no tiene pasado, que no tiene nada que contar,
nada que decir, mutilada, ritualizada y fetichizada como la Latin
Lover aceitada por los reflejos tenues de un candombe.
"Cadáveres" de mi amigo y autor argentino Néstor
Perlongher (Q. E. P. D.), a quien conocí en Buenos Aires en
la década de los 80 , es el gran poema que a mí me hubiera
gustado escribir. En él me identifico como en ningún
otro. En la fuerza de su palabra sigo existiendo. Me alivia. Recompone
mis pérdidas:
"Bajo las matas
En los pajonales
Sobre los puentes
En los canales
Hay Cadáveres
En lo preciso de esta ausencia
En lo que raya esa palabra
En su divina presencia
Comandante, en su raya
Hay Cadáveres
Precisamente ahí, y en esa
richa
de la que deshilacha, y
en el desdén de la que no se
diga que no piensa, acaso
en la que no se dice que se
sepa...
Hay Cadáveres
En el tepado de la que se despelmasa, febrilmente,
en la menea de la que se lagarta en esa yedra, inerme en el despanzurrar
de la que no se abriga, apenas, sino con un saquito, y en potiche
de saquitos, y figurines anteriores, modas pasadas como mejas
muertas de las que Hay Cadáveres
Se ven, se los despanza divisantes flotando
en el pantano: en la colilla de los pantalones que se enchastran,
símilmente; en el ribete de la cola del tapado de seda
de la novia, que no se casa por que su novio ha................!
Hay Cadáveres
En ese golpe bajo, en la bajez de esa mofleta,
en el difraz ambiguo de ese buitre, la zeta de esas azaleas, encendidas,
en esa obscuridad Hay Cadáveres"
Estos fragmentos que escogí pertenecen al libro "Alambres".
Retorno entonces al principio , a mi sospecha, a mi propia duda acerca
de la palabra del escritor, escritora, hoy. Y no se trata de la moral
de la palabra, más bien su hueco, su vacío. Mientras
tanto las ideas, las buenas ideas seguirán llegando de las
metrópolis. Por ello me pregunto qué valor tienen las
palabras en este vacío, y qué afecta. ¿Es un
virus infeccioso? Al menos aún aislada contamina y se defiende
de ser el Cadáver de una modernidad afixiante.
El punto final, niega "una gramática de la vida".
Estos textos obedecen a un pedido de Carmen Soria,
la hija de Carmelo Soria. 1993.
3.- ............... N.N.
Dos enes ocuparon mi ciudad sitiada. N.N. fue escrito en el patio
México del cementerio, General. N.N. fueron las bolsas de plástico
en el fondo del mar Pacífico. N.N. fue la mujer ensacada del
norte. N.N. diseminado en la torre de alta tensión. N.N. fue
la transmisión oral y clandestina. N.N. tuvo la familia chilena
.N.N. transformó la prensa nacional. N.N. se borró en
el registro civil. N.N. se quemó en la ley. N.N. Hizo regional
tu nombre. N.N. fue el prisionero de mi memoria. N.N. fue el simulacro
de tu nombre verdadero .N.N. te hizo irreal. Una envestidura de cal
ha engastado tu nombre.
Si te encontrar escribiría solamente N.N. en las cortezas de
los árboles; enamorada hasta encontrarte, dibujaría
corazones en el aire con tu nombre. Y mi lengua diría: N.N.
hasta despapilarse. Se despedraría por un beso tuyo. Un beso
más en mi lengua rendida la haría aullarte. Y quizás
auyentándote, agotaría su reserva salival y rayaría
en el norte tus iniciales. Raparía N.N. en mi nuca. Borraría
N.N. en mis muñecas.
Haría que no dejara de rumiarte porque mi cama está
caliente. Usaría radicalmente tu nombre completo. Te nombraría
tal vez, de una forma furtiva y a toda prisa viviría solo por
eso. No para que volvieras, sino para que yo volviera. Por eso y sólo
por eso, haría una legua de nombres en mi Sur. Con tu nombre
borraría el Sur. Con tus iniciales haría una escritura
de la ausencia. Con tus huellas reharía la caminata de mi vida.
Encima de tu cuerpo me restregaría hasta sentirte. Encima de
ti reanudaría aquellas escrituras muertas. Encima de ti retrasaría
la hora.
Así esta pasión de encontrarte haría pública
tu ausencia.
Así esta pasión haría pública la inhibición
de haberte perdido, irremediablemente. Mi memoria recorrería
nuestro desorden.
Móvil, con un invisible ademán te diría: Adiós
amor mío.
Así de enamorada, vería vertiginosa descorrer nuestra
historia. Tu oreja en la postal de la muerte. Aquella frenética
ilusión de progreso. Aquel desenfadado ideal. La misteriosa
soledda de un privado. La engastadura de un anillo de bodas. Nuestro
perfil fotográfico de familia onerosa. Los pasajes de Goulag,
Viet-nam, Cuatro Alamos y Campos de Marte.
Yo y tú sin retorno apasionados. Yo y tú, huéspedes
de una morada imaginaria. Tú y yo enamorados. Yo en el Mayo
de las flores. Rehénes.
Morando el olvido te diría una noche, que no te lloraría,
porque si no estuviese viva, quien respondería por nosotros.
Quién podría reconocerte si no yo. Quien impediría
negociaciones en tu nombre. Quien podría privatizar nuestra
fragorosa memoria. Quien te habría llevado atado en mi cuello,
sabiéndote ido. Quien me habría humillado, una vez más.
Quien viviría inalterable estaosadía de vivir una lengua
exiliada, el atrevimiento de nombrerte y hacerte vivir en la muerte.
Vivirte me haría escribirte, me haría decir: Que nunca
te has ido. Mi osadía ha sido pensar lo imposible.
"A nosotros nos parece que nunca habría existido el
más mínimo Goulag, si las v´ictimas hubiesen tenido
el discurso que tienen hoy día los que lloran sobre ellas."
G Deleuze.